La bombarda Rosita Wicke, 1502. |
Con la llegada de
la pólvora, tan sonora debido a los cañones osmanos empleados en la conquista
de Constantinopla en 1453, cambiaron tanto los ataques como las defensas
militares. Era necesario revisar y aplicar nuevas tácticas durante las
batallas, y las antiguas fortificaciones – altas murallas, numerosas torres más
elevadas – resultaron ser objetivos fáciles para los nuevos cañones.
Los fundíbulos
medievales se sustituyeron por los primeros cañones de hierro, igual de pesadas
y de difícil de transporte como las armas medievales. Esos primeros cañones
fueron las bombardas.
Esas bombardas
aún disparaban bolas de piedra en vez de hierro, y los había de diferentes
tamaños. Dado que su alcance y su puntería aún eran poco precisas, por no decir
malas, era necesario construirlas muy grandes para poder disparar grandes bolas
(y al menos alcanzar algo durante el ataque). Por eso solían ser enormes, como
los cañones Pumhart von Steyr de Suiza, el Mons Meg de Escocia o los cañones
osmanos de 1453.
Conforme se iba
mejorando su manejo, su peso se fue aligerando y su puntería mejorando,
llegando a un punto medio, como ocurre con la Bombarda guardada en el fortín de
San Sebastián, en el monte de Urgull.
Inscripción y escudo (de Oldemburgo). |
Esta bombarda,
hecha en el condado de Oldemburgo al norte del Sacro Imperio Romano y
transportada a San Sebastián durante el gobierno de Isabela I. de Castilla, tiene
escrita en su torso el siguiente mensaje, escrito en latín:“Me llamo Rosita
Wicke y siembro sangre y gemidos. Fue hecha por Juan Vastenova, eso es la
verdad”, proveniente del año 1502. Por debajo está el escudo del condado de
Oldemburgo. El cañón se solía transportar en carros y fijar mediante cuerdas,
que se ataban a los anillos que salen del cañón.
Llama la atención
como en un momento tan temprano, cuando la pólvora se estaba estableciendo como
herramienta militar en Europa (y empleado por los conquistadores en América), se
llega a tener en San Sebastián una herramienta que, por entonces, era muy
innovadora y cara. Eso posiblemente podría demostrar la (creciente) importancia
que comenzaba tener San Sebastián como puerto militar, y efectivamente lo fue
durante toda la edad moderna hasta el final de los Habsburgo.
Imprimir artículo
1 Kommentare:
buena informacion
Publicar un comentario