21 ene 2011

Factores de estabilidad

Cuando leí ese capítulo del historiador Hobsbawm (El Imperio se extiende más y más) se me ocurrió una idea “de jugar”. ¿Cuáles eran los rasgos de los “grandes” imperios políticos? ¿Se puede identificarlo, clasificarlo, de alguna manera?

Como no es un trabajo de investigación sino un breve ensayo se me ocurrió ¿Por qué no? Un juego pequeño mental, algo de ocio en el ámbito académico. Hobsbawm ya menciona brevemente que unos elementos básicos de los imperios americano y británico eran la tecnología, lo militar, la economía y, aparentemente, la demografía (“Hoy sería inconcebible que ningún país de ese tamaño (pequeño), por rico y tecnológicamente avanzado que fuera, se pudiera convertir en una potencia global”). Yo quería ser un poco más concreto y desarrollen a ocho factores básicos. Claro, se puede debatir sobre esos factores, reducirlos y ampliarlos, de todas formas voy a seguir basándome en ellos con el fin de tener algo por iniciar.

Factor 1: Los gastos militares
Cuanto mayor lo gastos, peor es para el Imperio. Los gastos aumentan notablemente si hay fronteras muy inestables, siempre en peligro de ser invadidos (como fue en el imperio Bizantino o el imperio de Carlos V), o si los gobernantes inician continuas aventuras e conquistas militares cuyas regiones conquistadas, por motivos estratégicos, son después nuevamente abandonadas.

Factor 2: La administración central
Cada imperio necesita un centro de donde es gobernado. El gobierno no ha de ser necesariamente totalmente centralista, de todos modos si tiene que regir, gobernar, en una serie de asuntos y garantizar la unidad del imperio político. Lo importante de esa administración imperial – aparte de su eficacia e falta de puestos hereditarios – es la capacidad de funcionar sin “cabeza”, o sea que: incluso en guerras civiles, intrigas palaciegas o golpes de estado debe seguir funcionando el aparato burocrático, independen diente del gobernante actual. El imperio romano, por ejemplo, y el imperio china seguían manteniéndose a pesar de las continuas guerras civiles gracias a la burocracia que era la que realmente gobernaba.

Factor 3: La comunicación
Dependiendo del imperio había otras formas de comunicarse, sin embargo si se podía lograr que un mensaje pueda cruzar a todo el imperio en menos de una, dos semanas por su trayectoria más larga ya es suficiente. Con la comunicación la administración puede ser eficaz, el gobernador reaccionar, los comerciantes negociar. Imperios como la española eran, para su tiempo, demasiado grandes: semanas, incluso meses tardaron los mensajes entre América e España, en tanto que el imperio británico un siglo más tarde ya tenía barcos de vapor e numerosos puertos estratégicos con vistas a transmitir mensajes – teniendo un imperio territorialmente más grande. 

Factor 4: La economía
Obviamente: cada imperio necesitaba pilares económicas, y de esos muchas. Algunos imperios tenían la suerte de controlar el camino de seda o de tener varios centros productivos bajo su control, otros, como el imperio mongol de Gengis Khan, carecían de esas enormes ventajas y, de esa forma también, de la posibilidad de mantener un aparato burocrático eficaz.

Factor 5: Fronteras
Cada imperio tiene fronteras – algunas fronteras son “buenas”, como las geográficas o si no tienen vecinos potentes, otras con fronteras “malas” donde ocurre lo opuesto. Cuantas más fronteras “buenas” tiene un imperio, mejor: reducía los gastos militares e el peligro de invasiones y favorecía el florecimiento económico de esas regiones por la estabilidad política. La Persia antigua tenía fronteras “buenas”: no había ninguna potencia que le ponía en peligro; sin embargo el Imperio de los Seleucidas siglos más tarde, teniendo exactamente las mismas fronteras, estaban en otro contexto histórico. Los reinos helenísticos en occidente y los partos en oriente ponían a los hijos de Seleucido continuamente en peligro.

Factor 6: La cultura – diversidad y uniformidad
Los imperios son muy diversos – contienen demasiadas religiones, lenguas e costumbres regionales como con el objetivo de ser homogéneas. Por esa razón han de ser tolerantes, flexibles, respetar la mayor parte de los regionalismos. Al mismo tiempo han de garantizar la uniformidad, la unión del imperio – mediante una ideología “Light”, abierta y tolerante. El mensaje de la ideología ha de ser simple, con símbolos reconocibles e iguales, repartidos por todo el imperio. Por si fuera poco ha de existir al menos – y como mucho solo una – lengua oficial (administrativa). Se respetan las lenguas locales, no obstante con el fin de acceder en el imperio se necesita saber esa lengua oficial. Casi todos los imperios tenían una cultura que invitaban al habitante: mediante símbolos, la lengua oficial, estatuas e ritos, como lo hacían los romanos e incluso los nacionalsocialistas. Con todo: los últimos aquí mencionados mantenían al mismo tiempo una ideología excluyente, lo que no permitía una estabilidad integradora.

Factor 7: Focos de poder central
Una ideología e una administración se necesitan mutuamente: lo último trabaja, lo primero da al último la imagen. Ahora debe haber representantes visibles que vigilan e apoyan a ambos elementos activamente: los focos de poder central. Pueden ser guarniciones militares, o, mejor, poderes indígenas locales que son o cooperan con los gobernantes (quienes reciben órdenes del centro).

