Introducción
Mi móvil está hecha en china, con Coltán del congo, comprada en el mercado digital amazon.es, una compañía estadounidense, quién lo trajo con una mensajería de paquetes alemana - DHL - desde su país de origen hasta España. Ese objeto no es de lujo, sino de uso diario, y un ejemplo de la globalización real que vivimos.
La globalización es - como se vio con la ausencia de mascarillas y máquinas respiratorias a la llegada de la pandemia del virus de Corona en marzo del 2020 - un constructo muy débil y fácil de romperse. Las fronteras se cerraron para hacer la cuarentena, y muchos políticos lanzaron el grito al cielo: La dependencia del mercado global era algo peligroso! La reacción ante la globalización es un auge del populismo - sea de izquierdas, sea de derechas. Los unos lo critican por el capitalismo desfrenado, que permite llevar los ingresos a paraísos fiscales o trasladar cadenas de producción a países con menos derechos laborales, los otros se quejan de que los productos son extranjeros, que el país pierde soberanía y dependa de otros organismos multinacionales.
La globalización es, sin duda, algo real y algo que nos influye y afecta - pero no ha sido así desde siempre. En este contexto quisiera introducir de forma resumida unos capítulos interesantes del breve libro Geschichte der Globalisierung de Jürgen Osterhammel y Niels P. Petersson, en la cual postulan la tesis, que la globalización no se había iniciado - como algunos historiadores surgieren - hace miles de años, sino como muy pronto con el inicio del imperialismo en 1880. Lo que me ha llamado la atención eran sus descripciones del los siglos previos a la misma. Como se podría describir las relaciones entre las sociedades antiguas, medievales o modernas?
Conceptos
Según Osterhammel y Petersson se puede diferenciar entre tres formas de integración territorial:
Integración imperial:
Unidades políticos menores se unifican a un imperio. La estabilidad imperial (para descartar estructuras políticas unidas solo por el carisma como ocurrió con Alejandro Magno, Tamerlán o Napoleón) se asegura y caracteriza por la existencia de…
...un aparato burocrático jerarquizado a nivel imperial.
...un aparato militar, que se puede poner en marcha en todo el imperio.
...una exigencia simbólica de la sede imperial, de ser también el centro del mundo.
Como ejemplo de integración imperiales tendríamos al imperio Chino, Mongol (de la india), Inca, Persa o Romano, sin embargo no estaría el imperio Habsburgo de Carlos V., dado que su aparato militar estaba muy limitado (solo soldados del reino de Castilla se podían trasladar, pero no de Aragón - pero tampoco podían colonizar aragoneses las indias americanas), y la sede imperial (es decir, Madrid) tardó en consolidarse, aparte de no convertirse hasta la época Borbón en una ciudad con cierta importancia.
Integración ecúmenica:
Las religiones permiten la integración de amplios territorios, sin embargo, su integración habitualmente era más bien simbólica. Las ideas religiosas se difundían y se mantenían unos mínimos comunes (teología común, existencia de un o más centros religiosos, catalogo de obligaciones religiosas, si es posible la existencia de algún dogma escrito), no obstante ejemplo en el cristianismo se observa la gran heterogeneidad que hay entre puritanos norteamericanos, católicos iberoamericanos, ortodoxos rusos y cristianos armenios, coreanos o filipinos. Algo similar ocurre con todas las grandes religiones. Dos fenómenos extraños son el confucianismo y el catolicismo. El confucianismo es el único ejemplo de integración ecuménico que coincidió durante siglos con la integración imperial china. El catolicismo es la única religión que cuenta con una institución centralizada que procura homogeneizar la integración ecuménica: El papado eclesiástico es la excepción de la regla, aunque tampoco haya logrado que exista una integración imperial simultanea.
Integración comercial:
La tercera y posiblemente más extendida forma de integración es la comercial: Diferentes redes, que permitan el intercambio de productos, personas (esclavos!) e ideas, como ocurrió por ejemplo con la ruta de la seda, las rutas subsaharianas o las rutas comerciales indias.
