21 mar 2015

¿Realmente existen razas humanas?

Los estereotipos no son razas

Hace unos meses tuve una interesante conversación con buenos amigos, donde estaba sorprendido de lo que estaban convencidos sobre la existencia real y cientificable de razas, y lo defendieron empleando como ejemplos estereotipos (principalmente físicos) y de que “en los animales también hay razas”.
El hecho que estén convencidos sobre la existencia de razas no los convierte en racistas. Sin embargo, tuve otra experiencia desagradable justo dos semanas antes. Vivo en una pequeña aldea al norte de Pamplona, donde los vecinos se conocen entre sí. Entonces llegó una caravana de Roma y Sinti, llamado gitanos. Un detalle: Mientras en España los representantes de los Roma y Sinti se llaman a si mismos gitanos, eso en Alemania sería un suicidio político, donde se emplea el otro término para ser políticamente correcto. Y ya comenzó difundirse por vía oral y mensajes a través de Whats Up frases al estilo “Cuidado, han llegado los gitanos”, “Ojo, que hay que tener cuidado”, “Gracias por avisar, por si acaso….”.
¿Y que tiene que ver lo uno con lo otro? Un chiste sobre narices judíos, alemanes nazis y gitanos sucios se puede convertir fácilmente en la convicción sería de menospreciar a las personas que se consideran de esta manera. Y allí veo un problema: Que esos estereotipos, productos culturales artificiales, se conviertan en verdades biológicas cientificables.
El paso de creer que un gitano sea un ladrón hacia estar convencido que todos (o, como también gusta decir, “la mayoría, no todos”) los gitanos, por el hecho de pertenecer a “una raza gitana” (como ellos mismos también afirman que son), sean ladrones natos, es pequeño.

Los estereotipos existen y su existencia es innegable. Los hay con y sin valoraciones subjetivas, tanto buenas como malas. ¡Si por cada vez que la gente diga que soy puntual por ser alemán hubiera recibido un euro, ya tendría mi propia casa! Soy puntual por mi personalidad, no por ser alemán o hijo de un alemán, ni por haber vivido en un entorno cultural alemán. Es un estereotipo positivo, pero no significa que por eso mis hijos biológicos automáticamente sean igual de puntuales.

El desarrollo del concepto de raza

Volviendo a la cuestión inicial: ¿Existen Razas?

Desde siempre el ser humano ha intentado clasificar los seres humanos, para identificarse y diferenciarse. Y no necesariamente en el sentido biológico, sino sociocultural y religioso. Así según Aristóteles había solo dos razas (griegos y bárbaros) o en la edad media solían haber cinco (cristianos, judíos, paganos, herejes y musulmanes). Curioso es la primera vez cuando se usaba la palabra raza: El sacerdote español Alfonso Martínez de Toledo escribe en 1438 que el campesino es una “rraça”, y el noble otra “rraça”, haciendo referencia simplemente del linaje conocido del noble y del inexistente del campesino.
En la edad moderna solía haber dos. Según Henri de Boulainvilliers la nobleza y el pueblo, según Augustin Thierry la nobleza franco-germana y el pueblo gallo-celta, o según Edward Coke los Stuarts normandos y el pueblo anglosajón. Como se ve, se confundía el término actual de raza biológica con clases sociales, grupos culturales o la pertenencia a comunidades religiosas.

Se comenzó diferenciar los humanos según una raza biológica tras la reconquista en España. Como todos los ciudadanos tenían que convertirse al cristianismo, la diferenciación racial medieval ya no era más útil. Era importante que por ejemplo para ser cura no se haya sido un converso reciente o haber estado influido por padres o abuelos musulmanes o judíos. Por eso se comenzó hacer las famosas pruebas de sangre. La idea principal no era diferenciar los seres humanos por su raza biológica, sino según la história genealógica del ser humano en cuestión. Se quería garantizar que no haya ninguna influencia familiar de alguien que no tenga antepasados cristianos. Y con la expulsión de los moriscos mitades del siglo XVII, la pureza de sangre perdió definitivamente importancia, porque para entonces un converso estaba en la tercera o cuarta generación sin haber tenido un familiar con la fe no cristiana que lo podría haber corrompido. Es decir que continuaba el criterio religioso, y tras tres generaciones ya se consideraba un español como cristiano.


