6 jun 2015

¿Debemos devolver las momias a Egipto?

Hace unos días estábamos charlando unos amigos y yo durante la sobremesa sobre la asombrosa serie Ministerio del Tiempo, cuando no se de que manera se desvió la conversación hacia el tema de la propiedad de las piezas museísticas. El British Museum me encanta, pero ¿no deberían deshacer la colección y devolver las piezas? era una de las preguntas.

Efectivamente en museos, bibliotecas, archivos y colecciones diversas se encuentran innumerables objetos. En teoría se conocen de todos los objetos su lugar de proveniencia, y la cronología de sus respectivos dueños. Habitualmente son objetos que han llegado legales, con todos los detalles necesarios. Sin embargo, no siempre está todo tan claro….

¿Qué proveniencias obscuras suelen existir?

  1. Botín de guerra (Beutekunst = Botín artístico).
El tesoro de Priamo. Primero lo robó Schliemann,
después lo regaló al museo de Berlín, y hoy está en Rusia,
confiscado por la URSS
durante la segunda guerra mundial.
Robar a un ladrón no es robar, ¿verdad?
Son objetos culturales que ha robado un estado a otro. Así ordenó la reina Cristina de Suecia la confiscación de la colección artística de Praga del emperador Rodolfo II durante la guerra de los 30 años, en concreto en 1648. Dicha colección se llevo a Suecia, donde hoy en día permanecen en los museos. La Cuadriga del portal de Brandenburgo que fue robado por Napoleón en 1807 se devolvió, pero la estatua del Buda esmeralda que robó el rey tailandés Rama I en 1778 continúa siendo patrimonio tailandés. 
Es decir: Objetos culturales, como restos arqueológicos o obras artísticas, han sido robados durante una guerra y permanecen desde entonces en los museos del vencedor.

  • En algunos casos el país devuelve los objetos, como la cuadriga.
  • En otros se negocia llegando a un acuerdo mutuo. Durante un conflicto militar en 1712 robó el cantón Zürich al cantón St. Gallen algunos objetos que los devolvió con el tratado de paz en 1718. Excepto unas piezas extraordinarias, lo que causó un frenético debate en 1996. 2006 acordaron lo siguiente: Los objetos permanecen en el museo de Zürich, pero pertenecen oficialmente a St. Gallen, quien los presta de tiempo ilimitado sin coste.
  • Y en otros no se devuelven. Confiscó durante la segunda guerra mundial la Unión Soviética el tesoro del Priamos del museo de Berlín y lo mantuvo en secreto hasta 1993. Desde entonces lo expone públicamente el museo Puschkin en Moscú.
Afortunadamente se conoce la proveniencia de todos esos objetos, solo que están robados.

  1. Robo estatal (Raubkunst = Arte robado)
El cuadro "Archiduque Leopoldo Guillermo en su galería en Bruselas"
Se tiene el caso si el estado roba, confisca, a personas privadas. El ámbito más claro y visual es lo que ocurrió bajo el régimen nacionalsocialista. Numerosos miembros de la elite del partido mandaron confiscar cuadros, objetos históricos, etc.…de diversas maneras ilegales a los judíos, miembros de partidos opositores y otras minorías perseguidas. Casi 600.000 obras artísticas fueron robadas, en toda Europa. 
Con el final de la segunda guerra mundial se complicó la situación: En numerosas ocasiones escondieron las nazis varias colecciones confiscadas a personas privadas con los botines que han robado a entidades estatales. 
Y como después comenzó la guerra fría, muchos objetos los guardo y ocultó la URSS. Por esa razón tardó la devolución de los objetos confiscados a personas privadas aproximadamente medio siglo. 
Como el cuadro Archiduque Leopoldo Guillermo en su galería en Bruselas de David Teniers, 1651, que fue confiscado de la familia judía Rotshild en 1938, y no se pudo devolverles hasta 1999. Justo un año antes, en 1998, habían firmado cerca de 40 países la declaración de Washington, para regular la devolución a los propietarios o sus herederos. En el caso que no los hubo, o que se desconocía la propiedad, se devuelve o se paga a la Conference on Jewish Material Claims.

  1. Robo individual (arqueológico) (Raubgrabung = Robo mediante excavación)
Heinrich Schliemann - importante arqueólogo y ladrón. Y eso que no robó para enriquecerse, sino porque lo consideraba por razón arrogante como demasiado importante como para dejarlo al "enfermo hombre del bósforo". 
Finalmente el clásico: El robo individual, habitualmente arqueológico. Desde el siglo XIX, con el nacimiento de la historia, la arqueología y la moda historicista, numerosos occidentales estaban fascinados por el pasado histórico. 
Tanto personas privadas como arqueólogos respetables iban a saquear al pasado de los países no europeos, robaban sus restos y los presentaban en sus respectivos países.

Uno de los ladrones famosos era el arqueologo Heinrich Schliemann, quién descubrió Troya. Cuando descubrió durante la excavación legal (el gobierno osmanlí le había concedido el permiso) el tesoro del Príamo (8000 objetos de oro), decidió ni informar a Istambul (a pesar de su obligación acordada) sino lo llevó ilegalmente a Grecia. Cuando se enteró el Imperio Osmano era tarde, y le ponían en juicio. Schliemann solo tenía que pagar 10.000 francos de oro como multa (una suma pequeña en comparación con lo que había robado).

