25 abr 2015

El estereotipo artificial del pueblo gitano, el eterno nómada. ¿Y un nuevo pueblo: los frikis?

El 8 de Abril del 2015 apareció en el Diario de Navarra un ensayo: Día internacional del pueblo gitano – El autor reflexiona sobre la cultura y el conocimiento del pueblo gitano así como sobre la necesidad de superar los estereotipos. No dudo de que su autor, Javier Blázquez, profesor de filosofía del derecho de la UPNA, lo hubiera escrito con buena intención y con el buen propósito de superar los estereotipos, afrontar los prejuicios históricos y evitar incurrir en actitudes discriminatorias.

Hace referencia a los proyectos de la Unión Europea para luchar la intolerancia de las minorías, y lo triste que es el olvido tanto dentro como fuera de Alemania que fueron perseguidos por los nacionalsocialistas y matados durante el holocausto.
Aquí ya interrumpo. Eso es craso error. El hecho que el sufrimiento de los Roma bajo el régimen nacionalsocialista sea olvidado fuera de Alemania, como por cierto lo fue también el holocausto que sufrieron los judíos, homosexuales, los afro americanos europeos, los comunistas, los socialistas y numerosos otros grupos de personas, no significa que lo sea dentro del mismo país.
Y me hace gracia que el autor se incline solo por esa referencia, dado que se olvida de las normas discriminatorias que hubo en la misma España hasta hace pocas décadas (1978, Reglamento de la Guardia Civil: Se vigilará escrupulosamente a los gitanos”, “Como esta clase de gente no tiene por lo general residencia fija….).

Mapa que representa la distribución del pueblo "gitano" -
Pero desconozco los criterios empleados para clasificar quién es "gitano".
Lo que me lleva al mismo ensayo. El autor hace en varias ocasiones referencias, posiblemente sin querer, que aparentan una cierta hipocresía. Habla del pueblo gitano o Romaní.
¿Qué quiere sugerir con pueblo? ¿Qué sea una raza, una etnia cultural? Posiblemente lo primero, porque más tarde escribe que los europeos se sorprendieron de la llegada de los Roma por su aspecto físico, es decir por la pigmentación de su piel que no era blanca. ¿Quiere sugerir que hoy en día sigue así?

También continúa explicando el origen del pueblo gitano, que emigraron desde el siglo XI, en pequeñas familias desde la India, hasta llegar en los siglos XIV y XV a Europa. 
¿Por qué lo escribe? Tampoco escribo yo siempre que hago referencia a españoles que tenían antepasados árabes, visigodos, romanos y celtas emigraron en los siglos XX a.C., I, IV y VII desde el sur de Rusia, Italia, el norte europeo y de la península arábiga emigraron hacia la península ibérica.
Todo eso nos sugiere la llegada de un grupo biológicamente homogénea, y que son un pueblo nómada e itinerante. De esa manera su autor nos transmite, posiblemente inconsciente, de nuevo el estereotipo erróneo de los Roma como nómadas de piel oscura.

Esa información es, aparte de errónea, peligrosa porque nos lo presenta como una historia clara y bien conocida de la migración de un pequeño grupo homogéneo.
Históricamente no hay pruebas que los Roma hayan llegado desde la India. Es un mito que tendrá su origen en la llegada migratoria durante el siglo XIII, pero me sorprende la eterna necesidad de mencionarlo. Si hablo de los húngaros tampoco los presento como emigrantes del siglo X. Durante los siglos los grupos migratorios se integran, cambian, y lo mismo ocurrió con los Roma: No hay una cultura, sino varias (Roma, Sinti, Lovle, etc.…), que se diferencian entre si por su religión (católica, musulmana, etc.…) y sus modificaciones lingüísticas.

O empleamos la imagen del "gitano" ladrón, o la del bailarín - ¿Cuando alguien pertenece a ese misterioso "pueblo" gitano? ¿Es como una religión, una herencia biológica? ¿O realmente es una forma de vida, una cultura y un idioma, donde cualquiera pueda formar parte o dejar de serlo cuando lo desea?

