La columna de Constantino con sus anillos de cobre. |
En 326, cuando Constantino celebra el 20 aniversario de su gobierno, crea un escándalo. Hace una marcha triunfal, con sus soldados en sus mejores uniformes, brillantes, como es de costumbre. Pero en vez de ir al templo de Júpiter para rendirle culto, cambia de ruta, y los ciudadanos comienzan insultar al emperador, estatuas suyas se manchan, no se hacen más ofrendas al culto imperial.
Basta ya.
Constantino decide realizar lo que desde hace largo es su
sueño: una capital nueva, fresca, sin viejas tradiciones, ciudadanos revoltosos
ni un senado anticuado con aristócratas paganos.
Diocleitano había tenido, hace décadas, la magnifica idea dedividir el imperio romano en cuatro partes, con cuatro gobernantes – pero
fracasó. Constantino decidió mantener el sistema de un gobierno centralizado
(hasta 395 no se hará la división formal entre dos imperios).
Pero para eso tenía que estar presente cerca de la frontera:
ataques puntuales de los godos, una guerra interminable con los Sassanidos y un
Egipto inestable. En esas fechas la parte occidental del imperio, incluyendo el
Limes en Germania, era terreno seguro.
¿Dónde mejor fundar la nueva capital si no cerca de esta
frontera inestable? Pero cerca del mar tenía que estar, para facilitar el
transporte y el comercio, pero lo suficiente protegido para que ni posibles
invasores del norte ni del sur puedan conquistarlo.
La elección cayó en Byzantion: fácil de defender, montañas
en el norte y al este, la conexión entre el mar negro y el mar mediterráneo:
¡perfecto! La pequeña ciudad se quintuplicaba, Constantino construyó un palacio
imperial, un hipódromo, un foro circular, acueductos, termas un puerto. Y
colocó el Milion en el centro de la ciudad. ¡Ahora iban todos los caminos a
Constantinopla!
Confiscó numerosos monumentos en todo el imperio para dotar
la ciudad con prestigio, y creyó una nueva aristocracia, donde los miembros del
nuevo senado son mayoritariamente la minoría del imperio: cristianos.
El centro de la nueva ciudad era una columna: La columna de Constantino.
50 metros alto, consistía en 9 bloques cilíndricos, coronado por una estatua
que representaba a Constantino como dios invictos, el sol victorioso, colocada
el 11 de mayo 330, con mirada hacia oriente. Al pie de la columna se instaló un
bajo relieve con la imagen del emperador, acompañado por dos nikes y dos
hombres barbudos, que podían ser tanto San Pedro como San Pablo, como un
bárbaro godo y un persa sasánida. Como remate mando construir debajo de la
columna una bóveda donde, según la leyenda, mandó guardar un numero variado de
reliquias.
La base de piedra construido a ordenes de Abdülhamid I. |
Mustafa III añadió en 1701 los anillos para que no se caigan
los cilindros, y en 1779, tras un fuerte incendio en el barrio que dejo marcas
negras en la columna (de allí su apodo de columna quemada), ordenó Abdülhamid I
que se cubra tanto la base con las inscripciones como el cilindro inferior con
una nueva base de piedra. Y así es como hoy se contempla la columna: más
pequeña, con solo 6 de sus 9 cilindros originarios.
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