2 sept 2016

Simplificar la historia europea: Filosofía grecorromana, fe cristiana y lucha germana

HIRST, John, 
The shortest History of Europe, 
edit. Old Street Oublishing Ltd, UK, 2009
Simplificar es un trabajo harto de hacer. Primero se tiene la dificultad de elegir lo importante, lo necesario, segundo el reto de que tenga sentido y sea lógico, eso si (tercero): embarcando todo lo esencial e importante.

John Hirst lo intentó, con nada menos que la historia europea, en su “The shortes History of Europe” del 2009. 

Las tres culturas de la Antigüedad

Según su simplificación se formaron durante la antigüedad clásica tres amplios conceptos culturales o filosóficos:

-          Greek & Roman Learning: Eso engloba la visión de los filósofos grecorromanos, quienes veían al mundo como algo simple, que se pueda explicar mediante la lógica y las matemáticas.

-          Christianity: Con el cristianismo se formó una corriente que añadió una visión negativa al mundo explicable del ámbito grecorromano: El mundo como una prueba divina, algo negativo, corrompido, de la cual solo la fe en cristo se puede salvar.

-          German Warriors: Ese es el concepto más débil de Hirst, en la cual engloba que a los guerreros germánicos les gustaba luchar (Fighting is fun). Creo que Hirst fuerza aquí considerablemente el detalle, que el imperio romano cayó ante la migración germánica, pero los ve como conquistadores feroces que aplastaron militarmente las legiones romanas – una visión muy anticuada e idealizadora. Por eso lo modifico ligeramente hacia German Kingdoms, el hecho que se establecían al final de la antigüedad los reinos germanos europeos, con el nuevo sistema feudal.

La unificación medieval

Todos esos tres conceptos culturales, que aparecieron durante la antigüedad, se mezclaron durante la edad media en la iglesia católica apostólica romana.
Los reinos germanos (German Kingdoms) protegían a la iglesia cristiana (Christianity), principalmente porque era la única organización que permitía administrar y gobernar amplios territorios, y esa iglesia cristiana conservaba parte de los pensamientos grecorromanos (Greek & Roman Learning). Con el comienzo de la edad media, los guerreros germanos (German Warriors) se convirtieron en caballeros cristianos (Christian Knights), mientras que partes de la filosofía grecorromana, en concreto las matemáticas y la lógica, comenzaron fundamentar la doctrina cristiana (Christian Doctrine), como se puede ver con la escolástica, una mezcla de fé y lógica.

Esa mezcla de los ámbitos políticos (German Kingdoms), filosóficos (Greek & Roman Learning) con el religioso (Christianity) era efectivamente la esencia del poder eclesiástico medieval: Sin la protección de la nobleza no tendrían el poder necesario, y sin el fundamento filosófico no podrían haber podido justificar ni el orden social ni haber superado las continuas herejías y divisiones que se dieron a cabo en numerosas ocasiones. Hirst nos presenta la iglesia medieval como la unificadora de todas las tres culturas.

La ruptura y la división en dos ámbitos culturales

Hirst continua con la ruptura de esa unificación medieval. La iglesia católica, que había mantenido unidos el pensamiento Fighing is fun germano y el pensamiento lógico grecorromano, se debilita.
Durante la edad moderna se establece una extraña relación con los raíces de la antigüedad: En parte se evoluciona a base del pasado, pero en parte se hace una reflexión crítica y se distancia al mismo tiempo.

Así se debilita la unificadora medieval, la iglesia católica, con la reformación luterana del siglo XVI. Christianity not roman, Hirst con eso quiere decir que la fama y el prestigio, del que había gozado la iglesia católica del imperio romano, se ha gastado definitivamente.
También del ámbito cultural German Warriors surge la idea, de que toda civilización es artificial, incluso la cristiana greco-romana, llegando al romanticismo de los siglos XVIII y XIX, con su emoción, su nacionalismo, y su liberalismo.
Finalmente, la filosofía y cultura grecorromana, glorificada una vez redescubierta con el renacimiento en el siglo XV, se crítica en parte con la revolución científica del siglo XVII, cuando se deshacen numerosos pensamientos filosóficos grecorromanos, y se profundiza con la ilustración del siglo XVIII, cuando ciencia, razón y progreso separan la filosofía de la fe.

En conclusión, la edad moderna crea dos corrientes diferentes: Por un lado el irracional, emocional, del ámbito “germano”, y por el otro lado el racional, lógico, del ámbito “romano – francés”.

Hirst divide en el fondo Europa en dos partes: La guerrera, “germánica”, con sus nacionalismo e ideas liberales, que está en el norte europeo, y la racional, “romana”, con su ilustración y su filosofía avanzada, que está en el sur. Lo que mantenía unido a ese mundo simple europeo era la iglesia cristiana medieval, dejando afuera la cultura musulmana y la iglesia cristiano – ortodoxa de oriente.

Reflexión

A mi juicio es una simplificación muy curiosa, aunque un tanto forzada. El papel de la importancia de la iglesia católica medieval crece gracias a los tres aspectos que menciona Hirst. Sin embargo, que la Roman christian church which preserves greek and roman learning, que se convierte en Supports Christian Doctrine, es algo forzado porque la influencia que tuvo la cultura musulmana lo deja por completo afuera. La filosófica grecorromana que inició al renacimiento fue posible gracias a los filósofos musulmanes y byzantinos, quienes guardaban y evolucionaban esas ideas.

De todos modos, si se modifica el German Warriors por German Kingdoms como nuevas entidades politicas, y se añade el ámbito cultural musulmán como coexistente a la iglesia católica, podría ser una simplificación buena.

Por el contrario, difícil puedo defender su simplificación de la edad moderna, dado que no explica el salto de German Warriors a Romanticism – Civilization is artificialTiene tiene sentido el “Greek & Roman Learning” è “Renaissance” è “Scientific Revolution” è “Enlightenment”, pero como Hirst intenta presentar a Europa como una dualidad de cultura emocional-nacional-liberal con la cultura racional-científico, cobra ese salto irracional de German Warriors una importancia que rompe al esquema.

Hirst ha intentado construir la casa desde el tejado. Efectivamente, durante los siglos XVIII y XIX coexistian en Europa dos corrientes: Por un lado la ilustración racional y objetivo, y por el otro lado el romanticismo emocional y subjetivo. Ahora ha intentado volcar esos dos pensamientos en la historia hacia atrás. Mientras que efectivamente la ilustración tiene sus orígenes en el renacimiento y la filosofía grecorromana, intenta buscar un origen del romanticismo en los guerreros germanos, como si todos los guerreros germanos de la antigüedad hayan sido como se les dibujaba durante el romanticismo del siglo XIX. Porque esa critica a la civilización que interpreta Hirst no lo tiene el romanticismo, y tiene igual como la ilustración numerosas referencias a la cultura grecorromana (pensemos en la glorificación que tenían los asesinos del último tirano romano, en la glorificación de del imperio romano, en la tristeza y no - ¡ojo! - alegría de la decadencia idealizada romana).
No sirve, en fin, la simplificación propuesta por Hirst, por su forzada interpretación, pero me gusta como ha logrado destacar la importancia de la iglesia medieval como paréntesis de política germana y cultura grecorromana.

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