Lo mismo ocurre con ese rasgo del pueblo nómada. Menos del 5 % de la población Roma a nivel mundial es migratoria, hablar de ellos como si el nomadismo sea parte de su cultura (o sus genes) es recurrir al estereotipo falso y erróneo.
Los Roma, igual como los judíos e otras minorías socioculturales, mantenían su propia cultura integrándose en su entorno. Lo que ocurrió era que ciertos costumbres (como fiestas o el idioma) seguían conservando (modificándolo ligeramente), que terminó ser lo único que los diferenciaba de su entorno.
De esa manera fueron discriminados, primero por la iglesia medieval hasta que los Roma se convirtieron al catolicismo. Desde el siglo XV se estaban formando los estados modernos, que defendían la idea de un único idioma estatal y una religión única. Las continuas migraciones (tanto de judíos como de los Roma y otras minorías) tenía razones estructurales, nunca porque era parte de su cultura o étnica. No se toleraban las comunidades culturales ajenas al propio estado, tenían que integrarse o desaparecer.
En numerosos casos justo eso ocurrió. Las comunidades judías se dividieron entre conservadores, que insistían mantener todas sus costumbres, y grupos modernos, donde la única herencia de los padres judíos era quizás el idioma. Los que se diferenciaban visualmente eran las personas y familias que querían mantener sus costumbres culturales, una minoría tradicional – conservadora que no representa a la mayoría.

Deportación de Roma, 1940.
A modo de detalle: la wikipedia alemana solo tiene como imágenes la bandera de la organización
Roma y Sinti, y de dos monumentos conmemorativos.
Por el contrario la wikipedia inglesa y castellana está llena de imágenes
"típicos" del "pueblo gitano".
Habla por eso del pueblo gitano es en el fondo crear de manera artificial la existencia de un grupo de seres humanos con las mismas costumbres, unidos entre si por una homogeneidad genética y hereditaria, con el estigma de tener que ser nómadas desde que nacen hasta que mueren. Especiales, exóticos, por tener una larga historia, no por haber decidido serlo así.
¿Quizás algún día hablaran también del pueblo metalero o del pueblo friki, cada uno con sus propios idiomas y fiestas, que provienen por cierto todos de Europa y Norteamérica de mediados del siglo XX? ¿Dónde el friki destaca por su pigmentación blanca y la necesidad de llevar gafas, o el metalero por su crecimiento natural del pelo largo?

Efectivamente, hay gitanos que roban, y que viven en caravanas moviéndose de pueblo en pueblo. Pero sugerir de eso que todos los Roma sean así, es como sugerir que todos los españoles sean unos corruptos machistas, unos vagos robando al estado, cuyo ocio libre es estafar la hacienda pública y gastarlo todo en prostitutas y corridas de toros. ¿A que no siente bien ese estereotipo? 


Eso era lo que quería: Indicar la continua, aún inconsciente, existencia de estereotipos negativos, que con ensayos como ese ponen en peligro lo que el mismo autor Javier Blázquez, en el fondo quiere: superar los estereotipos


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18 abr 2015

Inclusión e extracción: Una teoría de la historia sobre la pobreza y riqueza de los estados

La historia sirve en primera línea para aprender del pasado, saber que ocurrió y de esa manera, quizás, poder entender mejor como funciona la actualidad o al menos como se llegó a ser lo que es.
Los profesores Daron Acemoglu e James A. Robinson crearon en el año 2012 una interesante teoría, a base de sus observaciones del pasado, sobre la pobreza y el fracaso de los estados. El titulo inglés de su obra es “Why Nations Fail. The Origins of Power, Psoperity and Poverty”.
Su enfoque principal son los estados actuales: ¿Por qué tantos estados africanos están inestables y pobres? ¿Cómo se explica la diferencia del poder de los estados de México y EE.UU.?
Recomiendo la lectura de dicho libro, pero quisiera aquí únicamente explicar breve e superficial su teoría que me parece interesante.

El núcleo de su teoría son dos principios.

Primero emplean dos conceptos: la política y la economía. El concepto de política se entiende como sinónimo de estado, y lo usan de manera muy general, definiendo cualquier tipo de organización política como estado. Así se entienden como estados tanto la república romana como la actual república francesa, el imperio chino entra igual como el reino africano de los Kuba. Bajo economía entienden la influencia y la relación de la política (es decir, del estado) y el sector económico del ámbito controlado por el estado.
Segundo añaden a la política y a la economía los adjetivos inclusivo e extractivo. Acemoglu y Robinson quieren decir con inclusivo que una amplia parte de la, o en el mejor de los casos toda, población sea participe (sea del ámbito político, sea del ámbito económico). Al contrario en el caso extractivo. Se excluye la mayor parte de la población, para que una minoría pueda extraer todas las ganancias, tanto economías como políticas.

