Durante la edad media varias republicas italianas (Venecia,
Pisa) intentaron controlar el comercio mediterráneo. Igual como la ligahanseatica en el norte de Europa, fundían factorías y almacenes, barrios con
propia jurisdicción, en todas las ciudades costeras mediterráneas. Entre ellos
estaba también la republica de Genova, que competía con los Venecianos.
Venecia, ciudad que en teoría era miembro del imperio bizantino,
ya en el siglo XI se comportaba como si sería una ciudad libre, lo que causó
ciertas tensiones con el emperador de Constantinopla. Tanto, que incluso logró
su Dogo dirigir la cuarta cruzada para conquistarla y fundar el imperio latino.
A lo largo de todos estos siglos Genova intentó competir con Venecia en el mediterráneo
oriental, y gracias a las tensiones con los bizantinos (los enemigos de mis
enemigos son mis amigos) logró el permiso de fundar una factoría genovesa en
frente de la capital, Galata.
Después de la restauración bizantina en el siglo XIII, expulsando
al ultimo emperador latino, refortaleció Genova su colonia, construyendo 1348
la famosa torre de Galata, que se conocia como la torre de cristo.
66.9 metros de alto, con muros gruesos (3.75 metros en su
base) y una sola puerta para entrar, era la manifestación del poder comercial
de los genoveses – y su desconfianza en la protección imperial. Las
expediciones de saqueo osmanlí y de otros pueblos de los Balcanes hacia
necesario mejorar las defenas.
Sin embargo, con la conquista de Constantinopla 1453, los
genoveses perdieron también su barrio, sus privilegios y, evidentemente, su
torre. Dado que Estambul dejo de ser una ciudad fronteriza cristiana para
convertirse en la capital osmanlí, las defensas militares carecían de sentido y
la torre de Galata perdió su función. Pero los daños que sufrió tras un
terremoto en 1509 se arreglarón tras la orden del sultan Bayezid II, y se
comenzó emplear la torre como observatorio por el astronomo Takiuddin. Pero
1579 se dejo esta funcion.
La parte superior se reconstruyó durante el siglo XVIII. |
Según la leyenda, contada por Evliya Celebi, que entre 1630
y 1632 empleaba el inventor Hezarfen Ahmet Celebi la torre como rampa para
volar mediante alas construidas y que voló 6 kilómetros.
De todos modos, desde 1711 recuperó la torre parte de su función:
vigilar – si hay fuegos y avisar, dado que la capital estaba llena de casas de
madera que de vez en cuando no tenían nada mejor que quemarse. Estaba bajo
custodia de los bomberos, una institución fundada en 1714. Menos cuando la misma torre se quemó: una vez
en 1794 y otra 1831. Desde entonces se dejó de usar y no se reconstruyó, hasta
el siglo XX.
Posiblemente también dejaron los sultanes la torre, porque desde el cuarto patio, la parte privada de su palacio Topkapi, podían contemplarla, y recordarse continuamente de los cristianos, sus enemigos religiosos.
Posiblemente también dejaron los sultanes la torre, porque desde el cuarto patio, la parte privada de su palacio Topkapi, podían contemplarla, y recordarse continuamente de los cristianos, sus enemigos religiosos.
A la derecha del centro se puede observar la mezquita de Süleyman. |
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