20 feb 2013

La marca del totalitarismo

Friedrich Engels envió el cuatro de septiembre del 1870 una carta a Karl Marx con la siguiente conclusión: Se tiene (…) una mejor idea del gobierno del miedo. Nosotros entendemos eso como el gobierno de gente que dan miedo; es al revés. Se trata de un gobierno de gente que están asustados. La terreur, eso son en mayor parte crueldades sin sentidos, hechos de gente, cuales tienen miedo, lo hacen para tranquilizarse. No pienso, que hay mejor descripción de los campos de concentración soviéticos o nacionalsocialistas como campos del terror. (Pág. 97) 
Andrzej Jozef Kaminski (1921 - 1985)
Esa definición breve se encuentra en la magnifica obra Campos de concentración – 1896 hasta hoy (1981), Historia, Función, Topología de Andrzej J. Kaminski (en italiano I campi di concetramento dal 1896 a oggi, storia, funzioni, tipologia), una monografía tanto bien elaborada como estructurada que posibilita una visión completa de los campos de concentración

El autor

Cuando en 1939 comenzó la segunda guerra mundial con el ataque a Polonia. Fueron dos estatos aparentemente diferentes aunque realmente similares en su naturaleza como estato totalitario cuales ganaron a los ejercitos polacos. Con posterioridad a la derrota había polacos cuales seguían luchando como guerrilla desde la clandestinidad, otros huieron y otros se silenciaron. 
A numerosos les cayó la mala suerte de ser detenidos , llegando a ser prisioneros en los campos de concentración nacionalsocialista, entre ellos Andrezej J. Kaminski. 
Sobrevivió al campo de concentración, pero fue, vulgarmente dicho, de Guatemala a Guatepeor: una vez libre, su Polonia se había convertido en un satelite del sistema totalitario de la URSS con posterioridad de 1945. En 1973 emigró. Durante su trabajo como profesor de historia contemporanea en la universidad de Wuppertal, Alemania, (lo fue hasta 1985) se dedicó a redactar su monografía, publicandolo en 1981. 
Despúes de la segunda guerra mundial la época del nacionalsocialismo era un tema tabú en ambas Alemanias, se prefería evitar hablar del pasado y presentar a los nacionalsocialistas como una banda de criminales quienes influyeron y engañaron al pueblo alemán. Se tardó hasta los años 60 y 70 cuando los jóvenes quienes habían nacido en la postguerra preguntaron a sus padres exigiendo la verdad. Se confrontó con el pasado, el dialogo, la acceptación de lo ocurrido. 
Tras la memoria, viene la historia, y llegó el momento de los estudios exhaustivos del pasado, los historiadores podían comenzar con un analisis más objetivo del pasado. Entonces fue cuando Kaminski en los años 80 comenzó con la redacción, publicandola en 1981. Kaminski pretendió escribir una obra con el fin de entender como funcionaban los campos de concentración evitando el camino subjetivo de la diabolización. De esa forma logró una obra bastante objetiva.
La meta era ofrecer una visión sobre la estructura y el funcionamiento de los campos de concentración independiente de las ideologías. Nunca quería olvidar el autor las victimas ni faltarles el respeto, ya que personalmente rechazaba a cualquier tipo de estado totalitario y de sus instrumentos. 
Con el fin de obtener la mejor neutralidad posible trabajó Kaminski con fuentes primarias. Si embargo, como ocurre con todo autor con una biografía similar, hay pequeñas influencias subjetivas. Por esa razón todo su monografía está influida por su visión mundial: los derechos humanos son a su juicio derechos superiores a cualquier ideología, cualquier sistema político, en fín un derecho que dificilmente puede negar ni rechazar nadie. Desde ese punto de vista estudia a los campos de concentración, y se nota con el (raro) uso algo inadecuado de adjetivos y metáforas. Así se situa inconscientemente en contra de esos campos y sus sistemas, aparte procura mantener una postura objetiva. 

Estructura y Contenido

En la introducción de la obra trata Kaminski las cuestiones sociales, morales y políticas de los campos de concentración. Analiza los estudios realizados sobre los campos de concentración, la opinión publica y la percepción que se tiene, llegando a la conclusión que existen escasas investigaciones sobre dichos campos. 
Aclara dos elementos que aparecen a lo largo de toda su obra como dos lineas rojas. Primero diferencia claramente el sistema estatal del pueblo, aclarando que los nacionalsocialistas, soviéticos y maoistas dificilmente representan la totalidad de la población alemana, rusa o china. Un detalle importante ya que habitualmente se confunde ambos tipos de grupos como se manifiesta en la expresión popular que durante la segunda guerra mundial todos los alemanes eran nazis o la existencia de numerosos esteriotipos. 
El segundo aspecto es el intento de objetividad. Con notable esfuerzo procura ser el autor objetivo, ya que con vistas a entender los campos de concentración carece de útilidad diabolizarlos. Sin embargo es inevitable debido a su biografía la una u otra mención subjetiva. Es comprensible, ya que Andrzej J. Kaminski fue un guerrilla polaco de la segunda guerra mundial y había sido prisionero en los campos de concentración nacionalsocialistas. Continuamente aclara la necesidad de recordarse de las víctimas, sin que eso se convierta en el único aspecto de su estudio. 


