Evolución y revolución tecnológica
El hecho que la falta de
recursos, hasta un momento determinado disponibles siendo excesivamente útiles
y necesarios, provoca la necesidad de buscar nuevas soluciones, suele tener como
consecuencia la aceleración de la investigación tecnológica.
Durante la crisis de 1973 en Alemania se prohibió incluso el uso de las autovías en los domingos para ahorrar el consumo de la gasolina. |
La posible falta del petróleo en
un futuro lejano se convirtió en un tema importante para el mundo industrializado
cuando la OPEC cerró durante unas semanas sus grifos del oro negro. En el mismo
momento que Europa escaseaba de petróleo, llegando a tal punto que en las
carreteras apenas circulaban coches, la innovación tecnología para la energía
renovable recibió su primer apoyo verdadero.
Innúmeras ideas y proyectos
existían y existen con anterioridad de esas graves circunstancias, solo que se ven
como momentáneamente innecesarias, se ignoran o incluso se olvidan.
Cambia cuando la
escasez pone en obsolencia las armas, los transportes, en fin: lo necesario
para una guerra contemporánea. Entonces se recuerda y se exige a los
innovadores buscar urgentemente una solución. En el momento en que una potencia
militar (sean los EEUU, China, Rusia o una Unión Europea realmente unificada)
se ve incapaz mover sus tropas y sus máquinas por falta de carbón y petróleo, invirtió
e invertirá todo lo que tiene con el fin de emplear nuevas fuentes energéticas
de tal forma que un tanque o un avión pueda moverse (actualmente solo un
submarino grande o un portaaviones tiene reactores nucleares).
Tanques alemanes como el A7V solo podían circular en carreteras planas. |
En periodos de paz o en periodos
de guerra con abundancia de recursos y estando ganando un conflicto, la
innovación tecnológica existe. De todas formas por la falta de presión político
y militar, sus fondos financieros suelen ser menores y el interés militar escaso.
Cuando se presentaron por vez primera los tanques, los generales se reían de
dichos juguetes de metal – hasta que durante la primera guerra mundial vieron
su nuevo valor estratégico, necesario para romper las trincheras enemigas. Que
su eficacia sea más que discutible es otra cuestión, lo que ahora interesa es
el cambio de opinión.
Se puede hablar que en épocas de
paz reina la invención evolutiva: lento y continuo se va descubriendo nuevas
formas de armamento, sean cascos romanos, cañones cada vez mayores o pequeños
aparatos voladores que disparan sin ser conducidos por un piloto.
Escasez de recursos + Deseo de
guerra = Innovación tecnológica
Cambia fundamentalmente cuando se
cumplen dos requisitos. Primero uno de los dos bandos tiene que encontrarse en
problemas de recursos esenciales para continuar la guerra (escasez de hombres,
de carbón, de petróleo, etc.…). Segundo ese bando tiene que poder y desear la
continuación bélica. Es decir el bando que está ganando el conflicto es insuficientemente
fuerte con vistas a derrotar su enemigo en poco tiempo, y dicho bando enemigo que
se encuentra en apuros desea, independientemente del motivo, continuar con la
guerra.
Si se cumplen esos dos requisitos
se provoca una autentica revolución innovadora.
Quiero destacar la diferencia
entre la escasez y la ausencia de recursos. Si la potencia (posiblemente
perdedora) carece completamente del recurso que necesita con el fin de mantener
con vida su aparato militar, la derrota es rápida y completa. La situación que
estoy describiendo se cumple solo si los recursos son “escasos”, permiten la
continuación de la guerra aun así con medios muy reducidos y ahorrando por
todos los lados.
Con la industrialización esa diferenciaron
entre evolución y revolución se hace muy evidente. A partir de entonces los ejércitos
comienzan depender de un grado cada vez mayor de recursos cada vez menos
abundantes y más complejos. Si hasta entonces los ejércitos necesitaban una
cierta cantidad de ropa, alimentación, hierro y pólvora, a partir de entonces
el valor de los dos últimos recursos prácticamente explota. Desde las guerras napoleónicas
el uso del cañón se ha convertido en un instrumento militar normal, cada vez
más pesado y más potente. Inventos como la metralladota tenían como consecuencia
que el aumento del ratio de disparo requería un numero mayor de munición. Llevar
la pólvora en un cuerno y algunas balas como lo hacían los mercenarios en el
siglo XVI dejó de ser suficiente.