En mitades del siglo XVIII hubo la primera sistematización “seria” según criterios biológicos por el francés Carl de Linné, con su Systema Naturae. Diferenciaba entre cuatro razas (americanos, africanos, asiáticos y europeos) y los asociaba con rasgos físicos y el temperamento emocional. También filósofos como Immanuel Kant seguían ese estilo. Había los europeos blancos, los más aptos para la razón, los indios amarillos, los negros, y los menos razonables: los americanos marrones. En todas esas cuatro razas el uso de la razón es hereditario. Blumenbach añadió en 1795 una quinta raza: la de los judíos. Edward Long en su history of Jamaica de 1774 lo vuelve a reducir a tres: blancos, negros y los monos sin cola, al inicio del siglo XIX habló Georges Cuvier de tres, James Cowles Prichard de siete y Louis Agassiz de ocho razas, y así continuando.…Como se ve tanto el numero como la diferenciaron entre razas era muy discutido y poco claro, pero visible es la valoración que se continuaba empleando. Habitualmente los miembros de la “raza negra” apenas podían usar la razón, eran como niños adultos a los que se les tenía que controlar y vigilar. Y lo único que quizás entendían era la fe cristiana, así al menos sus almas estaban seguras. Los dueños de plantaciónes caribeñas, del sur de los estados unidos y posteriormente los colonizadores franceses, ingleses e alemanes les gustaba creér que la esclavitud o la administración colonial paternal sería lo mejor para los pobres “negros”.
Volviendo a los autores: ¿Qué criterios empleaban?
Todos los autores diferenciaban a las razas o según donde habitaban o según aspectos puramente físicos (principalmente la piel) y los evaluaban de manera sujetiva.
Esa valoración comenzó tener importancia cuando el autor francés Arthur de Gobineau con su “Essau sur l´inégalite des raçes humaines” (1852 – 1854) introdujo los conceptos de lucha de razas y la mezcla de razas (que causa el hundimiento de una raza), aparte de hablar de una raza aria. Es más: durante el siglo XIX explotó el numero de razas, llegando al extremo que se confundió una nación con una raza, que no solo tenía diferencias físicas sino también psicológicas como su personalidad.
Por si fuera poco, todo eso es hereditario. Llegado a su culmen con el nacionalsocialismo, donde incluso una bisabuela que estaba casado con un judío podía significar la perdida de trabajo, y cuanto más junto era el lazo familiar, más probable de ser clasificado como judío y ser asesinado.

La inexistencia de razas biológicas

Como se puede observar se distinguió las razas hablando en términos biológicos y cientificables solo por aspectos puramente visuales, añadiendo posteriormente ideas sujetivas (el gitano ladrón, el español/italiano vago, mujeriego pero buen soldado feroz, el frances orgulloso, el alemán trabajador….).
El término raza, en la biología actual en desuso, se emplea únicamente con los animales domésticos.
Una raza solo se tiene si un grupo de seres vivos comparten una amplia seria de características en común. Con los animales domesticados eso es posible, porque el ser humano los controla y modifica directamente, haciendo que una raza determinada de ovejas produzca más lana, la otra de vacas más leche y otra sea muy resistente al frío. Si se habla de razas “en los animales” solo es aplicables con animales domésticos, y solo porque se ha criado directamente durante cientos de años.
Un tigre, un león y un lince son tres animales que pertenecen a la familia de los grandes gatos. Son de la misma raza. A pesar de que los haya de diferentes tamaños, largura de pelo y cazan diferentes animales. Todo eso viene debido al entorno climático y de la biosfera de su habitad. Si cogo a leones africanos y los llevo a siberia, despúes de miles de años posiblemente se parezcan a los linces, debido al frio, las presas y la nieve.
Todos los gatos, todos los felinos, son la misma raza: lince, gepardo, león, tirge, pantera, jaguar, puma….y solo para clasificarlos hablamos de “familias felinas”.

