28 sept 2013

Viaje por el Este: el Palacio Ongay Vallesantoro de Sangüesa

Fachada con los perros en el lado superior.
Este palacio barroco, construido en el primer cuarto del siglo XVII por orden de Juan de Ongay y comprado en la centuria siguiente por Leopoldo de Gregorio, tenía dos fases de construcción.
Durante la primera fase se construyó todo el edificio arquitectónico (tres plantas, de piedra sillar en la planta baja, ladrillo en las otras) con sus balcones correspondientes. Cuando cambio de dueño, comenzó la segunda fase de construcción, que era más bien una redecoración del palacio.
Como el nuevo propietario había sido virrey de Nueva España estaba inspirado en el arte churriguesco mexicano: esculturas talladas y policromadas con una gran expresividad, donde hay un contraste entre las construcciones simples de los edificios con sus ornamentos barrocos extravagantes y exagerados.

Portal barroco con el escudo de los Vallesantoro.
En este palacio se observa esta influencia mexicana especialmente en sus columnas salomónicas, con sus capiteles corintios y el escudo de armas. Lo que llama la atención está más arriba: 13 perros de madera tallada atrapan cabezas humanes, lo que da una imagen impresionante al espectador que está en el suelo.

Efectivamente, la residencia de los marqueses de Vallesantoro llamó la atención. Y ¿Qué más razones había? Principalmente durante esta época los poderosos querían y tenían que impresionar y manifestar su riqueza mediante edificios impresionantes. Cuanto más individual y particular, mejor.




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