El avance industrial, que otorga
poder al país industrializado, igualmente le convierte en un adicto de todos
los recursos que necesita con el objeto de continuar ser en lo que se ha
convertido.
Por el otro lado el avance tecnológico
y la mentalidad científica tienen la ventaja que posibilitan al país industrializado
buscar una salida si los recursos necesarios escasean. Si encima dicho país se
encuentra en una guerra y, al parecer, está perdiendo o le faltan tropas, armas
o recursos, los científicos reciben todo lo que quieren. Eso si: justo cuando
lo que suelen necesitar, eso es tiempo y paciencia, faltan.
Tengo tres ejemplos que quisiera
destacar, todos ellos de la época industrializada y todos ellos desde el punto
de vista del bando perdedor: los confederados americanos de la guerra civil
(1861 – 1865), los alemanes imperiales de la primera guerra mundial (1914 –
1918) y los alemanes nacionalsocialistas de la segunda guerra mundial (1939 –
1945). En los tres ejemplos el bando fracasado (que resultan ser,
subjetivamente y poco historiográfico hablando, los malos) comenzó con la
búsqueda de nuevas armas alternativas cuando comenzaba encontrarse en apuros
por el enemigo. Y en todos los tres casos suele ser a gran medida por el
bloqueo económico.
Los confederados y el mar
El embargo comercial que sufrían
los estados confederados por parte de los estados unidos era la mejor forma de
molestarlos. Por un lado les era imposible exportar (y vender) su producto
principal, el algodón, y por el otro lado la importación de hierro y armas se
reducía a un mínimo (ya que carecían prácticamente de fábricas de munición y
armamento). Por si fuera poco brillaba su marina por su ausencia, mientras que
los EEUU ampliaron la suya de unos escasos 90 naves a casi 200. De tal forma
les era posible completar el bloqueo cada vez mejor.
Stephen Mallory, Secretario Confederado de la Marina desde 1861 hasta 1865. |
Los confederados necesitaban
crear huecos en esa red cada vez más densa, sin embargo difícilmente podían
competir en la construcción con la US Navy por los pocos astilleros que tenían.
Entonces Stephen Mallory, el ministro de marina de la confederación, se recordó
de un nuevo modelo de barco con que habían experimentando los ingenieros
ingleses y franceses: el Ironclad, un barco vestido de hierro. Ya en la guerra de
1812 contra Gran Bretaña habían experimentado los estadounidenses con un barco
de ese estilo, y los franceses tenían con su Gloire otro modelo. De todos
modos allí se quedaron.
Mallory ordenó la construcción de
un Ironclad. En vez de montar un barco completamente nuevo se tapó al buque Merrimack
con placas de hierro, convirtiéndolo tras unos meses en la nueva CSS Virginia. Extraño
para sus contemporáneos hundió el 8 de marzo 1862 la USS Cumberland, la USSCongress, otros dos barcos militares y tres civiles, en menos de cinco horas.
¿Tan sorprendente es que, escasos años más tarde en 1898, unos pocos naves
americanos hundieron la completa flota española del caribe?
Pocas horas después apareció la
USS Monitor – un Ironclad fabricado por los EEUU. ¿Cómo era posible?
CSS Virginia. |
Mallory, lejos de ser suficientemente
humilde para mantener su proyecto en secreto, lo presentó en el congreso
confederal, incluso los periódicos hablaron de eso. Y su equivalente noreño
Gideon Welles leyó la noticia, investigó un poco y mandó construir a su vez un
Ironclad, que incluso se terminó con anterioridad a que la CSS Virginia, siendo
el nuevo USS Monitor.
Opino que las potencias
ganadoras, en ese caso las EEUU, si tienen suficientes recursos, desarrollan
grandes avances tecnológicas durante la guerra. Con todo: solo si es necesario.