En el caso del ser humano solo sería posible implantar la creación de razas humanas si se practicaría la cría controlada con los seres humanos, como se intentó a partir de 1890 con la eugenesia en Alemania, Inglaterra, los EEUU y Escandinavia. Crear a personas de raza pura, mediante prohibiciones de relaciones sexuales y esterilización forzada.
Genéticamente un lobo tiene similitudes con un Chihuahua, pero ya no son más la misma raza. Se ha modificado al lobo de forma tan extrema, que un Chihuahua no se parece en cada aspecto al lobo original. Sin embargo, un lobo salvaje del norte de Europa es genéticamente el mismo que uno en America.
El hecho que un ser humano tenga una piel más blanca que otra es como tener un gato persa cuyo pelo es negro y la de otro es blanco: ambos son gatos persas de la misma raza, igual como ambos seres humanos son iguales. O si cogemos a una foca negra y a una foca gris…
Sin embargo, un hombre neandertalis y un homo sapiens sapiens (nosotros) si son dos razas humanas diferentes, que se separarón hace mucho tiempo del antepasado común. Tenían esqueletos diferentes, variedad del numero de los huesos, el cuerpo de ambos estaba muy diferente desarrollado, igual como el volúmen celebral y otras capacidades.

La variedad entre los humanos (homo sapiens sapiens) tiene una variedad genética de 0.01 %. Hay más variación genética entre la población japonés aislada del año 1600 que entre los aborígenes australianos y los europeos. Richard Leowntin y Luigi Cavalli Sforza mostraron a partir de 1970 que el color de piel, del pelo y la forma de la nariz son solo adaptaciones del ser humano a su entorno climático.
Si esa variación genética de 0.01 % sería relevante, los indios norteamericanos y los indios suramericanos tendrían que parecerse (me refiero genéticamente) más entre si que por ejemplo con los europeos. Y simplemente porque hace miles de años los europeos marcharon hacia el oeste y los antepasados de los indios hacia el este.
Sin embargo: Físicamente los indios norteamericanos se parecen más a los europeos que a sus familiares genéticamente más cercanos en Suramérica. Y los aborígenes australianos se parecen físicamente mucho a los africanos del centro del continente africano, y eso que genéticamente hay una (minima) diferencia genética del 0.095 %.

Es decir, el puro aspecto físico no significa que se pueda asociar con un componente genético. El mayor argumento (“¡Que se parecen diferentes!”) se deshace porque el mismo cuerpo humano se adapta. Si se coge a 10.000 vascos y se les aísla completamente dejándolos vivir autosuficientes en el centro de África, después de cinco generaciones su físico ha cambiado, pero genéticamente seguirían siendo los mismos como sus familias en el país vasco. Sus pieles se volverán más oscuro, su nariz se agrandará y posiblemente todos se vuelven intolerantes a la lactosa.

¿Y que hay de la raza caucásica? Muy simple: Johann Friedrich Blumenbach, el mismo quién mencioné antes, escribió en la tercera edición de su “Manual de la historia de la naturaleza” de 1795 sobre las cinco siguientes razas: la mongol, la etipoiana, la americana, la malaysiana y la raza caucásica. Según Blumenbach es la raza caucásica de piel blanca, con mejillas rojas, pelo oscuro o negro y otras descripciones físicas. A dicha raza pertenecen todos los que viven en Europa, los asiáticos occidentales hasta el mar caspio y hasta el Ganges y la población del norte de África. ¡Nada de razas eslavas o judías de por medio! Más tarde se empleó otros sinónimos de otros ámbitos (por ejemplo de los lingüistas) como arios, indogermánicos y semitas. La descripción física lo intentó cientificar por ejemplo el antropólogo Carleton Stevens Coon, pero que en los años 70 del siglo XX perdió toda su base científica.
Lo que queda de “caucásico” es solo la descripción física, otra palabra que se emplea por ejemplo en los EEUU si se habla de gente con piel blanca.

Los historiadores no dudan que hubo un pueblo, una etnia quienes eran los arios, provenientes del centro de asía, de quienes derivan casi todos los idiomas entre Europa y Mesopotamia con sus rasgos culturales. Por esa razón palabras básicas como padre o madre fonéticamente se parecen mucho, sea si se habla en persa antiguo o en inglés. Como he dicho: Eran una etnia, un pueblo, no una raza biológica (como lo suponían no solo los ideólogos nacionalsocialistas). Había otras etnias, otros pueblos que físicamente eran identicos, pero cuya cultura, religión e idioma eran diferentes.

Interesante es la evolución del termino de la raza con los judíos. Se comienzó ver a los judíos no como una etnia sociocultural cuyo rasgo principal de identificación es la fe, sino como una raza biológica hereditaria. La “nariz judía” y la fama de ser avariciosos con el dinero se convierten de estereotipos negativos en algo supuestamente objetivo y verdadero.