Campo de concentración donde los ingleses
encerrarón los mujeres y hombres boer durante
la primera guerra boer
En el siguiente capitulo se dedica a una breve Pre-Historia y topología de los campos. Explica la existencia de los primeros campos de concentración (de los españoles en Cuba, de los norteamericanos en las filipinas y de los ingleses en el sur de África), que servían como modelo para los campos de concentración de los sistemas totalitarios.
Esos campos al principio solo se había construido durante la guerra con el único fin de desmoralizar al enemigo y habitualmente sus prisioneros nunca pertenecían al pueblo quien los había construido. 
Junto a eso trató la cuestión problemática de la confusa definición, ya que por ejemplo unos autores hablan de campos de trabajo, cuales serian los campos de concentración (KZ = Konzentrationslager) mientras que los otros serian los campos de destrucción (VZ = Vernichtungslager). Kaminski consigue una definición suficientemente exhaustiva y útil.
Finalmente analiza Kaminski las ideas políticas, filosóficas y ideológicas con vistas a entenderlo la justificación de la existencia de los campos. Así muestra que los nacionalsicoailsitas se basaron en la idea de que los alemanes arios necesitaban hilotas, a esclavos estatales, y que para ellos se necesitaría los campos de trabajo. 

La característica de los cambos de concentración los abarca Kaminski en los siguientes los capitulos tres y cuatro: por un lado servían como campos de terror, por el otro lado como campos de esclavo. 


Campo salvaje de la SA en Dürrgoy.
Ya Lenin y Trozkij habían iniciado la construcción de campos, en primera línea con el objeto de controlar y eliminar los parásitos de la sociedad. Varios campos servían aparte del control de enemigos (sean verdaderos o imaginarios) también como instrumento de la venganza personal, como ocurrió con los campos salvajes de la SA entre 1933 y 1935.
Un detalle interesante es la influencia de las utopías. Tanto La republica de Platón como el estado de Licurgo o la sociedad de Marx y distintas ideas parecidas tenían la visión de un mundo ideal. Ahora bien: sin libertad con una sociedad supervisada, sin esfera privada con unos gobernantes cuales regían al estado con una población que obedece ciegamente. Esas ideas eran la base para las ideologicas a favor de estados totalitarios, como ocurrió con Lenin y los bolcheviques (soviéticos), con los nacionalsocialistas y con Mao y los comunistas chinos.
Kaminski nombra a otros sistemas equivalentes como las dictaduras militares de Argentina, el régimen de Pol Pot con los Khmer rojos y el corea del norte de Kim Jong I, solo que le faltaba espacio para incluirlos en su obra. 
Victimas de un
campo de concentración nacionalsocialista.
Para realizar esos mundos ideales, se necesitaba el instrumento que ya en la revolución francesa se había utilizado con el fin de luchar contra los enemigos del nuevo mundo: el terror. La eleminación física era el efecto secundario, el motivo principal de esos campos era la detención y la silenciación de los enemigos ideologicos. En el caso de la URSS y China los prisioneros se podían reeducar ideologicamente para dejar de ser capitalistas ya que simplemente pertenecían a las clases erroneas, en el caso nacionalsocialista su ideologica imposibilitaba una reeducación, se tenía que eleminar físicamente al enemigo biologico. En toda su obra el autor diferencia entre el aparato nacionalsocialista y el soviético. 
Así solo en Alemania había al principio los campos salvajes. Por el contrario en la URSS desde principio el partido, mejor dicho la policía del terror (como llama Kaminski la Teschka) había planificado y estructurado claramente los campos de concentración. 


