20 ago 2011

Altar de Zeus de Pérgamo

El altar de Zeus de Pérgamo, construida posiblemente durante el siglo II a.C. por el rey Eumenes II.
Características formales
Lo destacable del altar de Pergamo eran - y siguen siendo - sus relieves escultóricos y la enorme escalera con veinte metros de anchura. Era una obra arquitectónica griega, en vez de ser clásica ya tenía claros rasgos helenísticos. Ocurrió lo contrario que con el Partenón, en dos aspectos: primero la importancia arquitectónica se reducía frente a las esculturas; segundo las columnas (iónicas) se convertían en casi decorativas frente la dominante escalera. Aparte se tenía otros rasgo típicos de la arquitectura helenista: importaba la imagen de lo exterior, la impresión; mientras que lo interior se reducía a un lugar donde se hacían las ofrendas con escasa decoración.

Al final se tenía que tener en cuenta una última novedad helenística: la narración continua. Los relieves contaban la historia del fundador de Troya: Télefo, hijo de Heracles, dentro del contexto de la batalla entre Titanes y Dioses olímpicos.

Características de contenido y comprensión
No se sabe cuando se construyo el templo, lo que esta seguro es la función simbólica y política del edificio. Igual como el Partenón el templo de Pergamo simbolizaba el poder de su ciudad; en ambos casos se glorificaban los ciudadanos a si mismos. No era un monumento que memorizaba únicamente la victoria sobre los celtas como durante largo tiempo se pensaba; sino era propagandístico. Por esa razón el relieve enorme tenía en Pergamo una mayor importancia ya que tenía que legitimar la monarquía helenística.


El gálata moribundo; una escultura de Pergamo.
Dicha construcción tiene que contar la historia (poco conocida por los ciudadanos), demostrar que sus “reyes” estaban a servicio de los ciudadanos, que no eran tiranos ni déspotas, sino defensores elegidos por los dioses. Los relieves raramente hacían indicaciones a guerras concretas, sino contaban la batalla entre los dioses apoyados por el padre del fundador de la ciudad, Heracles, contra los Titanes. Se podía interpretar como la lucha del bien, lo civilizado, contra el mal, lo caótico. Así también se entendían los monarcas helenísticos: defensores de la civilización griega en países que desde su punto de vista eran bárbaros y que debían ser civilizados. No se debe olvidar que la dinastía de los Attalidos gobernaba desde 238 a.C. como (cuarta) potencia helenística en la antigüedad. A diferencia de los otros reinos helenísticos no podía hacer referencia a Alejandro Magno, y por eso sus monarcas se dedicaban en la lucha contra las invasiones célticas del norte.


Mapa de Pergamo en su máxima extensión.
Probablemente el Altar de Zeus ni siquiera era un templo, sino un altar enorme (de eso las escaleras) para el templo de la atenea. Eso se explicaría porque en los relieves se glorifica especialmente a Zeus y Atenea. Aún así ni siquiera eso era necesario; ya que en todos los hogares había un altar para sacrificar en honor de los dioses sin tener referencia a un templo en concreto.

Fuentes:
Apuntes de la asignatura Historia Antigua I del Prof. Navarro, Pamplona, 2006/07.
RAMIREZ, Juan Antonio (coord.), Historia del Arte: El mundo Antiguo, edit. Alianza Editorial, Madrid, 2005.

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