22 jul 2020

Un breve análisis sobre el populismo basado en la teoría de Kolja Möller (I)

Introducción
La pandemia del populismo (El Diario, 29 de marzo del 2020), Corona-Pandemie: Populismus tötet (Spiegel, 10 de abril del 2020) o una serie de noticias „The New populism“ (The Guardian, Marzo–Abril 2019) – el auge del populismo ha llegado al la vida diaria, se ha convertido en el  ,ainstream político.  De mayor o menor medida reaccionan historiadores, sociólogos, politólogos o publicistas ante la oncienciación mediática y de la sociedad sobre una  nueva corriente política - ¿pero realmente es tan innovador?
MÖLLER, Kolja, Volksaufstand & Katzenjammer,
edit. Wagenbach, Berlin, 2020

El término del populismo es antiguo – solo que hasta hace pocos años era un término usado por estudiosos de las ciencias políticas o historiadores (si por ejemplo si hacen referencia de los populares romanos y sus respectivas guerras civiles). Eso cambió cuando tras la Gran Recesión del 07/08/09 (ya tenemos nuestro Crack del 29 para la selectividad!) en numerosos países (primordialmente occidentales) surgieron movimientos políticos que culminaron en la fundación y reestructuración del mundo político, o donde con éxito llegaron políticos al poder, cuyo auge anteriormente ni era imaginario. Me refiero a las fundaciones de (o las transformaciones a) partidos como Movimiento 5 Stelle (2009), Synaspismos Rizospastikis Aristeras (2012), VOX (2013), AfD (2013), Podemos (2014), el breve auge sorprendente de la ya antigua UKIP en 2015, o el auge político de personas populistas como Donald John Trump en los Estados Unidos (desde 2017) o Jair Bolsonaro en Brasil (desde 2019). Todas estas organizaciones políticas y personas políticas tienen en común que se clasifican o son clasificados bajo él (ya muy amplio) adjetivo del populismo.

Después de una década se nota como un cierto desprecio hacia el término del populismo – tanto desde la izquierda como desde la derecha se acusa al bando opuesto de ser un populista de derechas o de izquierdas, y se asocia al populismo con el uso activo de las emociones irracionales, oprimiendo el uso de la razón, para escuchar únicamente al quién más grita. Por ello me pareció interesante entender un poco mejor este término y este concepto, leyendo para ello “Volksaufstand & Katzenjammer” (2020) de Dr. Kolja Möller de la Facultad de Derecho de la Universidad de Bremen.

Una definición del populismo

Según Kolka Möller – y otros sociólogos y politólogos que menciona en su libro – el populismo es una corriente política muy antigua. Lo refleja haciendo referencia a la poca conocida pero muy llamativa revuelta romana orquestada por Cola di Rienzo de 1347, cuando llegó al poder gracias al pueblo romano, pero lo perdió tras pocos meses tras la fuerte resistencia del papado y la nobleza romana. Kolja Möller clasifica a Cola di Rienzo como político populista. Según él, se puede clasificar la participación del pueblo en el poder con tres categorías diferentes.

Tres formas de participación

  • El pueblo participa haciendo una auténtica revolución, clasificada también como Gran Revuelta, cambiando por completo la estructura política y el reparto del poder. Los que anteriormente tuvieron el poder, lo pierden por completo, la vieja jerarquía se elimina, incluso se invierte: Los que estaban abajo, ahora están arriba, los que eran mandados mandan.
  • El pueblo participa empleando los mecanismos políticos existentes, como a través de elecciones, referéndums, en la oposición, en manifestaciones y huelgas puntuales. El pueblo puede, usando las vías institucionales ya establecidas, hacer cambios políticos, dado que está en un estado cuyo poder emana de la soberanía del pueblo constitucional. Evidentemente, esa forma de participación del pueblo solo es factible en estados democráticos o que tengan un mínimo de funcionalidad democrática.
  • El pueblo participa haciendo la pequeña revuelta. Según Kolja Möller falta esta tercera categoría, falta algo entre una oposición parlamentaria y una revolución autentica: La critica a la política actual y la petición de un completo reajuste jerárquico del poder, pero sin cambiar al sistema entero. A diferencia de una gran revolución se quiere reanudar con el sistema político existente – criticando a los partícipes del sistema y a parte del sistema, pero sin desear crear un sistema político completamente nuevo. Hace referencia a las personas, que sienten que los mecanismos políticos existentes no son suficientes, no se sienten bien representados, pero tampoco quieren cambiar al sistema entero.

Según Kolja Möller, la pequeña revuelta surge cuando los ciudadanos sienten o acusan a la élite (social, política, financiera) de haberse emancipado y separado del pueblo, exigiendo una recuperación de un buen gobierno. Esa pequeña revuelta es lo que clasifica como populista: Los populistas se ven como mayoritarios y se sienten oprimidos por una minoría. Un ejemplo simple sería, por un lado, cuando populistas de izquierda critican la discriminación de la mujer, y cuando populistas de derecha critican el lenguaje políticamente correcto: En ambos casos (independiente de la realidad!) se sienten atacados y oprimidos por una élite que consideran minoritaria (en el caso de los ejemplos, en el primer caso sería una élite machista del patriarcado, mientras en el segundo casó tendríamos una supuesta la élite cultural-liberalista).
Esa inversión jerárquica, este cambio de abajo hacia arriba, existió según Kolja Möller durante toda la historia, y se manifestaba incluso en las arcaicas sociedades indígenas de Norteamérica (las culturas que fueron estudiados por Pierre Clastres y Christopher Boehm): Cuando un líder empezó a separarse demasiado de los intereses del pueblo, este pueblo lo destituyó del poder. Solo que dicha inversión jerárquica se podía hacer de numerosas maneras: Asesinando a la élite con una revolución, mofándose de ella, o mediante mecanismos de control institucionales.