Construcción frozada en un Gulag sovietico.
La segunda función de los campos aparece en el cuarto capitulo: el uso como campo de esclavo. Kaminski destaca la diferencia entre el sistema totalitario nacionalsocialista y el sovietico era mayor: la SS nunca control ó al tercer Reich de una forma tan fuerte y completa como la Treschka a la URSS. Como detalle: en la alemania nacionalsocialista continuaba la existencia de otras administraciónes independientes, como el ejercito, el partido nacionalsocialista y la administración estatal. Eso si, en ambos sistemas los prisioneros tenian que trabajar en varios proyectos de construcción de edificios de prestigio o en la economía estatal. 
De todos modos la función económica era según Kaminski en ambos sistemas claramente secundario. Principalmente porque los guardianes de los campos de concentración se encontraban ante un problema: por un lado tenían que romper y debilitar a los enemigos encerrados con poca comida, malas condiciones y castigos duros, despreciando la salud y la vida, por el otro lado precisamente por esas condiciones los prisioneros jamas podían trabajar de forma eficaz. Si ahora se mejoraría sus condiciones hubiera sido muy probable que los prisioneros se hubieran rebelado contra sus guardianes, ya que en todos los campos de concentración tenían una ventaja númerica aplastante. 
Por esa razón los prisioneros tenian que realizar obras primitivos con escasa relevancia económica, como cortar árboles y transportar sus troncos, obviamente con hachas malas, si los recibían. O trabajar en lugares peligrosos, como las minas, limpiar wn el caso soviético las turbinas radioactivas de los submarinos nucleares o trabajar en las fábricas subterraneas de Braun y sus experimtos con los misiles. El ser humano se reducía a un ser peor tratado que un animal. 


Campos de concentración nacionalsocialistas (Konzentrationslager)
Tras el estudio de las dos funciones estudia Kaminski brevemente los Prisioneros, Guardias y los beneficiarios. Aclara que desde el punto de vista de la victima su sufrimiento desde su captura por la policía del terror hasta la llegada al campo es un proceso unitario, cosa que en realidad era más complejo. Un funcionario del estado escribe la carta de detención en su oficina, la policía secreta o la policia regular detiene la victima, después se organiza el transporte y al final se llega al campo. Junto al análisis de la organización refleja Kaminski sobre los diferentes tipos de prisioneros. A los nacionalsocialistas la clase social raramente importaba para ser prisionero, a diferencia de los soviéticos. Ahora bien: varios comunistas extranjeros fueron detenidos en la misma URSS por el temor de la entrada de ideologicas que se diferenciaban de la doctrina sovietica. 
Un argumento que se suele usar a favor de los campos de concentración era que con frecuencia se encerraban también a criminales. Un argumento que Kaminski demuestra como absurdo, ya que varios criminales fueron (de nuevo) detenidos tras haber cumplido su castigo o tras ser prisioneros desde hace varios años en prisiones normales. Aparte de los prisioneros estaban los guardias. Personas con habitualmente escasa formación y educación quienes con gusto mostraban su poder. Kaminski los describe como una horda de pequeños burgueses que se han vuelto locos (Pág. 145), y cuenta de un ejemplo soviético donde el comandante de un campo mandó que varios profesores llevaran su carro estirando como burros. Los guardias cuales acompañaron los transportes también solían tener una nacionalidad diferente a la de sus prisioneros, como cosacas, asegurando tanto la imposibilidad de comunicación como una posible fraternicación. 
Otro rasgo con el fin de hacer sufrir a las victimas durante el transportes era darles nade de comer encerrados en multitud en vagones pequeños. 
De los beneficiados habló escasamente, más bien se dedica a mencionar y criticar empresas para las que Kaminski había trabajado durante la segunda guerra mundial y cuales en (al menos hasta) 1981 seguían existiendo y floreciendo. 


Campos de concentración sovieticos (Gulag)
Concluye el trabajo con su sexto capitulo: ¿Estado, Archipel, Universo – Institución?, un capitulo de estudio sobre los estados totalitarios, cuyos rasgos fundamentales son, como se mencionó, los campos de concentración, la perdida de justicia y la negación de los derechos humanos. Para Kaminski los campos dificilmente son una parte mala de un estado sano, son más bien el rasgo de que el estado justo ha terminado de existir. 
El último párrafo de la obra aclarara de nuevo la visión de Kaminski como vio al mundo – un mundo, en que la que imposiblemente sabia que la URSS 1991 caerá, que la China de Mao escasos años después comenzara a abrirse: Pero sino así el mundo sigue lleno con esclavitud, lleno con alambre espinoso, lleno con injusticia. Y lo poco que pueden hacer los humanos libres en contra de eso para apoyar la hola de los derechos humanos, que se va formando en los últimos siglos, que va a hundir todas las torres de los campos de concentración de todo el mundo un día es, SABER de eso (Pág. 264). 