Como mucho se puede hablar de una raza humana, el homo sapiens sapiens, junto a los otros extinguidos, como el Homo sapiens neanderthalensis, que si se diferenciaba en más de una cosa (como el mismo tamaño del celebro), o los humanos Denisova.

Llegando a tal punto, creo que ha quedado claro que no se puede hablar de razas humanas en el sentido cientificable biológico.

Otras formas para clasificar

Entonces, ¿Cómo se pueden diferenciar o identificar, si no es con raza, a los seres humanos? Teniendo siempre en mente que todas las clasificaciones son construcciones sujetivos, artificiales y solo como medio para conversar, se podría emplear términos como etnias o su sinónimo pueblo. Sería como se empleaba hasta el siglo XX el término raza sin su componente biológico, siendo una forma de clasificar flexible y sociocultural.
Una etnia o un pueblo es un grupo de individuos que tienen una serie de rasgos comunes socioculturales como la religión, el habitad, costumbres o el idioma. Entonces, y solo en ese sentido, si se puede hablar del pueblo judío o la etnia de los Roma y Sinti. Entonces también se confunde con el termino de nación.
Otro término, el de población, hace referencia a un grupo de individuos en una región geográfica concreta, lo que hace que hablar de poblaciones sirve más bien como instrumento de estadística, porque es puramente sujetivo.
Eso significa que un Roma y Sinti, católico, dominando el idioma rumano y respetando las costumbres de su pueblo, puede integrarse por completo en la cultura alemana aprendiendo su idioma e identificandose con las tradiciones alemanas.

Por eso, si alguien me pregunta a mi si soy “español o alemán”, me hes imposible decidirme dado que socioculturalmente ambos pueblos me han influido, domino ambos idiomas y he vivido en ambos países toda mi vida. Mi respuesta suele ser a que estado pertenezco, de cuyo ciudadano soy: Europeo, ciudadano de la Unión Europea. Sus valores, su pasado y sus rasgos en común hacen que me identifique.

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7 mar 2015

El estado moderno: Una definición

Defino al estado como una organización política institucionalizada que gobierna un conjunto de personas en un territorio concreto limitado, cuya forma de gobierno puede ser de una persona (monarquía), de varias (aristocracia u oligarquía) o de todas (democracia).

En dicha definición se incluyen todas las repúblicas, todos los reinos e otras organizaciones políticas a lo largo de la historia. Con la evolución de la historia el estado sufrió ciertos cambios, que lo convirtió en lo que hoy conocemos como el estado moderno (occidental). Lo describe el profesor Wolfgang Reinhard en el año 2007 en su librito Die Geschichte des modernen Staates.
Según su definición a diferencia de los estados pre-modernos (anteriores al siglo XV) logra el estado moderno reunir las siguientes características:

-          Un territorio estatal uniforme
-          Un poder estatal uniforme
-          Un pueblo estatal uniforme
-          Un monopolio de poder bajo control único del estado
-          Un estado de derecho y constitucional
-          Un estado nacional
-          Una democracia

A mi juicio esta definición, que convierte al estado moderno en un invento europeo que posteriormente fue exportando a todo el mundo, es completa y detallada, pero necesita una pequeña especificación. Por un lado se mezcla elementos de estados pre-modernos sin detallar y por el otro lado se añaden los elementos nuevos, que tienen en común su naturaleza democrática.
Tanto el territorio estatal uniforme como el poder estatal uniforme e incluso el monopolio de poder y el estado de derecho ya eran elementos esenciales de los estados pre-modernos con el estado romano, el estado bizantino (romano – oriental), el estado chino y el estado inca, nombrándolos a modo de ejemplos.

Al contrario los otros rasgos que menciona como la constitución, el estado nacional, el pueblo estatal uniforme y el estado democrático (todos pagan impuestos iguales, todos hacen el servicio militar, todos son iguales ante la ley) son inventos y construcciones de la edad moderna europea. Y todos ellos a su vez tienen en común la naturaleza democrática, pero no en el sentido de modo de gobierno sino de participación social. La constitución protege el derecho de todos, y para que un pueblo estatal sea uniforme con valores para identificarse se necesita de nuevo una construcción artificial que es el nacionalismo. Que a su vez lleva a la idea de la democracia: Todos somos nación. Y como todos somos nación, somos iguales, pagamos impuestos para nuestro estado nacional y lo defendemos ante otros, llegando a la participación democrática como lo fueron la republica estadounidense (en teoría, exceptuando esclavos y mujeres) y la republica francesa (que rápidamente se convirtió en una dictadura del terror).
Si se tiene en cuenta que la democracia es lo único innovador que diferencia al estado pre-moderno del estado moderno, se puede considerar como la esencia que crea la discrepancia.

