Existen dos aspectos del último capitulo del “Taller de la filosofia” de Jaime Nubiola que me disgustaron: una fue la importancia que se dio a la discusión “idealizada” y la otra fue la asignación del característica explicativo “universal” a la filosofía. Eso pareció, a pesar de que en varias ocasiones el autor aclaraba que la filosofía no era dogmática ni relativista, en cierta medida descuidado. Me refiero, en concreto, cuando Jaime Nubiola habla de la “jerarquía del conocimiento”. Apuesto que escasos arquitectos realmente se consideran “inferiores” y que reconozcan que la filosofía “acoge todas las exigencias sapienciales del saber humano”. También los historiadores cometimos ese error en el historicismo con la arqueología y la historia del arte, afortunadamente nos hemos curado (o al menos lo pensamos).
Jaime Nubiola criticó en el cuarto capitulo la “cientificación” de la sociedad occidental del siglo XX y XXI y se lamentó la asignación de la verdad al ámbito puramente científico. En mi opinión eso en vez de parecer algo “empobrecido” lo veo más bien como algo evolutivamente bueno.
Durante los últimos 200 años hubo un enorme salto tecnológico y científico, que favoreció el desarrollo de una sociedad separada, económicamente pobre y demográficamente reducida hacia una sociedad global, con notables mejoras en la vida diaria y las posibilidades de evitar hambrunas e otras catástrofes mundiales. Ese salto, que marcó a todos los ámbitos de la sociedad, era posible por una mente de lógica, objetividad, y realista. La ilustración filosófica de la edad moderna había iniciado ese proceso, gracias a eso comenzó la separación de la ciencia (realista) y la filosofía (abstracta). Ambos con lógica y supuesta objetividad, sin embargo lo primero era práctico y lo segundo, aunque con tanto énfasis se niega hoy en día, teórico.
Lo que critico es el hecho de que varios filósofos están convencidos que son útiles y prácticos porque están buscando “la verdad”. Ahora bien: desde más de 2300 años se está buscando, y se sigue sin encontrar. Aparte es sorprendente la reducida evolución que ha tenido. Tanto la ciencia como la filosofía se construyen a base de los conocimientos adquiridos en el pasado con el fin de descubrir nuevas “verdades”. Ahora - ¿Cuántas verdades ha descubierto la filosofía?
Como no soy filosofo carezco del conocimiento sobre las verdades descubiertas, no obstante dudo de que se hayan encontrado muchas. De otras maneras no hubiera surgido el relativismo ni el positivismo, que tras siglos de buscar proclamaron como imposible llegar a la verdad.
Esa percepción mía lo noto en el ámbito de las discusiones. Se dice que las discusiones son “como un juego” con vistas a “progresar juntos en un problema”. ¿Realmente se progresa en una discusión? Existen, en mi opinión, tres tipos: Las discusiones sin sentido, las que no son posibles y las que solo son de inclinar. Comenzando con la ultima: cuando dos personas están de acuerdo de algo y comienzan a discutir sobre eso, realmente es poco útil por el hecho de que lo único lo que hacen es reconocer el uno al otro que lo ha comprendido inclinando la cabeza. En vez de ser una discusión, un debate, es realmente un reconocimiento reflejado. El segundo aspecto son las discusiones no posibles. Hago referencia a cuando se discute hechos que realmente no son discutibles. El hecho de que 1939 – 1945 hubo la segunda guerra mundial; o que nunca había llegado una nave romana a America difícilmente se puede discutir. Un ejemplo magnifico es el debate anual familiar en navidades: mi abuelita vs. El resto de la familia. Tema del debate: la existencia de dinosaurios. Es un ejemplo anecdotico, lo reconozco, y al mismo tiempo tipico, común. El tercer tipo son las que llamo discusiones sin sentido – o, si es preferible, filosofía.
¿El aborto es bueno? ¿Existen aliens? ¿Existe dios? ¿Existía Atlantis? ¿Dónde está y que es nuestra alma? Son esas preguntas que salen cuando las personas se aburren, estando en un bar (filosofía en la vida diaria) o en clases abiertas con debates filosóficas. ¿Por qué las llamo sin sentido? Puesto que no encuentran la verdad. Cada uno defiende su punto de vista, lo modifica un poco, y ya se “filosofea”. La diferenciación entre pluralismo y relativismo es, en mi opinión, algo inútil: no se sabe cuando una opinión es verdadera o tiene componente verdadero. Si tendría certeza que existieran ciertas verdades en las opiniones, se tendría al pluralismo. Pero no puedo estar seguro, no puedo fiarme que en cada opinión haya un núcleo de verdad, así queda el camino al relativismo. Es como la memoria, “enemiga” de la historia. Los historiadores ven con ojos de gato a la memoria, dado que hay un elemento de verdad dentro de la misma; sin embargo solo se tiene una pieza, una parte, y no la imagen completa. Aparte pueden existir memorias engañosas, inventadas y finalmente creídas como verdaderas. No existen “las teorías falsas” en la filosofía, ya que cada filosofo y cada persona crea su propio mundo de filosofía coherente y lógico. Descartes y Kant, ambos son muy diferentes, y ambos tienen una filosofía que, vista en sí en sus propios mundos, es muy lógico y coherente. Nadie puede decir “es verdad” o “es erróneo”, puesto que nadie puede saber la “verdad”. El hecho de que la filosofía use métodos objetivos de la ciencia no la convierte la opinión subjetiva que cada filosofo en verdadero y neutral. De esa manera es obvio que cualquier persona “filosofea” cuando lo desea, en un bar, en clase o escribiendo obligatoriamente ensayos: no se le puede criticar por sus contenidos, sino solo por la metodología. Mientras que el método sea científicamente lógico y comprensible, no hay problemas. ¿Y el contenido, lo que realmente importa? Se deja aparte.
La filosofía, que pretende buscar las respuestas a las “grandes preguntas” tiene justamente ese problema: tiene preguntas como lo tiene cualquier humano (¿Por qué existo? ¿Quién soy?), de todos modos no tiene respuestas. Se conforma diciendo que hay varias verdades verdaderas (pensando que con eso se es mejor que el relativismo) y que, buscando, se encontrara.
Innumerables nuevos conocimientos tenemos, y llegará el día donde la ciencia podrá responder por fin responder a todas las cuestiones que la filosofía no logra responder. Pienso que, realmente, la filosofía no es amar la sabiduría; sino el “amor la eterna búsqueda”. Sin embargo: ¿Quién soy yo, que no ha estudiado filosofía, para criticarla? Lo único que he expresado fue mi opinión subjetiva personal acerca de unas cuestiones del cuarto capitulo.
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