Conclusión

En mi juicio es una monografía bien elaborado, con buen empleo de tanto de fuentes primarias como de secundarias, después de cada capitulo aclara en una lista larga de que fuentes ha conseguido las informaciones o cuando habla de lo que el mismo había visto detalles, anécdotas, hechos, lo que hace convertir al libro en una mezcla entre fuente primaria – objetivo y obra con un mensaje claro de criticar a los sistemas totalitarios como inhumanos. El lenguaje es muy fluido y fácil de leer. Evitando ser es una lengua académica seca ni distanciada logra estar rica de adjetivos y metáforas. 
Todo ese trabajo aclara la dificultad y el problema de la historia contemporánea: igualmente como es imposible la pura objetividad, dificilmente se puede ser relativista, menos uno quien haya vivido esa misma época. 2045 se podrá comenzar una análisis objetiva sobre lo que ocurrió en Alemania, 2091 lo de Rusia. Opino que se necesita como mínimo 100 anos, una vida completa, con el fin de poder hablar de algo que ni afecta mas a una persona mismo o a otro familiar, amigo, conocido cercano. 
Simbolo de los Derechos Humanos.
Escribir sobre los campos en 1981, donde el mismo Autor cuando habla de los que le han ayudado no menciona el nombre de algunos con el objeto de evitar causarles problemas en sus estados, es un esfuerzo enorme, luchando al mismo tiempo contra los que niegan los campos de concentración (Neonazi, Simpatizantes de la URSS) y los que ven en Kaminski un científico frió que olvida las victimas. 

La obra explica como funciona la administración de los campos y la organización de los transportes y o cuantos morían en que campo, y va un paso más alla: pretende explicar el porque de la existencia de los campos. Y a pesar de que Kaminski rechaza personalmente a los sistemas totalitarios, no hace una obra propagandística, que solo consiste en criticar sin entender, sino lo contrario. Su unico mensaje politico es solo uno: nadie tiene derecho a sobresaltar los derechos humanos.

15 feb 2013

El comienzo del Monopoly – o ¿Qué era realmente la “Gran Depresión” (1873 – 1914)? (VII)


 • ANNO 3, edit. Westermann, ISBN: 3-14-111949-X, Braunschweig, 2002

 • ALMUIÑA FERNANDEZ, Calso, „El proteccionismo cerealistico castellano en el XIX“, en historia 16, numero 41, Pág. 55 – 61

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 • BERHORST, Ralf, „Das Prinzip Krupp“, en GeoEpoche – Die Industrielle Revolution, Numero 30, ISBN: 978-3-570-19781-3, Hamburgs, 2008, pag. 98 – 111

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 • COSTAS, Anton, „El librecambio, la industrialización y sus desencantos: argumentos a favor del proteccionismo en la segunda mitad del siglo XIX“, en industrialización en España: Entusiasmos, Desencantos y Rechazos, edit. Editorial Civitas S.A., ISBN: 84-470-0990-4, Madrid, 1997, Pág. 205 – 225

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 • DÖBLER, Hansferdinand, Handwerk, Handel, Industrie, edit. Goldmann, ISBN: 3-442-11171-4, München, 1978 

 • Dtv-Atlas zur Weltgeschichte, Volumen 2, ISBN: 3-423-03002-X, Köln, 1966

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 • GESCHICHTLICHE WELTKUNDE, Volumen 2, edit. Diesterweg, ISBN: 3-425-03312-3, Frankfurt am Main, 1977

 • GESCHICHTLICHE WELTKUNDE, Volumen 3, edit. Diesterweg, ISBN: 3-425-03313-1, Frankfurt am Main, 1977

 • GESCHICHTSBUCH, Volumen 3, edit. Cornelsen, ISBN: 3-464-05389-X, Bielefeld, 1988

 • GOTTSCHALK, Gesa, „Fliessmandbioniere“, en GeoEpoche – Die Industrielle Revolution, Numero 30, ISBN: 978-3-570-19781-3, Hamburgs, 2008, pag. 160

 • HENNING, F.W., Die Industrialisierung in Deutschland 1800 bis 1914, edit. Verlag Ferdinand Schöningh, ISBN: 3-506-99161-2, Paderborn, 1973

 • HENRI, See, Französische Wirtschaftsgeschichte, Band 2

 • Informationen zur politischen Bildung – Das 19. Jahrhundert 2, Numero 164, München, 1993

 • JÄGER, Wolfgang, Die Geschichte der USA, edit. Cornelsen, ISBN: 3-06-064225-7, Berlin, 2005

 • KLÜVER, Reymer, „Tod am laufenden Band“, en GeoEpoche – Die Industrielle Revolution, Numero 30, ISBN: 978-3-570-19781-3, Hamburgs, 2008, pag. 153 – 163

 • Knaurs Historischer Weltatlas, edit. Knaur, ISBN: 3-426-66421-6, München, 2000

• LADEMACHER; Horst, Geschichte der Niederlande, edit. Wissenschaftliche Buchgesellschaft Darmstadt, ISBN: 3-534-07082-8, Darmstadt, 1983