Voy a explicar como se puede combinar dichos conceptos y adjetivos.

Una política inclusiva se daría en el caso de que el estado proteja los derechos de propiedad, tanto física como intelectual. Además se encarga el estado de mantener el orden y unos derechos básicos para que sus ciudadanos se sientan seguros. Por si fuera poco ese estado tiene que tener un cierto grado de centralismo institucional, para poder permitir la existencia del pluralismo (de culturas, religiones, idiomas, etc.…). Como se ve, un estado con política inclusiva se parece a un estado con una democracia real y funcional.
Su contraparte es la política extractiva. Una minoría – sea la élite de un partido, el alto mando del ejercito, el monarca y su corte real, cualquier tipo de oligarquía, monarquía, tiranía o dictadura – se aprovecha del poder político que tienen en su estado. Se benefician de privilegios y están por encima de la ley de sus conciudadanos.

El otro concepto es la economía, como por ejemplo la economía inclusiva. Acemoglu y Robinson lo entienden como la economía del mercado liberal: La libre competición y la participación de todas las personas, la motivación y el afán de aumentar e invertir las riquezas e estimulando la economía.
El contrario es la economía extractiva. De nuevo es una minoría que se beneficia de la economía y de sus ganancias, con instrumentos como la esclavitud, el feudalismo medieval, y el trabajo forzado tanto de las dictaduras totalitarias como de los imperios coloniales.

Todo eso se puede combinar, y tiene los siguientes resultados:

-          Política inclusiva + Economía inclusiva: Se crea un ciclo positivo. El estado protege al mercado libre, protege a la propiedad y a las nuevas tecnologías, lo que motiva a las personas a invertir su dinero, arriesgar nuevos proyectos y a luchar por ser mejores. La economía crece y se beneficia. Aquí entrarían todos los estados actuales del primer mundo (la Unión Europea, los EE.UU., Japón).

-          Política inclusiva + Economía extractiva: Es una situación inestable, dado que la mayor participación del pueblo en la política hace que las desventajas que tienen en el ámbito económico vayan desapareciendo. O que la minoría controladora del poder económico intente influir en la política a su favor. Esa situación se tiene actualmente en algunos países del segundo mundo (India, México).

-          Política extractiva + Economía inclusiva: Igual de inestable con la anterior, pero con más posibilidad de que el cambio sea bueno para la población. Aquí una mayor parte de personas se benefician en la economía y desean participar en la política. Un ejemplo magnifico de esa situación se tiene hoy en día en China, y quizás con la apertura de Cuba en el 2015 se creará una situación semejante.

-          Política extractiva + Economía extractiva: Se tiene un ciclo negativo. Una minoría, que suelen ser normalmente las mismas personas, controla el poder en la política y tiene el mayor peso en la economía. Se suele dar en la mayor parte de los estados africanos y en dictaduras, como en Corea del Norte. El ciclo negativo tiene en este caso dos características esenciales. Primero: El estado no protege a la propiedad ni a los inventos. O se apropia o lo prohíbe. La razón está en el temor de la destrucción constructiva. Muchos inventos, desde la imprenta por el ferrocarril hasta el Internet, han destruido muchos sectores económicos, creando nuevos. Pero en una economía extractiva no se desean cambios bruscos, porque podría causar una cierta inestabilidad social y así política. Segundo: Dado que la fuerza política está en manos de una pequeña élite, desean otros grupos en este estado apropiarse de esa fuerza política. Y una vez que la hayan obtenido…en la mayoría de los casos solo cambian nombres, pero continúan con el mismo sistema. Representantes tristes de esa herencia son Leopoldo II, Mobutu y Kabila.


¿Cuándo se crean esos cambios entre una situación extractiva y una inclusiva?

Los autores hablan de Fases de cambio. Cuando hechos reales que modifican considerablemente la situación socioeconómica, unos grupos organizados pueden reaccionar y crear ese cambio.