Factor 8: Flexibilidad social
Una sociedad rígida es una sociedad tensa. Si personas ambiciosas no pueden subir en su sociedad, rebelan y crean su propia sociedad. Eso hace necesario que la sociedad imperial ha de ser flexible: cualquiera puede alcanzar cualquier puesto. No necesariamente ha de ser tan extremo, ahora bien: personas ambiciosas han de poder acceder en la administración civil o en la jerarquía militar a puestos que sean al menos altos. Así se puede usar sus ambiciones al servicio del imperio y no en su contra.


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Me gustaría seguir con ese experimento ilustrativo (e, lo reconozco, inútil y nada académico). Entre todos los imperios existentes he elegido entre los más conocidos e impresionantes. No cabe duda alguna, la elección es puramente subjetiva, aun así he intentado elegir algunos de los imperios que sean tanto geográficamente extendidos como demográficamente importantes.

En una tabla los aliste brevemente; por orden cronológico. Para cada imperio he asignado una “nota” para cada factor (un punto enero, medio y cero); intentando ser en ese juego interpretativo algo objetivo. Tenía en cuenta el proceso y el contexto de cada imperio durante la mayor parte de su existencia. De esa manera recibe un imperio, estando en la misma situación geográfica que otro imperio una puntuación diferente por cambios políticos, económicos o tecnológicos. España por ejemplo difícilmente podía comunicar un imperio ultramar; el imperio británico unos siglos después ya tenía naves más rápidas, puertos de espera e incluso las primeras naves de vapor. Territorialmente más difícil, de todas formas tecnológicamente más rápido fue la comunicación que en épocas del imperio español.

Como solo es un pequeño juego no he hecho el esfuerzo de crear una puntuación más detallada ni he explicado el porqué de asignar un punto, ½ o cero. Puedo explicaron, de todos modos no tengo suficientes fuentes con vistas a comprobar cada uno. ¿Cómo se puede comprobar la calidad de la comunicación, mediante la velocidad media que necesita un mensaje? Si, a eso se tendría que mirar los gastos de envió, la accesibilidad, etc.…y termina siendo de ninguna manera medible. 


Leyenda:


G: Guerra
A: Administración
@: Comunicación
: Economía
F: Fronteras
C: Cultura
P: Poderes locales
S: Flexibilidad social
%: Puntuación


Imperio
G
A
@
F
C
P
F
%
500 a.C. à 
500 d.C.
½
1
1
1
1
1
1
1
6.5
1
0
½
0
1
½
0
1
2.5
1
½
1
1
½
1
1
1
5
0
1
1
1
1
1
1
1
7
1
½
1
½
½
1
1
1
4.5
India (Guputa)
½
1
1
1
1
1
1
1
6.5
½
1
1
1
1
1
1
1
6.5
500 d.C. 
à 1500 d.C.
1
½
½
½
½
1
1
1
4.5
1
1
1
1
0
1
1
½
4.5
China (Tang y Sung)
0
1
1
1
1
1
1
1
7
Mongolia (Siglo XIII)
1
0
½
0
0
0
0
1
0.5
Tamerlain
1
½
½
0
0
0
0
1
1
½
1
1
1
1
1
1
1
6.5
0
1
1
1
1
1
1
0
6
½
1
1
1
1
1
1
0
5.5
1500 d.C. à 
2000 d.C.
China (Ming y Qing)
0
1
1
1
1
1
1
1
7
1
1
1
1
½
1
1
1
5.5
0
1
1
1
1
1
1
1
7
1
½
0
½
0
0
½
½
1
1
1
1
0
0
½
1
1
3.5
½
½
½
1
1
1
1
½
5
0
1
½
1
1
1
1
1
6.5
Alemania 1933 – 1945
1
1
1
½
0
½
1
½
3.5
Japón 
de la 2. GM
1
1
1
½
0
½
1
0
3
USA 
tras 1945
½
1
1
1
1
1
1
1
6.5
URSS
 tras 1945
½
1
1
1
½
1
1
½
5.5
China (Comunista)
0
1
1
1
1
½
1
½
6

Como se puede ver ante esa ilustra e colorida tabla se tiene en color rojo a los imperios bastante inestables (los que sufrían muchas crisis o que eran de poca duración), que eran básicamente imperios “cortos” e conquistadores como el de Alejandro Magno, la india de la dinastía Mayura (con Asoka), el califato de los omeyas, la Mongolia de Gengis Khan y sus sucesores, el imperio de Napoleón, la Alemania nacionalsocialista y el Japón de la segunda guerra mundial. Aparte estaban los dos imperios que habían sido herederos: la España de los Austrias (que se formo “sorprendentemente”) y los pobres bizantinos que continuamente estaban en una guerra de dos fronteras.

Imperios de gran estabilidad eran – poco de sorprender – la Persia antigua, el Imperio Romano, casó todas las grandes dinastías chinas desde la unificación, la India de Gupata, después bajo el Sultanato de Delhi y al final con los Mongul, la Inglaterra Victoriana, los Estados Unidos y la China comunista.

Los imperios que eran estables, a pesar de que con ciertas debilidades, eran el imperio helenístico de los Selucidas, los aztecas (con sus continuas guerras floridas), los turcos expansionistas, la Rusia zarista y la Unión Soviética.

Era un curioso juego que quería jugar; ya que académicamente no se puede clasificar e ordenar de una manera tan simplista e irracional. Sin embargo fue una idea que me surgió leyendo al Hobsbawm y que quería experimentar.

Esa segunda parte no aporta considerablemente a lo que escribí en la primera sobre la política actual de los USA; no obstante al menos se puede recordar que los USA son un imperio muy joven. Y aun así es el actualmente más poderoso. Un motivo más con el fin de que actúen cuidadosamente.