Welles nunca tenía planeado construir en serio un Ironclad (o mas). Ya bastaba
con la construcción de las naves tradicionales de madera con el fin de completar
al bloqueo. Cambió de opinión cuando se enteró que su enemigo iba construir un
barco capaz de hundir la flota estadounidense.
Cuando la USS Monitor y la CSS
Virginia comenzaron la batalla, se dispararon mutuamente durante horas, sin
causar daño al oponente. Entonces, por accidente, una bala de la CSS Virginia
llegó alcanzar al mirador de la USS Monitor, cegando su capitán. Durante el
cambio de mando, la USS Monitor se alejó del lugar de la batalla, y la CSS
Virginia lo interpretó como un éxito, volviendo a su base. Eso provocó en los
estadounidenses a su vez la sensación de haber ganado la beligerancia.
De todos modos, este empate
demostró rápidamente a Mallory que los estadounidenses podían construir en
menor tiempo un mayor numero de Ironclads. ¡Los confederados incluso habían
tenido que usar el acero de algunos cañones suyos para crear su CSS Virginia!
La posible solución para la victoria marina se ha esfumado, y se buscó otras
soluciones. Inventaron las minas de agua, con el éxito que la US-Navy entró con
considerable precaución y raramente en ríos confederados, con posterioridad a la
perdida de una nave debido por una mina.
La H.L. Hunley junto con su creador. |
Si era imposible luchar
directamente al enemigo, se podía hacerlo a escondidas. Mediante naves de
madera que se movían con vapor, pequeños y muy hundidos en el agua, se
pretendía disparar un torpedo con dinamita a un barco, alejarse y desde la lejanía
incendiar la cuerda para que explotase dicho torpedo. Junto a las naves de
torpedo se empleó por primera vez con cierto existió un submarino militar. Evidentemente,
hubo anteriormente experimentos con naves subacuaticas (1620 en Holanda, y durantela guerra de Independencia de los EEUU con el Turtle), solo que hasta entonces faltó el
interés. Horace L. Hunley construyó en Julio de 1863 el primer submarino en
Nueva Orleans bautizándolo con su apellido. El funcionamiento era similar a la
nave torpedo. El submarino acerca medio hundido al barco enemigo, se coloca una
mina y se aleja. Tras varios intentos fracasados (Hunley murió en uno de los
experimentos) se logró hundir con éxito la USS Housatonic. Sin embargo, murió
la tripulación volviendo a la base por asfixió.
Al final, las invenciones
confederadas eran puntuales y, exceptuando las minas, prototipos únicos con
escaso valor militar. Eso si: lograron molestar la US Navy, y una vez ganado la
guerra sus nuevas tecnologías se copiaron e inspiraron a los técnicos del bando
victorioso.
Los alemanes imperiales y el
guano
Algo similar ocurrió en el
segundo imperio alemán. La flota alemana era incapaz ganar la marina inglesa y
su bloqueo marítimo era casi perfecto. Por esa razón desarrollaron los alemanes
sus submarinos de forma considerable: la entente cordiale apenas utilizaba
submarinos, mientras que los alemanes podían permanecer días bajo agua,
viajando miles de kilómetros y atacando a los naves enemigos con relativa
facilidad.
Un nido, hecho de guano. |
Alemania posiblemente hubiera
perdido la guerra tras apenas un años por la mera falta de munición. ¿Por qué?
Para los explosivos era necesario el nitrógeno, y la única forma para conseguirlo
de forma masiva era con los excrementos de aves, el llamado Guano de Iberoamérica.
Es más, en 1879 comenzó la guerra del pacifico entre Perú, Bolivia y Chile para
controlar la zona del Guano.
Claro: con la marina británica en
el atlántico y una flota de submarinos incapaces de cruzar al océano atlántico,
resultó algo difícil que llegue suficiente Guano.
Por esa razón la Alemania
imperial necesitaba algo que pueda sustituirlo. Y lo encontró: mediante el
Haber Bosch Verfahren se podía sintetizar amoniaco en grandes cantidades y fabricar
con eso los explosivos y la munición.