Así con la peste comenzó lentamente en Europa el camino hacia la edad moderna donde las personas tenían más derechos (como los campesinos y las ciudades frente a los señores feudales), o con los viajes por las rutas atlánticas en algunos estados se crearon minorías riquísimas como en Castilla o la Francia absolutista, mientras que en otros se creó un gran grupo de comerciantes influyentes como en Holanda (donde se proclamó pronto la república) o Inglaterra (que desde 1688 era definitivamente una monarquía constitucional), o con la Revolución Industrial. Igualmente pueden ser fases más cortas, pero no menos intensas: la revolución francesa fracasó, pero la semilla de la inclusión democrática estaba sembrada. Y con la muerte de Mao comenzó la inclusión económica, que en 2014 terminó creando disturbios pro democráticos en Shangai.

Es decir: Los autores están convencidos que el hecho de que Somalia es un estado pobre e inexistente y Noruega una nación prospera son consecuencias de la actuación política del ser humano. Independiente del lugar geográfico, de la cultura o de la capacidad de los gobernantes: son decisión política, con consecuencias institucionales, hechas en el momento histórico (in-) oportuna.
Como ejemplo nombran la ciudad Nogales. Es una ciudad en la frontera EE.UU. con México, una parte está en la Arizona de los norteamericanos, la otra en el estado federal de Sonora. Geográficamente están en el mismo lugar, y culturalmente son iguales (una población católica mayoritariamente hispano parlantes). Tampoco se puede decir que los presidentes mexicanos hayan sido más tontos que sus compañeros estadounidenses.
La frontera en Nogales.
Y son dos ciudades completamente diferentes: mientras el Nogales mexicano destaca por su pobreza y una alta tasa de paro, el Nogales estadounidense es una ciudad con poco paro, donde todos sus habitantes han terminado la secundaria, muchos estudiado y tienen trabajos bien pagados.
Partiendo de ese ejemplo, comienzan desarrollando su teoría, y demuestran que efectivamente: Nogales está así por las decisiones que se han tomado en el ámbito político a lo largo de los últimos dos siglos.

Al final quisiera también mencionar sobre su teoría la posibilidad de que la simbiosis extractiva de política y economía pueda crear un mínimo de crecimiento económico. La razón que dan Acemoglu y Robinson es el centralismo. Los estados que carecen de eso tienen imposible un crecimiento económico, como ocurre con Somalia, Colombia y Afganistán. Sin embargo, si hay centralismo (cuando mayor, mejor), el estado puede forzar un cierto periodo de crecimiento económico, hasta colapsar, como ocurrió con la URSS y los estados maya.

Como cada teoría alberga el peligro de modificar la realidad histórica para qué encaje con lo que se desea interpretar, no obstante me parece una teoría útil.
Tiene ciertos fallos, como el peligro de usar anacronismos. Y su mayor ventaja, el empleo de conceptos muy amplios (inclusión – extracción), se vuelve en su contra dado que depende del juicio subjetivo de cada historiador, escuela o experto. Es fácil decir que la URSS bajo el gobierno de Stalin tenía tanto un gobierno (política) como una economía extractiva. ¿Pero de igual manera como con el imperio chino bajo la dinastía Han? Y si, la Inglaterra actual es más inclusiva que la Inglaterra del siglo XVI, y está a su vez más que en el año 1099. ¿Pero como se puede medir el grado?
Ese es el fallo esencial de la teoría. Con los ejemplos extremos se entiende bien, de todos modos se nota que los mismos autores se esfuerzan mucho cuando intentan explicar la evolución de instituciones extractivas a inclusivas cuando hablan de Inglaterra. Muchas organizaciones sociales se movían a lo largo de la historia entre ambos extremos, y efectivamente las polis griegas posiblemente eran más inclusivas que su contemporáneo enemigo, el imperio persa.
Si se procura comparar las organizaciones fuera dentro de marco histórico (¿La polis griega con la república romana o las ciudades hanseaticas eran todas igual de inclusivas?) es posible explicar ciertas evoluciones.

