Este palacio barroco, construido en el primer cuarto del
siglo XVII por orden de Juan de Ongay y comprado en la centuria siguiente por
Leopoldo de Gregorio, tenía dos fases de construcción.
Durante la primera fase se construyó todo el edificio arquitectónico
(tres plantas, de piedra sillar en la planta baja, ladrillo en las otras) con
sus balcones correspondientes. Cuando cambio de dueño, comenzó la segunda fase
de construcción, que era más bien una redecoración del palacio.
Como el nuevo propietario había sido virrey de Nueva España
estaba inspirado en el arte churriguesco mexicano: esculturas talladas y
policromadas con una gran expresividad, donde hay un contraste entre las
construcciones simples de los edificios con sus ornamentos barrocos extravagantes
y exagerados.
Portal barroco con el escudo de los Vallesantoro. |
Efectivamente,
la residencia de los marqueses de Vallesantoro llamó la atención. Y ¿Qué más
razones había? Principalmente durante esta época los poderosos querían y tenían
que impresionar y manifestar su riqueza mediante edificios impresionantes.
Cuanto más individual y particular, mejor.
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