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 • SAUTTER, Udo, Lexikon der amerikanischen Geschichte, edit. Beck, ISBN: 3-406-39294-6, München, 1997

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 • SIGRIST, Christian, Neue Rheinische Zeitung 22 august 2006

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 • www.lry-muenchen.de/u51a111/webserver/webdata(vo12114.pdf 

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7 feb 2013

El comienzo del Monopoly – o ¿Qué era realmente la “Gran Depresión” (1873 – 1914)? (VI)

Indice:

Introducción
¿Cuáles eran las causas de las crisis / la gran depresión?
¿Qué consecuencias tenían las crisis? 
1) Las consecuencias políticas
2) Las consecuencias económica
3) Las consecuencias socio – culturales 
Conclusión
Fuentes

Conclusión

Durante el ultimo tercio del siglo XIX se formaron las bases de una economía que 1929 se derrumbó; al mismo tiempo era la transición entre la primera y la segunda industrialización.
Con todo no había ninguna situación radical o similar a la de después de 1929; tampoco se podría decir que las crisis económicas habían provocado la primera guerra mundial como ocurrió en el caso de la segunda. Simultaneamente crecía la economía progresivamente aunque había una serie de crisis. 

La cantidad de carbón extraído en miles de toneladas, entre 1820 y 1913. Amarillo: Austia - Hungria, morado: Bélgica, negro: estados alemanes y desde 1871 Alemania, azul: Francia, rojo: Gran Bretaña, marrón: Rusia (Knaurs Historischer Weltatlas, edit. Knaur, ISBN: 3-426-66421-6, München, 2000, 211 y 213).
En los gráficos se puede observar la cantidad de producción de carbón, acero y vías de ferrocarril. Lo que a primera vista destaca es que había en todos los países un crecimiento continuo. La única diferencia era la velocidad: antes de 1870 era más rápida que después de 1875, principalmente porque el mercado se había saturado. En el caso del carbón se explica más bien que desde 1875 las minas europeas habían llegado a sus limites de máxima eficacia, mientras que en Rusia había numerosos lugares cuyo carbón no se había extraído por entonces (algo que cambiará con la formación de la Unión Sovietica). 

La cantidad de acero producido en miles de toneladas, entre 1820 y 1913. Amarillo: Austia - Hungria, morado: Bélgica, negro: estados alemanes y desde 1871 Alemania, azul: Francia, rojo: Gran Bretaña, marrón: Rusia (Knaurs Historischer Weltatlas, edit. Knaur, ISBN: 3-426-66421-6, München, 2000, 211 y 213).

En el caso de la producción de acero se observa el gran predominio que había tenido Inglaterra antes de 1870. Desde 1875 hasta 1900 la producción, a pesar de las nuevas tecnologías, no cambiaba (excepto Rusia y Austria - Hungria, los dos imperios menos industrializados), mientras que desde 1900, debido a las tensiones politicas que culminarían con la primera guerra mundial, se aumentó fuertemente. 

Ese estancamiento se manifestó en el tamaño de las redes ferroviarias, donde no se podía aumentar facilmente la produccion (gráfico abajo).

Las crisis en esos datos brillan por su ausencia, al contrario, había nuevos productos para producir y nuevas tecnologías: el método Bessemer (1856), el acero en vez del hierro fundido desde 1860, el teléfono de Graham (1876), la lámpara de Edison (1878), la locomotora eléctrica de Siemens (1879) y el generador potente de Parsons (1890). 

Kilometros de red ferroviaria en km existente entre 1820 y 1913. Amarillo: Austia - Hungria, morado: Bélgica, negro: estados alemanes y desde 1871 Alemania, azul: Francia, rojo: Gran Bretaña, marrón: Rusia (Knaurs Historischer Weltatlas, edit. Knaur, ISBN: 3-426-66421-6, München, 2000, 211 y 213).

El mejor ejemplo que en gran parte segía el progreso de la economía seria el duelo entre Edison y Westinghose. 1879 había inventado Edison la lámpara que podía funcionar mejor que ninguna otra; 1882 combinó un dinamo con una maquina de vapor y construyo en Nueva York el primer centro energético. Fundo la Edison Electric Light company. Pero su monopolio de electricidad corriente continua no duro mucho: 1885 comenzó un competidor, Geogre Westinghouse, con la Westinghouse Electric and Manufacturing Company y la corriente alterna. Le quitó los clientes con éxito. 1890 ya había 130 ciudades electrificadas. Westinghouse tendrá el mismo destino como Carnegie o Krupp: 1907 pierde el control sobre su empresa y los accionistas le expulsan de su propia fábrica. 
Eso estimulo a otras industrias como por ejemplo el ferrocarril: ahora se reemplazo de poco en poco a todos los ferrocarriles de vapor por ferrocarriles eléctricos; y duraría casi 50 años hasta que se conseguía el cambio (SCHEUERMANN, Christoph, „Duell der Erfinder“, en GeoEpoche – Die Industrielle Revolution, Numero 30, 138 – 139). 