Quiero concluir con la tesis esencial que formulan Acemoglu y Robinson: La inexistencia de un proceso sobrehumano, de una evolución predeterminada o de una mano económica Smitheano.
Las organizaciones políticas e económicas evolucionan y cambian según las decisiones tomadas por las personas que en momentos puntuales de la historia tienen el control sobre dichas organizaciones, tomando decisiones en circunstancias históricas. Como con el descubrimiento de America.
Mientras en Castilla y Francia se concedía un monopolio comercial a un pequeño grupo de comerciantes, los ingleses y holandeses permitían a prácticamente todos sus comerciantes el libre negocio. 
La consecuencia era una monarquía centralizada e absolutista pero con una economía muy extractiva y poco buena que llevó primero a la decadencia a los Habsburgos castellanos y después a los Borbones franceses. En cambio, tanto en Holanda como Inglaterra hubo repúblicas, que después se convirtieron en monarquías constitucionales que tanto política- como económicamente eran más inclusivas que sus equivalentes franco-hispanos.

Y todo eso por la decisión de los gobernantes y poderosos en esos cuatro países. Sea la casa de comercio de los reyes católicos por un lado, sea la decisión del parlamento ingles (con un fuerte peso de las ciudades comerciantes) y la corte Elizabethana por el otro lado. Si Carlos V y Elizabeth I hubieran querido, podrían haber decidido diferente y quien sabe que hubiera ocurrido.

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4 abr 2015

Evitando el euro centrismo histórico o los imperios asiáticos

Durante muchos años compartía el canon general de los historiadores europeos sobre los imperios asiáticos decadentes del siglo XIX. Dominaban las ideas e imágenes de una China derrotada por los ingleses, una colonia anglosajona India, un Irán débil, juguete de rusos e ingleses, un impero otomano descomponiéndose y un vasto pero de todos modos lento imperio ruso.
Ese enfoque era euro centrista, dado que la imagen real de la debilidad política y económica del siglo XIX se convirtió en el anacronismo aceptado para esos mismos imperios desde el aparente comienzo del auge europeo en el siglo XVI. En la historiografía europea (al menos en las obras de los autores y en los manuales que leí y en las clases a las que asistí) se da una sensación de la evolución imparable del poderío europeo, que simultáneamente era el comienzo del fin de los imperios asiáticos.
Tuve esa imagen de decadencia asiática cuando escribí un pequeño trabajo sobre el regeneracionismo español comparando el reformador Joaquín Costa de España con el ministro innovador chino Kang Youwei, o cuando compartía la imagen del imperio osmanlí como el “hombre enfermo del Bósforo”.

Con otros cursos monográficos y la lectura sobre la historia India y China logré lentamente corregir esa imagen, ser más objetivo y menos arrogante. El libro que más me ayudó fue “After Tamerlane. The Rise and Fall of Global Empires, 1400 – 2000” escrito por John Darwin en 2007.

Gracias a su libro aprendí que efectivamente hasta el siglo XVIII la china de los Qing era tan poco débil como el Japón bajo el shogunato. En India se formó el impresionante imperio Mongul, los persas safavidas tuvieron un auge semejante al imperio osmanlí de Turquía, y los rusos construían durante 400 años en su imperio continental. Todos los esfuerzos y energías, todas las expansiones territoriales y nexos comerciales apenas afectaban a Europa, y menos aún se prestaba (y se sigue prestando) atención a ello. Europa en los campos sociales, económicos y militares apenas destacaba hasta comienzos del siglo XIX.
Los imperios asiáticos expandieron y crecieron desde el siglo XV, no había ninguna crisis en ningún aspecto. El cambio surgió con el fin de las guerras napoleónicas en Europa. Hasta entonces el contacto entre las organizaciones políticas de la tierra habían sido mínimas: El comercio de diamantes, oro, plata, porcelana, perlas, pieles, seda, índigo, esclavos, azúcar, cacao, tabaco, especias, café y té era mínimo dado su naturaleza como productos de lujo. Las compañías comerciales inglesas, holandesas y portuguesas tenían realmente poco poder en los países asiáticos. Se contentaban estando en determinadas ciudades costeras como Macao, Cantón, Bombay, Madrás, Calcuta e Ormuz. En cambio como bien hizo entender el emperador chino a los ingleses antes de la primera guerra del opio: No necesitaban los productos ingleses, gracias. Ya tenían todo lo que necesitaban, las relaciones comerciales entre europeos y asiáticos era existente, sin embargo mínimo. También militarmente todos esos imperios hasta el siglo XIX podían mantener su nivel de poder semejante a los europeos.