Durante los siguientes años tuvo varios planes. Primero quería construir un museo privado en Atenas con el fin de exponer el tesoro de Priamo, después lo quiso vender primero al Louvre francés, después al Eremitage ruso en San Petersburgo, y al final lo regaló en 1881 al museo de Berlín, donde permaneció hasta ser robado a su vez por Rusia y expuesto desde 1993 en el museo de Puschkin.

Ahora bien: Turquía esta intentando desde 2012 que Rusia le devuelva lo que Schliemann les robó. Con algunos objetos ya lo lograron, así devolvieron los EEUU en 2012 24 piezas de oro que también había sustraído Schliemann, en el año anterior devolvió Alemania una espinge de piedra de la capital hitita Hattuscha que se había robado a comienzos del siglo XX. Lo mismo hacen otras naciones, como Egipto, quienes intentan (y logran) que se les devuelvan los objetos.

La situación legal

Esos son los tres casos extremos cuando se roban las piezas. Prohibido la excavación e exportación ilegal de restos históricos en numerosos países (casi todos los países tienen una legislación al respecto, Grecia lo tiene desde 1834), es especifica lo mismo en numerosas leyes internacionales (como la Haager Landkriegsordnung de 1899, o la Haager Konvention zum Schutz von Kulturgut bei bewaffneten Konflikten de 1954).

Pero, ¿Y si las piezas no tienen propietario?

Regularmente, según las normas, la regla es simple. 
Primero: Siempre se tiene que informar sobre todas las piezas que se encuentra. 
Segundo: Todas las piezas cuyo propietario no se puede identificar pertenecen automáticamente al estado. 
Tercero: El estado no tiene la obligación de compensar al quién haya encontrado el objeto, menos si es un objeto inmóvil. Eso quiere decir que si encontramos una ruina romana en España, el propietario no será el dueño del campo donde se ubica, sino el estado (quién recompensará al dueño) ni el estado italiano, que sería el heredero cultural del imperio romano.

Por eso si encontramos unas armas persas en Issos, donde Alejandro Magno derrotó a Darío III, no se tienen que entregar ni a Grecia (a pesar que después ese territorio permaneció a los reinos helenos), ni al Irán (el heredero cultural de Persia), sino a Turquía, en cuyo territorio se encontró.

La RMS Titanic perteneció a una empresa que aún hoy, aunque fusionada,
continua existiendo. Sin embargo no es considerada dueña del barco hundido.
Desde 1987 había visitado una empresa privada los restos bajo agua y comenzó
salvar piezas del Titanic.
Tras unos juicios reconoció el juzgado de las cortes de apelaciones de
Estados Unidos a esa empresa,
la RMS Titanic Inc, como nueva dueña del barco hundido. 
La cosa es más complicada si el objeto se encuentra en el mar, más lejos que 30 km de la costa, cuando en algunas regiones ya comienzan las aguas internacionales.
La UNESCO desarrolló en 2001 una normativa al respecto, declarando a todos los objetos que están más de 100 años bajo agua como herencia cultural mundial al que debe protegerse. No aclara el tema de la propiedad, pero si regula la coordinación entre el estado descubridor y los estados que tenían una clara relación con el objeto hundido.
La nave Vizcaína de Colon se hundió durante su cuarto viaje, en 1503, frente la costa de Panamá. El buscatesoros estadounidense Warren White lo redescubrió en 2001, y desde 2004 lo investigan la Texas A&M University y el Institute of Nautival Archeology, juntos con investigadores españoles.

¿A que país pertenece esa nave?

Como no esta muy lejos de la costa es gestión de Panamá, a pesar de ser un barco español, y una vez finalizada la investigación se expondrá en un museo marítimo en Panamá.
Y cuando se encontró en 1907 en la costa de Túnez una nave griega de la antigüedad clásica, no se devolvió a Grecia a pesar de ser el heredero cultural, sino permanece en el museo nacional de Bardo en Túnez.

Respecto los barcos en aguas internacionales como el Titanic, suelen ser decisiones individuales, tomas en conjunto con todos los estados afectados. La gran mayoría de los restos arqueológicos marítimos se encuentran dentro de aguas nacionales, y muy pocos que están en aguas realmente internacionales se han podido investigar hasta ahora. Quizas se vuelve actual dentro de unos años, cuando se pueda buscar mejor en los fondos oceánicos.

Conclusión

Volviendo a la pregunta inicial: ¿No deberían deshacer la colección y devolver las piezas? – Se soluciona de dos maneras diferentes. O el estado los devuelve (simbólica- o realmente) al estado donde fueron encontrados o robados en su día y los recibe de nuevo prestados, o se los queda (mediante justificaciones dudosas).
Ahora opino que si, los museos como los de la Museumsinsel en Berlin, el Louvre, o el British Museum de Londres deberían, si la proveniencia no sea legal, recompensar o mejor devolver los objetos históricos al estado propietario, pidiéndoles que se los devuelvan prestados. 
Museos como el museo egipcio del Cairo tienen tantos objetos en sus depósitos (¡Realmente tienen tantos que se redescubren durante los últimos años momias y objetos que ya fueron escavados décadas antes!), que posiblemente no guarden mucho rencor.


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