Eso lleva a la siguiente pregunta: ¿Cómo es que solo en Europa se daba ese elemento único de la naturaleza democrática de la sociedad? Profesor Reinhard nombra la siguiente serie de razones:

-          El pluralismo político europeo. Mientras en Asia (Japón, China, India, Mesopotamia), África (Egipto) e America (Mesoamerica, la costa pacifica de Suramérica) se logró unificar amplios territorios bajo uno solo gobierno y convertir como fin de esos mismos gobiernos mantener dicha uniformidad a pesar de todas las guerras civiles, eso en Europa nunca se consiguió. Debido al gran pluralismo político como las migraciones al final de la edad antigua, cuyos reinos establecieron un cierto equilibrio de poderes, ningún intento de unificación forzada (Carlomagno, Carlos V, Napoleón, Hitler) era de gran duración y fracasaron tras breves años, hasta llegar a la Unión Europea. è Costumbre de variedad política.


-          La falta del poder absolutista unipersonal. Nunca hubo un estado europeo con un gobernador que gozaba de un poder absoluto como el faraón divino, los reyes semidivino mesopotámicos, los hijos celestiales chinos o japoneses o los hijos del sol inca. Ningún gobernador europeo logró acumular tanto poder en sus manos, siempre dependía de otros grupos y facciones, de estamentos o de diferentes grupos sociales. Siempre era el primero entre iguales, el “príncipes”. ¡Incluso Luis XIV! O dictadores totalitarios. è Costumbre de gobiernos oligárquicos o incluso (semi-) democráticos.

-      La existencia de municipios autónomos y (semi-) republicanos, como las ciudades libres alemanes (Reichsstädte), las ciudades de la Liga Hanseatica, las ciudades italianas Venecia, Génova, Milán. Hubo ciudades estado en otras épocas y otros países, pero eran como estados pre-modernos cuya diferencia a los vecinos imperiales era el tamaño. Esos municipios autónomos europeos en numerosos casos eran ciudades libres dentro de un mayor estado pre-moderno europeo, como las ciudades de Aragón y Barcelona en el estado pre-moderno Aragón. è Costumbre de gobiernos oligárquicos o incluso (semi-) democráticos.

-          La exitosa defensa del derecho de propiedad personal. En todas las monarquías absolutistas asiáticas, africanas e americanas el gobernador divinizado era dueño de todo, incluso de la tierra completa. Podía confiscar a su antojo su majestad la propiedad privada de cualquier súbdito. En Europa los gobernantes lo intentaron varias veces, pero siempre con conflictos intensivos y fuerte resistencia. Por eso se independizaron los EEUU de Inglaterra: Consideraban los impuestos ingleses como limitaciones de sus derechos fundamentales de propiedad. è Costumbre de derechos básicos que impiden un gobierno real absolutista y permiso de resistencia contra el poder.

-          La existencia de una organización moderna en un entorno pre-moderno. Mientras Japón, China, India o Inca gozaban de hábiles funcionarios, un territorio unificado y una organización estatal que funcionaba independiente de su gobernador semidivino (es decir, el estado seguía funcionando aunque su máximo gobernador era completamente incompetente), Europa lo había perdido con el hundimiento del imperio romano. Pero una organización sobrevivió y lo mantuvo: la iglesia católica. Funcionaba independiente de la persona del papa, su organización territorial de las diócesis europeas estaba estructurado independiente de las organizaciones feudales, sus sacerdotes eran los primeros funcionarios europeos. Por esa razón reinos y republicas instrumentalizaron la iglesia, la copiaron y después la despojaron de su poder. è Experiencia con elementos del estado moderno.

Quiero añadir un siguiente aspecto:

-          La religión cristiana como elemento democratizador. Dicha religión logró en pocos siglos convertirse en la fe de casi todos los europeos, logrando una mayor identificación de los europeos entre si. También impidió el cristianismo la existencia de tiranos y permitió el elemento democrático en el sentido que la misma fe cristiana defendía la idea de la igualdad de todos. è Costumbre de igualdad teorética entre todas las personas con la fe como elemento identificador.