Posterior a la derrota de Napoleón y con el comienzo del largo siglo pacífico XIX la industrialización se hizo notar. Las armas de fuego que se usaba en la guerra de Crimea, las ametralladoras, no se podían comparar con las escopetas de los mosqueteros del XVII. Los cañones y la artillería eran ligeros, con mejor puntería y mayor fuerza de fuego. Finalmente las naves militares dejaron de ser barcos de madera, convirtiéndose en auténticos buques de hierro. La diferencia tecnológica militar entre los soldados de Napoleón y los soldados de la guerra civil americana o las guerras de unificación alemana e italiana era considerable, gracias a la industrialización.
Dicha industrialización hacía que Europa comenzó tener un autentico hambre de mercado. Había que vender productos y traer recursos, más que nunca. Ni en el imperio colonial español ni en el británico antes de la revolución americana el intercambio de bienes para la mayor parte de la población era significante, al contrario. Con la industrialización el comercio dejó de ser únicamente de lujo, y se convirtió durante el siglo XIX en lo que es hoy en día: Una economía globalizada de masas de productos.
En ese momento es cuando realmente comenzó la debilidad económica (y como consecuencia igualmente política) de los imperios asiáticos. En el año 1860 muchos intentaban actualizarse, pero implantando la cultura de la industrialización europea con la fuerza traía como consecuencia una gran inestabilidad social.
Algunos tuvieron éxito. Japón lo logró con la revolución Meiji, Siam igualmente consiguió modernizarse, e Abisinia incluso podía derrotar los invasores italianos. Sin embargo, cuanto mayor era el tamaño, más dificultades hubo. Las resistencias de los grupos rurales quienes temían los cambios sociales impidieron durante casi un siglo la integración económica de China, Irán y Osmanlí. Pero a diferencia de India ninguno de esos imperios fueron invadidos, perdieron batallas y guerras puntuales pero ningún país europeo era capaz de ocuparlos y controlarlos a diferencia del continente africano.
Esos países tenían en la política sus manos atadas. China desde 1900 hasta 1949 estaba sumergida en una guerra civil, Persia era un juguete primero de los rusos y de los ingleses, después de los EE.UU. y la URSS, el imperio Osmanlí perdió en 1918 más de la mitad de su territorio (aunque realmente ya no controlaba por ejemplo Egipto desde hace 50 años) e India era la joya inglesa desde 1877 hasta 1949.

John Darwin logra terminar con la imagen de los imperios decadentes en todos sus aspectos. Realmente todos ellos eran política- y económicamente silenciados durante un siglo desde mediados del XIX hasta mediados del XX. Desde entonces han logrado reestructurarse y vuelven al auge. China es un la primera potencia económica mundial, seguido por la mayor republica terrestre India. Irán se ha convertido en una potencia regional importante, independiente de influencias tanto rusas como estadounidenses con su curiosa republica teocrática. Turquía recuperó su poder regional en el próximo oriente, y de Japón ni hablar.
Todos esos países, menos Turquía, son como clara manifestación de su poder militar potencias con armas nucleares. En vez de hablar del la decadencia asiática habría que hablar del siglo europeo cuando los europeos era más avanzados hasta ser alcanzados por los quienes habían menospreciado.

Otro aspecto que John Darwin postula es el fin de la existencia de los imperios territoriales. Desde la muerte del último gran conquistador Tamerlán en el siglo XIV ya no había grandes cambios en el mapa asiático. Los imperios del XV siguen casi con las mismas fronteras hoy en día, excepto Rusia.
Todos los intentos que hubo en el doble continente euroasiático de crear nuevos imperios fracasaron en numerosas ocasiones, comenzando con Napoleón, llegando a la crisis mundial (1914 – 1945), terminando con lo que John Darwin llama la negación del imperio de la guerra fría. Quiere decir que desde 1949 deja de existir el afán por crear una potencia imperial territorial y física, más bien interesan los imperios virtuales, indirectos, de influencias al estilo EE.UU. y URSS. La globalización es el final definitivo del “sueño del imperio”.

Quiero recomendar este libro por la misma razón que me llevó a leerla: Ayuda por un lado evitar el euro centrismo y por el otro lado se conoce la interesante historia de los imperios asiáticos entre los siglos XV y XX. Además se nota una objetividad admirable por parte del autor, evita tanto la idealización como la demonización. Sin embargo le espera al lector una cierta carga descriptiva, con numerosas fechas y nombres, que dificultan su lectura si se desconoce el contexto histórico.

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