Los nuevos inventos evitaban una gran crisis productiva – y también servían como colchones para las crisis financieras siguientes. 1873 aun no había ese colchón, entonces el mercado estaba realmente saturado. Sin embargo la industria se podía mantener simplemente porque la influencia financiera aun no era extraordinaria. Muchas empresas familiares o mixtas (familiares y accionistas) habían tenido una cierta estabilidad, suficiente para aguantar la crisis pero no para sobrevivirla, se tenían que convertir en accionistas para poder tener los recursos financieros necesarios con el fin de emplear las nuevas tecnologias (caras). En España, por ejemplo, solo en Madrid, Barcelona y Vizcaya había una influencia financiera. Para el resto de la Península, todo indica la insuficiente penetración, pero entontes, entre el sistema financiera y la economía productiva („Restauración y Regencia (1874 – 1902)“, 31). Y en Francia, por ejemplo, faltaba capital para poder haber especulado con ello previamente: todo el dinero francés tenia que ir a pagar las reparaciones alemanas. Por eso llego la crisis allá cinco años mas tarde (HENRI).  Tampoco fue una gran crisis porque los países más industrializados eran solo Inglaterra y los Estados Unidos; y ambos tenían un mercado amplio para curarse: el Wild West y el British Empire; los que sufrían realmente eran los pequeños centros financieros y unas pocas industrias europeas. Se espera haber destacado que la crisis había sido en primera línea una crisis financiera, causada realmente por efectos psicologías y las reacciones frente a ellas. 

Lo que podía haber sorprendido era la falta de mención del foco colonial que había comenzado su auge en 1885. La explicación era, que únicamente Inglaterra y los Estados Unidos tenían un imperio colonial (los USA de manera mas indirecta) con una relevancia económica. Y por eso esas potencias eran los que menos habían sufrido las crisis, porque podían usarlos como mercados coloniales. Las otras potencias – Alemania, Francia, Italia, España, los Países Bajos y Bélgica – intentaron imitar al British Empire, pero realmente sus colonias eran objetos de prestigio y no había una estrecha relación económica entre las colonias y el centro metropolitanos. 

Los que realmente ganaron en la crisis eran los (fuertes) sectores industriales y financieros, cuales, a través de selección, conseguían construir autenticos imperios monopolios económicos; con los cuales controlaron al mundo político. Ese dominio comenzó en 1873 y duró hasta el 1929; después se podía recuperar de poco en poco durante los años 40 y 50 del siglo XX hasta el siglo XXI – interrumpida por pequeñas crisis, sea el fin del Wirtschaftswunder, la crisis petrolera o la crisis que comenzó en el 2009. 

Tablero del Landlords Game, de Elizabeth Magie, 1904.  




6 feb 2013

El comienzo del Monopoly – o ¿Qué era realmente la “Gran Depresión” (1873 – 1914)? (V)


En esa parte se quiere señalar brevemente las consecuencias más bien ideológicas que tenían las crisis; las mentalidades de los diferentes grupos sociales. Cada grupo social y cultural intentaba buscar explicaciones diferentes para y reacciono de manera diferente ante las crisis. Se podría hablar, de manera muy simplificada, de cuatro reacciones: la neoclásica, la marxista, la nacionalista y la antisemitita. 