Eso son las tres formas que existen, según Osterhammel y Petersson, para lograr la integración e intercambio entre diferentes regiones de mayor escala. Ellos descartan - algo que si se podría discutir, a mi juicio - una cuarta forma de integración, que serían los movimientos migratorias. Lo descartan porque habitualmente no se forman grandes unidades estructurales, ni se establecen contactos intensivos con los que permanecen en el hogar. Ellos mismos indican que posiblemente para los siglos XX y XXI se tendría que revisar esta cuarta forma.
Los pasos hacia la globalización
Imperio de Oriente, Imperio de Occidente (Prehistoria - XII)
Para Osterhammel y Petersson había dos espacios de integración en el mundo, desde la antigüedad antigua hasta la edad moderna: Prácticamente en ambos extremos del continente Eurasia, dividido por las estepas centroasiáticas y las cadenas montañosas centroasiáticas, en concreto: La cuenca endorreica centroasiática. En la parte occidental se intentó crear una integración imperial (primero con el imperio romano, seguido por el califato omeya y abbasí), igual como en la oriental (en concreto, él imperó chino bajo la dinastía Tang). Sin embargo, ambas regiones apenas se conectaron durante la historia.
Dos imperios - el romano en el oeste y el han en el este - mantuvieron como mucho algunas relaciones comerciales. (Siglo II d.C.) |
Otros dos imperios - el califato omeya en el oeste y el tang en el este - de nuevo, excepto en algunos confrontaciones, apenas se relacionarón. (Siglo VIII d.C.) |
Un momento de nexo (XIII)
La primera vez, en la que el continente Eurasia durante un segundo consiguió aumentar su grado de integración fue con la pax mongólica del siglo XIII. En este siglo, principalmente gracias a la integración comercial, amplios espacios territoriales se conectaron: Las cruzadas (y las consecuentes rutas comerciales) y las “polis” comerciales como Venecia y Génova unieron la Europa occidental con el próximo oriente, el comercio indico con el sureste asiático floreció, y la pax mongólica permitió la amplificación de la ruta de seda hasta de una forma desconocida hasta entonces. Tal fue ese primer paso global, que hubo la primera pandemia continental: La peste negra, que sucumbió tanto los campesinos cristianos como los funcionarios confucianos. Esa misma pandemia fue, la que eliminó al imperio mongol y debilitó drásticamente la importancia de la ruta de la seda. El mecanismo de integración más fuerte - el comercial - reaparecerá tras unos siglos.
El imperio mongol logró, durante el siglo XIII, unir las redes disperas. |
La Edad Moderna: Época de separación (XIV - XVII)
Lo curioso es la tendencia del aislamiento: Eurasia volvió a acomodarse en su aislamiento geográfico, similar a los Inca que no sabían de los aztecas, y Tenochtitlan que jamás había escuchado a un lugar llamado Machu Picchu. Las dinastías Ming y Qing se aislaron, similar al shogunato japones, los safávidos del Irán o al Imperio mogol de la india, igual (!) como lo hizo la franja occidental de Eurasia. El interés mutuo, tan vivo en el siglo XIII, disminuyó - y la conciencia de identificarse mediante separación del otro, aumentó. Cada uno se bastaba a si mismo. A Osterhammel y Petersson les llama la atención. Solo, mientras que en la mayoría de las regiones del mundo existían imperios que cumplían con los requisitos de la integración imperial, en la Eurasia occidental eso carecía: Francés, los Habsburgos, los ingleses, los osmanos se pelearon y guerrearon, por si fuera poco, lucharon cristianos católicos contra cristianos protestantes y musulmanes. La idea imperial seguía viviendo, pero en Europa no tuvo éxito, sino se estableció el único sistema de equilibrio entre estados medianos: Mediante el consenso los estados europeos acordaron, nunca permitir que un imperio europeo se establezca. Por ello los Habsburgos se encontraron con tanta resistencia, o los Osmanos cuando quisieron homogeneizar al mediterráneo. Ni Napoleón lo logró - tanto la paz de Westafila de 1648 como el congreso de Viena de 1815 (o el tratado de Versailles de 1914, o la fundación de la UE en el siglo XX) son pruebas de aquello.