⇒ La política populista es una pequeña revuelta, que desea invertir la jerarquía del poder, considerando que la élite se ha separado del pueblo, pero sin cambiar la estructura política por completo. Siempre se basa la política populista en la primicia de la soberanía del pueblo, de la cual según la constitución surge todo el poder político.

Diferenciación

Esos movimientos populistas se diferencian de los movimientos de protesta y de la política popular, según Kolja Möller:

  • Greta Thunberg y el movimiento Fridays-for-Future.
    Los movimientos de protesta (Como No-Deshaucios, Occupy, los movimientos antinucleares, Fridays-for-Future, etc…) en sí no son movimientos populistas, porque tratan temas que afectan a la sociedad, pero solo se enfocan en temas y ocasiones muy limitadas (vivienda, medioambiente, etc.). Sin embargo se pueden integrar perfectamente y formar parte de políticas populistas, sea el medioambiente en el partido alemán Die Grünen o para el tema de los desahucios en Podemos.
  • La política popular (lo que hacen supuestamente todos los antiguos grandes partidos, desde el Partido Popular español hasta los socialdemócratas alemanes) procura – en teoría – hacer política para todo el pueblo. Pero no es populista, porque una característica del populismo es la crítica a la jerarquía política de la que no forma parte. Por ello, aunque muchos políticos de Podemos o VOX estaban de alguna u otra forma participando en la política, nunca fueron dirigentes o tenían gran potestad de poder hasta la fundación o el auge real de sus respectivos partidos políticos. Por ello, el caso de Donald Trump y los Republicanos es especialmente llamativo y tan ejemplar al mismo tiempo: Trump critica a la élite – de la que su propio partido según el populismo forma parte! Los republicanos serían un partido popular que quiere representar al pueblo entero, pero su jefe de partido Trump actúa como un político populista (en su caso, Trump hace referencia a la élite de izquierdas).

De todos modos la política populista destaca, según Kolja Möller, por reutilizar, reciclar y mezclar elementos de las viejas, grandes ideologías políticas, como del liberalismo, del socialismo y del conservadurismo.


Contexto geopolitico

Kolja Möller concluye su definición con un paseo ejemplar por los movimientos que considera populistas a lo largo de la historia reciente, para ubicarlo también geográficamente:

  • Un ejemplo del populismo de derecha, cuando se acusa a Obama de ser
    comunista (en esencia, antiamericano) por ser visto de la Tea Party
    como miembro de la "Elite izquierdista".
    Norteamérica: El populismo estadounidense se destaca por mezclar tener dos corrientes: Por un lado la crítica de una mayoría (refriéndome al punto de vista de los supuestos afectados) religiosa-conservadora del mundo rural hacia la minoría atea-liberal de las ciudades de la costa, que se combina con una mayoría de pequeñas empresas y granjeros contra la minoría de las grandes empresas multinacionales capitalistas. De allí la posibilidad que se mezclen las dos corrientes, culminando en el movimiento populista Tea-Party de 2009, donde cristianos conservadores de clase media-baja y multimillonarios como David H. Koch criticaron al Big Government (por entonces, el demócrata Barack Obama). Pero ya un siglo antes hubo un breve movimiento similar: La Farmers Alliance de 1887, que se convirtió en 1891 en la Peoples Party, tenía muchas semejanzas, hasta su final en 1900: Unos granjeros pequeños del centro de los estados unidos se veían amenazados por las grandes empresas capitalistas de las costas, y encima dichas empresas las consideraban como ateas y lascivos - mientras que a sí mismo se consideraban buenas personas de moral cristiana. Cristianismo conservador + Pequeñas empresas rurales VS. liberalismo ateo + grandes empresas multinacionales. Otro tema aparte es la evidencia incoherencia real que Donald Trump no vive como esos valores, lo que nos interesa es la motivación de los votantes de Trump y la razón de éxito. 

  • Nicolás Maduro es un ejemplo de la transformación que puede
    provocar el populismo: Hacia un gobierno más autoritario.
    Iberoamerica: Desde los años 70 había dos corrientes políticos opuestos: Por un lado los movimientos populistas neoliberales, por el otro lado los movimientos populistas de izquierdas. Ambas tenían (y tienen) en común que hacen referencia al deseo del pueblo, a luchar contra unas élites corruptas. En la primera década del siglo XXI dominó el movimiento populista izquierdista, con los peronistas Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, el Chavismo venezolano y Correa en Ecuador. Sin embargo – algo que se tiene que tener en cuenta como Kolja Möller destacará más adelante: El populismo tiene tendencias autoritarias, y eso es lo que pasó por ejemplo en Venezuela. Durante los últimos años se ha volcado la ideología, y el populismo derechista (como con Bolsonaro en Brasil) está en auge. 

  • También la AfD alemana de Björn Höcke tiene el riesgo de convertir
    el sistema politico democrático hacia un sistema autoritario,
    como ya se está reflejando ahora.
    Europa: En Europa los populismos de ambos lados ideológicos surgen, según Kolja Möller, como reacción ante la globalización, los actos de la Unión Europea y el tema de la migración. Especialmente fuerte está el populismo derechista, que combina dos corrientes diferentes, pero ambas nacionalistas: Por un lado el concepto como pueblo económico (Los otros nos quitan a NOSOTROS el dinero), por el otro lado la interpretación nacional – socialista del pueblo (NUESTRA gente sufre el paro, etc…PRIMERO ayudamos a los NUESTROS, y después los OTROS). 

En la siguiente parte intentaré explicar los cuatro tipos de pequeñas revueltas que existen según Kolja Möller.


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