3.1) Teoría neoclásica – la elite económica 

Desde el siglo XVIII hasta al primera mitad del siglo XIX había dominado entre la clase media y alta la teoría de la economía nacional de Adam Smith: la libre competencia en el mercado. En continuación desde los años 20 del siglo XX hasta los años 70 del mismo siglo dominó el pensamiento de la intervención estatal conocido como el Keyenianismo
En el periodo durante la segunda mitad del siglo XIX dominó una tercera teoría, la del Neoclásico. Esa teoría, creada y definida por científicos como el francés Leon Walras (1834 – 1910), el austriaco Carl Menger (1840 – 1921), el austriaco Eugen Böhm von Bawerk (1851 – 1914) y el ingles William Stanley Jevons (1835 - 1882), consideró que el valor de los bienes esta determinado por el deseo y la necesidad (en otras palabras: por la demanda) en vez del coste de la producción. Era una teoría que dejó de enfocarse en la producción; en cambió se interesó más por el sector financiero. 
En la teoría dictaría el mercado (la demanda de los clientes) precios; en tanto que los empresarios solo tendrían que regular la cantidad de los productos. Mientras que la economía nacional de Smith estudió el origen, crecimiento y la repartición de la riqueza en la sociedad, la neoclásica solo se fija el intercambio entre los individuos, la repartición de los productos. 
Según la teoría neoclásica el mercado suele ser estable, con un perfecto equilibrio. Luego es imposible el paro involuntario ni la sobreproducción involuntaria, sino son los actos voluntarios cuales hacen inestables al mercado. Y la mayor inestabilización se produce si el estado interviene o si hay intranquilidad social (como si por ejemplo los sindicatos piden aumentos de salarios). 
Herbert Spencer (1820 -1903)
En efecto, el estado debe ocuparse de los problemas sociales ratifícales, por el contrario se deba dejar en paz al mercado natural. No hay ciclos económicos – sino un crecimiento continuo, que por causas extrañas al sistema puede ser interrumpido. Spencer con su obra Social Statics aclaró que constantemente ganaría el mas fuerte (no fue Darwin quien acuño la frase the survival of the fittest sino Spencer) (SCHRÖDER, 134). 
Esa visión neoclásica dominó y servía como justificación para los empresarios. Tenían una base de legitimación para defenderse contra los obreros de abajo y el estado de arriba, y estaban convencidos que la economía crecería continuamente. Una visión muy optimista que no se vio afectado por las crisis financieras, al contrario: de las crisis salían ganando los fittest

3.2) Teoría marxista – el pueblo popular 


Karl Marx (1818 - 1883)
Si en teoría anterior se prima al mercado, Marx desarrolló su teoría al revés; en vez de ser el mercado la base económico lo es la producción. La teoría de Marx es demasiado complejo para desarrollarla aquí, tampoco seria adecuado crear un resumen sintético y superficial. Lo que mas importaba aquí eran las influencias de las ideas de Marx y de otros pensadores en la clase baja (la obrera) y los intelectuales de la izquierda. 
La situación de la clase baja era pésima durante las crisis: ¼ de los obreros de Berlín estaban 1873 en paro (Die Deutsche Geschichte, 391), y aunque desde 1887 subían los salarios también los precios de los productos básicos como pan o el alquiler. Escasos empresarios, como Krupp, intentaban mantener la lealtad y la capacidad de sus obreros. 
España fue el primero en usar el
emblema de la  primera conferencia.
Esa situación cambió desde 1873 cuando arrancó con fuerza la segunda revolución industrial. Mientras que las empresas accionistas comenzaban con su crecimiento y con la formación de monopolios, los obreros comenzaban organizarse y comunicarse entre si. Es más: comenzaban identificarse con una clase obrera. Como el sueldo real subía mínimamente y las medidas estatales solían ser mínimas, comenzaban los obreros con la creación de diferentes organizaciones obreras. 1864 había la primera conferencia internacional; 1889 la segunda. Una serie de partidos, sindicatos y agrupaciones políticos se formaron durante la Gran depresión: La Trade Union Congress en Inglaterra (1868), la Sozialistische Arbeiterpartei Deutschlands (1875), la American Federation of Labor (1886), la Sozialdemokratische Partei Österreichs (1889), la Sozialdemokratische Partei Deutschlands (1891), el Partido Socialista Italiano (1892), la Independent Labour Party inglesa (1893), la Confederation Generale du Travail francés (1895). Junto a los partidos sociales de la izquierda también hubo movimientos sociales religiosos, como los mineros católicos de Essen (Alemania) o los obreros católicos españoles. 
Las organizaciones socialistas solían basarse en las teorías de Marx (y también de otros teoréticos), ya que eran ellos quienes mantenían y aseguraban la producción. Sin producción, el mercado se quedaría sin su fundamento. Como se observa tanto la teoría marxista como la neoclásica se contradicen profundamente: los empresarios hablan de un mercado omnipresente que regula todo naturalmente reduciendo la importancia de la producción (y de los obreros). Evidentemente ellos deseaban mejorar su situación y opinaban que el mercado más bien dependía no solo de la demanda, sino de la producción y de los obreros quienes se cargaban con el peso. 