Esa situación particular hizo, que los estados eurasicos del occidente se encontraban en una continua competición entre sí. La carencia de un gobierno central impidió la prohibición de grandes proyectos (como las flotas de expedición de Zheng He, que fueron canceladas, o la larga duración de una especie de prohibición de armas de fuego en el shogunato japones) - por ello, gracias a la intensa competencia intraestatal, los Europeos viajaron por el mundo y crearon imperios “de la pólvora”. Primero Castilla y Portugal, después los Países Bajos, Inglaterra y Francia y, hacia las otras direcciones, Rusia y los Osmanos: Todos esos estados europeos-mediterráneos expandieron por la mar, y el uso de la pólvora les permitió el control sobre América y gran parte de África. El océano atlántico se convirtió en un mar europeo: Esclavos africanos fueron llevados hacia las plantaciones caribeñas, para llevar al algodón a Europa, cerrando el ciclo trayendo armas de fuego al continente africano.
Osterhammel y Petersson destacan que el océano atlántico era Europeo: El mundo permaneció policéntrico, y las relaciones comerciales que se establecían, seguían siendo similar al siglo XIII: El comercio de productos de lujo (pieles canadienses, plata peruana, porcelana china, té indio, tecnología europea) prospero sin influir considerablemente a la mayoría de la población. Cada centro, desde Kioto por Pekín y Agra hacia las numerosas capitales europeas: Todos seguían interesándose por sí mismo, y apenas se influían. Había breves modas pasajeras como la Chinería en Europa, sin influirse mutuamente. La torre china en el
centro de Munich es
un ejemplo de la Chinería
(construida en 1790)
El comienzo de la globalización: Su imposición (XVIII-XIX)
Como arriba describí, las continuas tensiones intraestatal animaron a una auténtica carrera del mejor aprovechamiento de recursos: Si no tenías mejores barcos, mejores cañones o mejores aparatos de producción, tu vecino te conquistaría. El imperio ruso y el imperio osmano se consolidaron durante el siglo XVIII - y se notó que sus emperadores ya no tenían más la iniciativa reformadoras que tuvieron Pedro I. el grande o el visir Kara Mustafa Pascha. Ambos comenzaron a estancarse, igual que el habsburgo (tanto los austrias como los castellanos). París, Ámsterdam y Londres aprovecharon la oportunidad, y continuaron con la mutua competición - acelerado gracias a revolución industrial. Esos avances hicieron, que a partir del siglo XVIII los estados atlánticos comenzaron con la globalización, intentando todas las tres formas de integración que mencionamos al inicio:
Integración imperial: Inglaterra, Francia, Bélgica y Estados Unidos intentaron crear grandes imperios, a través de sus colonias.
Integración ecúmenica: En vez de la religión, intentaron una integración con los valores y la cultura occidental, creyéndose superior a la del resto del mundo.
Integración comercial: El comercio, en el fondo, siguió siendo y será la herramienta de integración más poderosa de todas. Al fin de cuentas, la mayoría de las colonias se fundaron por fines comerciales, y después por motivos de prestigio nacionalistas.
Esta globalización tuvo éxito gracias a la imposición por la fuerza por parte de la Europa occidental: Cañones estadounidenses abrieron los puertos de Japón, ingleses fueron quienes vendieron opio indio a drogadictos chinos, europeos quienes seguían con la esclavitud en África y quienes habitaban cono presos en Australia.
Y con eso, que se profundizaría mucho más en el libro, quisiera cerrar mi análisis sintetizada.