Todos esos elementos son los que impedían a Europa durante la Edad Media unificarse bajo uno o dos estados pre-modernos. Dicha falta de unificación fomentó a la competitividad, y como las causas de la imposibilidad unificadora posibilitaron la creación del estado moderno, nació el estado moderno a comienzos del siglo XVI.
Desde el siglo XVI comenzaron los poderosos reinos, con lo que los ciudades autónomas y la iglesia católica habían comenzado siglos atrás: La construcción del estado moderno, reduciendo los lazos personales entre rey y nobles, aumentando el poder del estado a-personal hablando “de la corona” o “del estado”.
Esa evolución hizo su último paso importante con la revolución francesa: Toda la población debía participar en el gobierno, defender su estado nacional, pagar impuestos para mantener el estado nacional, y el mismo estado justifica su existencia con la soberanía del pueblo.
Ese estado moderno, ahora democrático, seguía su evolución a través de las reformas sociales de Bismarck, llegando al Totalitarismo del siglo XX.

Reinhard recuerda un elemento muy incomodo: Seguimos viviendo en estados totalitarios. El estado moderno europeo de todo el siglo XX hasta hoy en día era continuamente totalitario. El estado nacionalsocialista, soviético, y a menor medida franquista y bajo Mussolini, eran estados totalitarios “duros”, donde el estado controlaba toda la vida diaria discriminando a otros, persiguiendo los enemigos y entablando guerras agresivas, por el interés del propio estado.
De manera “suave” el estado lo sigue haciendo en día. Todo está regulado: Desde el nacimiento con sus certificaciones, a lo largo de toda la vida con normativas, impuestos, multas, subvenciones y leyes hasta la muerte e el entierro. El estado controla los correos privados e espía al ciudadano transparente, regula el tamaño del plátano y persigue quien descargue películas ilegales. Concede subvenciones, controla la velocidad de los coches en las calles y regula el gasto energético para evitar la contaminación del medio ambiente. No hay casi nada que no esté regulado por el estado.

Por el otro lado habla profesor Reinhard de la decadencia del estado moderno, desde los años 70, 80 del siglo XX. Gracias a la internacionalización (ONU, OTAN), la globalización (empresas multinacionales), las organizaciones no gubernamentales (ONGs de todo tipo) y la falta del “miedo” a la URSS (reducción del estado social dado que carece del temor que los obreros se vuelvan comunistas) el estado (totalitario) ha perdido mucho de su movilidad y soberanía. Reinhard hace un paso más y pregunta: ¿Quién, menos los EEUU, puede declarar una guerra si lo desea? ¿Son los EEUU los únicos que aún son un estado moderno?
Personalmente no creo que haya una decadencia del estado, al contrario. Creo que quizás estemos en un camino hacia un estado federal europeo, y quizás si los lazos de la globalización se intensifican, lleguemos algún día a una organización global que realmente se convierte en un estado mundial. Eso ya veremos en un futuro.

Antes de terminar, quiero mencionar dos pequeñas tesis de profesor Reinhard que me parecían de lo más curiosos:

-          La discriminación de la mujer comenzó con la creación de los estados pre-modernos. Dados que todos los estados son estados de poder, y dicho poder se manifestó a través de la fuerza militar, los guerreros fueron quienes construyeron a los estados pre-modernos. Así se condenó a la mujer a esperar y luchar por sus derechos en siglos posteriores, especialmente con la democratización a partir de la edad moderna.


-          El estado social se construyó durante la industrialización (empezando con las leyes socialistas de los años 80 del siglo XIX de Bismarck en Alemania) con el fin de tranquilizar a las clases bajas, obreras y campesinas. Con la llegada y el auge de la ideología comunista el estado social se convirtió en el máximo argumento del capitalismo para evitar la identificación de la clase obrera con los estados comunistas URSS, China, Cuba o Vietnam. Sin embargo, desde la caída de la URSS en 1991 y el fracaso de la utopia comunista este temor ha desaparecido. Desde entonces el estado social lentamente se reconstruye, como en los EEUU, en Inglaterra y desde el gobierno de Rajoy también en España. En Alemania se evitó gracias al gobierno socio demócrata de Gerhard Schröder, y bajo el gobierno de Angela Merkel se mantuvo el estado social por el auge económico de Alemania.

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