3.3) Teoría nacionalista – primera visión del Kleinbürgertum 


Antonio Cánovas del Castillo (1828 - 1897)
La clase media estaba mas nerviosa. Tenia las ideas intranquilas de los obreros socialistas de abajo y la economía clásica de arriba que les excluya del poder ya que excluía al estado. La clase media en el fondo se había formado y había crecido gracias al estado, por lo tanto esperaban seguridad de la misma. Muchas veces confundieron al estado con la nación. En vez de seguir al ideal cosmopolita liberal tenían más gusto por una idea local, nacional. Eso se manifestó en España bien con CanovasEl discurso nacionalista de Canovas venia apoyado (…) en el reconocimiento de la importancia de lo nacional en la economía (COSTAS, 219). 
Así pues era la clase media que reclamaba primero al proteccionismo: eran los que menos podían competir en un mercado internacional (ya que muchos miembros de la clase media eran dueños de pequeños talleres y tiendas familiares quienes evidentemente no podían competir con los gigantes empresas accionistas); y eran los que mas regional pensaban. 
Evidentemente las empresas accionistas al inicio de las crisis se beneficiaban con el proteccionismo: lo que los burgueses olvidaban era que el proteccionismo no solo reducía la competencia exterior para sus propias empresas pequeñas y familiares, también las empresas accionistas grandes de los propios países tenían mayor facilidad de comprarlos y arruinarlos. Una vez finalizado ese procedimiento unas pocas empresas tenían prácticamente el monopolio, y entonces era cuando volvían a luchar contra el proteccionismo (lo que ocurrió a partir de 1918 y de nuevo desde 1945). 
La clase media, en vez de concentrarse en factores económicos como los empresarios o obreros, se identificaban exageradamente con el concepto de una nación. Algo que tanto a los marxistas como empresarios no les interesaba. Krupp por ejemplo vendía sus cañones tanto a los franceses como a los alemanes; con la consecuencia irónica que en la segunda guerra mundial mataban soldados franceses a alemanes con munición alemana. 

3.4) Teoría antisemitita – segunda visión del Kleinbürgertum

El nacionalismo de la clase media tenia como consecuencia el desarrollo de una idea de nosotros en contra de los otros. Y esos otros solían ser otras naciones, contra los que se protegía mediante el proteccionismo o leyes como Made in….
Resulta problemático si en una nación vivían personas que no se identificaba con el concepto artificial de nación, como los Roma y Sinti (por su cultura diferente) o los judíos (por ser una minoría religiosa). A lo largo del siglo XIX se comenzó cientificar al concepto artificial de nación con la idea de las razas, lo que llevó al tal extremo que no solo los otros eran personas con una cultura o religión diferente, sino por si fuera poco eran otra raza que luchaba contra la nuestra. De ese motivo una persona nacido en Alemania con fe judía se convirtió de repente en un miembro de la raza judía. 
La religión judía estaba mal visto por la religión cristiana en el mundo occidental, por si fuera poco los miembros de dicha religión se diferenciaban de los cristianos por los ritos religiosos, un propio lenguaje y sus trajes tradicionales como la Kipá. Como a lo largo de la edad media y moderna muchos negocios estaban prohibidos para personas de fe judía, terminaron concentrándose en el sector financiero y empresarial. 
Emil Rathenau (1838 - 1915)
La consecuencia era que por ejemplo en 1907 el 22,6 % del sector industrial alemana y el 55,2 % del sector comercial alemán estaba ocupado por judíos; y Rathenau, la familia que dominaba y había fundado a la AEG, también tenía la fe judía. 
A pesar de que no llevaban mas gorros amarillos medievales ni aún las estrellas amarillas nacionalsocialistas conocía la población quienes eran uno de ellos y quienes no. 
Durante todo el siglo XIX había una gran tolerancia religiosa, sin importar la religión o cultura que se tuviera. Ahora bien: con las crisis volvía el miedo y la búsqueda de los culpables. En 1879 escribió el reportero alemán Wilhelm Marr su obra Der Sieg des Judentums über das Germanentum (La victoria judía sobre los germanos) y culpó a los Judíos de la crisis de 1873. Además inventó al substantivo Antisemitismo (Christian Sigrist, Neue Rheinische Zeitung 22 agosto 2006). Un año antes había publicado Otto Galgau (1834 – 1892) la obra Der Bankerott der Nationalökonomie, donde acusó a los Judíos, que habían fingido las crisis con el fin de enriquecerse. 


% de empleados y propietarios judíos en alemania, 1877 (GESCHICHTSBUCH, Volumen 3, edit. Cornelsen, Bielefeld, 1988, 155)


En Francia hubo igualmente un fuerte crecimiento antisemitita: Eduard Drumont (1844 – 1817) publicó en 1880 La France juive – y tampoco se debía olvidar la affaire Dreyfus. Ni en España ni en Italia surgió el antisemitismo, simplemente porque durante al edad moderna se había avisado amablemente que no se quería tenerlos en sus países; tanto en Inglaterra como en los USA había abundantes personas de fe judía donde era una cosa puramente privada y irrelevante para la política y economía. 

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