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HIRST, John,
The shortest History of Europe,
edit. Old Street Oublishing Ltd, UK, 2009
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Simplificar es un trabajo harto de hacer. Primero
se tiene la dificultad de elegir lo importante, lo necesario, segundo el reto
de que tenga sentido y sea lógico, eso si (tercero): embarcando todo lo
esencial e importante.
John Hirst lo intentó, con nada menos que
la historia europea, en su “The shortes History of Europe” del 2009.
Las tres culturas de la Antigüedad
Según su
simplificación se formaron durante la antigüedad clásica tres amplios conceptos
culturales o filosóficos:
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Greek & Roman Learning: Eso engloba la visión de los
filósofos grecorromanos, quienes veían al mundo como algo simple, que se pueda
explicar mediante la lógica y las matemáticas.
-
Christianity: Con el cristianismo se formó una corriente
que añadió una visión negativa al mundo explicable del ámbito grecorromano: El
mundo como una prueba divina, algo negativo, corrompido, de la cual solo la fe
en cristo se puede salvar.
-
German Warriors: Ese es el concepto más débil de Hirst,
en la cual engloba que a los guerreros germánicos les gustaba luchar (Fighting
is fun). Creo que Hirst fuerza aquí considerablemente el detalle, que el
imperio romano cayó ante la migración germánica, pero los ve como
conquistadores feroces que aplastaron militarmente las legiones romanas – una
visión muy anticuada e idealizadora. Por eso lo modifico ligeramente hacia
German Kingdoms, el hecho que se establecían al final de la antigüedad los
reinos germanos europeos, con el nuevo sistema feudal.
La unificación medieval
Todos esos tres conceptos culturales, que
aparecieron durante la antigüedad, se mezclaron durante la edad media en la
iglesia católica apostólica romana.
Los reinos germanos (German Kingdoms)
protegían a la iglesia cristiana (Christianity), principalmente porque era la
única organización que permitía administrar y gobernar amplios territorios, y
esa iglesia cristiana conservaba parte de los pensamientos grecorromanos (Greek
& Roman Learning). Con el comienzo de la edad media, los guerreros germanos
(German Warriors) se convirtieron en caballeros cristianos (Christian Knights),
mientras que partes de la filosofía grecorromana, en concreto las matemáticas y
la lógica, comenzaron fundamentar la doctrina cristiana (Christian Doctrine),
como se puede ver con la escolástica, una mezcla de fé y lógica.
Esa mezcla de los ámbitos políticos
(German Kingdoms), filosóficos (Greek & Roman Learning) con el religioso
(Christianity) era efectivamente la esencia del poder eclesiástico medieval:
Sin la protección de la nobleza no tendrían el poder necesario, y sin el
fundamento filosófico no podrían haber podido justificar ni el orden social ni
haber superado las continuas herejías y divisiones que se dieron a cabo en
numerosas ocasiones. Hirst nos presenta la iglesia medieval como la unificadora de todas las tres culturas.
La ruptura y la división en dos ámbitos culturales
Hirst continua con la ruptura de esa
unificación medieval. La iglesia católica, que había mantenido unidos el
pensamiento Fighing is fun germano y el pensamiento lógico grecorromano, se
debilita.
Durante la edad moderna se establece una
extraña relación con los raíces de la antigüedad: En parte se evoluciona a base
del pasado, pero en parte se hace una reflexión crítica y se distancia al mismo
tiempo.
Así se debilita la unificadora medieval,
la iglesia católica, con la reformación luterana del siglo XVI. Christianity
not roman, Hirst con eso quiere decir que la fama y el prestigio, del que había
gozado la iglesia católica del imperio romano, se ha gastado definitivamente.
También del ámbito cultural German
Warriors surge la idea, de que toda civilización es artificial, incluso la
cristiana greco-romana, llegando al romanticismo de los siglos XVIII y XIX, con
su emoción, su nacionalismo, y su liberalismo.
Finalmente, la filosofía y cultura
grecorromana, glorificada una vez redescubierta con el renacimiento en el siglo
XV, se crítica en parte con la revolución científica del siglo XVII, cuando se
deshacen numerosos pensamientos filosóficos grecorromanos, y se profundiza con
la ilustración del siglo XVIII, cuando ciencia, razón y progreso separan la
filosofía de la fe.
En conclusión, la edad moderna crea dos
corrientes diferentes: Por un lado el irracional, emocional, del ámbito
“germano”, y por el otro lado el racional, lógico, del ámbito “romano –
francés”.
Hirst divide en el fondo Europa en dos
partes: La guerrera, “germánica”, con sus nacionalismo e ideas liberales, que
está en el norte europeo, y la racional, “romana”, con su ilustración y su
filosofía avanzada, que está en el sur. Lo que mantenía unido a ese mundo
simple europeo era la iglesia cristiana medieval, dejando afuera la cultura
musulmana y la iglesia cristiano – ortodoxa de oriente.
Reflexión
A mi juicio es una simplificación muy curiosa,
aunque un tanto forzada. El papel de la importancia de la iglesia católica
medieval crece gracias a los tres aspectos que menciona Hirst. Sin embargo, que
la Roman christian church which preserves greek and roman learning, que se
convierte en Supports Christian Doctrine, es algo forzado porque la
influencia que tuvo la cultura musulmana lo deja por completo afuera. La filosófica grecorromana que inició al
renacimiento fue posible gracias a los filósofos musulmanes y byzantinos,
quienes guardaban y evolucionaban esas ideas.
De todos modos, si se modifica el German
Warriors por German Kingdoms como nuevas entidades politicas, y se añade el
ámbito cultural musulmán como coexistente a la iglesia católica, podría ser una
simplificación buena.
Por el contrario, difícil puedo defender
su simplificación de la edad moderna, dado que no explica el salto de German
Warriors a Romanticism – Civilization is artificial. Tiene tiene sentido el “Greek & Roman
Learning” è “Renaissance” è “Scientific Revolution” è
“Enlightenment”, pero como Hirst intenta presentar a Europa como una dualidad
de cultura emocional-nacional-liberal con la cultura racional-científico, cobra
ese salto irracional de German Warriors una importancia que rompe al esquema.
Hirst ha intentado construir la casa desde el tejado. Efectivamente, durante los siglos XVIII y XIX coexistian en Europa dos corrientes: Por un lado la ilustración racional y objetivo, y por el otro lado el romanticismo emocional y subjetivo. Ahora ha intentado volcar esos dos pensamientos en la historia hacia atrás. Mientras que efectivamente la ilustración tiene sus orígenes en el renacimiento y la filosofía grecorromana, intenta buscar un origen del romanticismo en los guerreros germanos, como si todos los guerreros germanos de la antigüedad hayan sido como se les dibujaba durante el romanticismo del siglo XIX. Porque esa critica a la civilización que interpreta Hirst no lo tiene el romanticismo, y tiene igual como la ilustración numerosas referencias a la cultura grecorromana (pensemos en la glorificación que tenían los asesinos del último tirano romano, en la glorificación de del imperio romano, en la tristeza y no - ¡ojo! - alegría de la decadencia idealizada romana).
No sirve, en fin, la simplificación propuesta por Hirst, por su forzada interpretación, pero me gusta como ha logrado destacar la importancia de la iglesia medieval como paréntesis de política germana y cultura grecorromana.
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