28 nov 2015

¿Murió Alejandro Magno envenenado con el agua de Styx?

El rio Styx, como camino al inframundo.
Finales de mayo de 323 a.C. se sentía Alejandro Magno cada vez peor. Estaba más confuso, sus soldados no veían sentido en sus órdenes. Encima aún estaba lastimando la perdida por Hephaistion.
Su tristeza y dolor intentó ahogarlo en el vino. Tras dos días y noches festejando, gritó de repente. Sintió un intenso dolor en la parte superior de su tripa. Sirvientes llevaron al hombre más poderoso entre Mediterráneo e Indus hacia su dormitorio, empezó a tener fiebre. Su cuerpo estaba muy caliente, le dolió cualquier contacto físico, y tenía una sed insaciable.
Tras una semana no podía más hablar, solo movió cabeza y dedos. Por la tarde del 10 de Junio cerró el auto-nombrado hijo de Zeus en Babilonia para siempre sus ojos.

Hasta hoy no hay certeza sobre la causa de su muerte. ¿La cantidad del alcohol daño su cuerpo? ¿Una herida infectada de la última batalla? ¿Malaria?
Su cuerpo aun estaba caliente cuando surgieron las primeras sospechas, que uno de sus innumerables enemigos podría haberle ayudado en su camino hacia la muerte. Otros incluso llegaron a difundir la leyenda, que fue envenenado por el agua del rió Styx, el rió del inframundo. (Que realmente es el rio Mavronéri, en el peloponeso del sur de grecia).
Adrienne Mayor.
Quizás esta leyenda podría tener un núcleo veraz, según la historiadora Adrienne Mayor (Universidad Stanfrod) y la científica Antoinette Hayes. Investigaron si hay un veneno que podría haber causado los síntomas descritas, y al parecer lo han encontrado.
En el rió Styx podría haber habido la bacteria Micromonospora echinospora, que produce el veneno Calicheamicin. Este veneno daña directamente las moléculas del ADN, provocando la muerte masiva de varias células. Los primeros síntomas son cansancio sueño y dolor general. Al final fallan hígado, corazón y el sistema de nervios.
Lo que quedan son nudos de células muertas, y no hay ningún contraveneno. Una vez ingerido, el proceso de la muerte que dura durante unos días es imparable. Y solo basta una pequeña dosis. Posiblemente se empleó ese tipo de agua envenenado para provocar la muerte de Alejandro Magno.

Ya desde el siglo VIII a.C. hay noticias sobre el peligro que supone beber del rió Styx. El poeta Hesiod incluso opina, que podría ser peligroso para los mismos dioses. Si un ciudadano de la polis Olimpia rompió un juramento, tenia que beber de una copa dorada con agua del rió Styx. Según Hesiod un castigo cruel: El condenado tenía continuamente sed, no podía moverse y perdió la capacidad de hablar – igual como ocurrió con Alejandro.

Más tarde, en el siglo II d.C., informó el autor Pausanias que cabras, tras beber del río Styx, murieron.


Aunque es una (de varias) teorías, me pareció interesante para mencionarlo brevemente. 

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