Una vez finalizada la primera
guerra mundial, se distribuyó la formula química por todo el mundo occidental,
igual como muchos otros inventos del mundo químico alemán, inventados en un
periodo de búsqueda de recursos alternativos y sintetizados.
Los alemanes nacionalsocialistas
y el aire
Finalmente tenemos la Alemania
nacionalsocialista. Cuando los nacionalsocialistas llegaron en 1933 al poder
apoyaron las investigaciones militares. Conforme iba avanzando la guerra se
redujo el apoyo, incluso se canceló o se estaba a punto de cancelar numerosos
proyectos. Dos hechos cambiaron esa actitud: la imposibilidad de conquistarInglaterra y el alargamiento imprevisto de la guerra contra la Unión Soviética
(más la derrota de Stalingrado 1943). Se hacía evidente la, cada vez mayor,
debilidad de la Wehrmacht. Los aliados superaban en todos los campos los
alemanes (número de soldados, aviones y tanques) gracias a sus abundantes
recursos.
El misil Rheintochter R1. |
Por esa razón se iniciaron a
partir de 1942 nuevas investigaciones o se retomaron proyectos anteriormente
abandonados. Descubrieron sistemas de cohete y la propulsión por reacción, ambas
necesarias para combatir la inferioridad en el aire y con el fin de poder volar
más alto que los aviones enemigos. Ejemplos serían los cohetes como la A4,
Rheintochter y Rheinbote, o los aviones Henschel HS 117, Messerschmitt Me 329,
Horten H IX, Dornier Do 335 y el Henschel HS 132. Incluso se desarrolló un lanzacohetes
con el fin de defenderse contra la aviación enemiga, el Fliegerfaust de 1944. Por
la cada vez mayor falta de material con el objeto de fabricar armas y munición
se inventó para la infantería el Sturmgewehr 44 y el Sturmgewehr 45.
El A4 (o V2), el arquetipo del concepto de las armas milagrosas (Wunderwaffe). |
Numerosos proyectos permanecían
en la fase de prototipo, y escasos se producían en serie (como el Sturmgewehr).
Lo que interesa es la esperanza (de desesperación) que pesaba sobre esas armas,
que llegaron ser denominados oficialmente armas milagrosas (Wunderwaffen). La
meta era que, con menos recursos y mayor eficacia, sean capaces de hacer frente
ante la (cada vez más evidente) inferioridad numérica.
Una vez acabado la guerra
numerosos inventos fueron copiados por los aliados victoriosos: aviones de
propulsión, la tecnología de los cohetes, incluso el modelo del Sturmgewehr 44 y 45 (cuyos avances se copiaron en Francia, España y actualmente se produce en la fábrica Prvi Partizan en Serbia).
Conclusión
Es interesante observar como
numerosos países intentan evitar sus desventajas militares mediante armas
extraordinarias y tecnológicamente avanzadas: sean los submarinos alemanes
durante las dos guerras mundiales, sean los descubrimientos de formulas químicas
o sea la puesta en práctica militar de proyectos técnicos.
Tanto los confederados de la
guerra civil como los alemanes en ambas guerras mundiales tenían la desventaja
de carecer de los recursos esenciales que eran necesarias para sus guerras contemporáneas.
Los confederados escaseaban en hombres y metales, igualmente como los alemanes.
En los tres momentos históricos los bloqueos económicos y la (desde su punto de
vista) inmovilización del avance militar o incluso el temor de perdida llevaron
hacia el apoyo de la innovación. Con la presión que pesaba sobre los inventores
e investigadores se hacían grandes saltos hacia adelante.
De todas maneras, la misma falta
de recursos que lleva hacia el descubrimiento tecnológico habitualmente imposibilita
el eficaz empleo. O el enemigo ya está conquistando el país, o ya ha copiado la
idea (mediante propias investigaciones o mediante espías), o los recursos
comienzan escasear de tal grado que ni se puede prolongar la hostilidad.
Eso es la razón de la adaptación
de los nuevos conocimientos por parte del vencedor y su utilización en los siguientes
conflictos.
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