31 may 2014

La idea del espacio y los continentes durante la Edad Media

El Erdapfel de Behaim.
El concepto que tenemos hoy en día sobre los medievos incultos creyendo que su tierra es plana es erróneo. Sabían perfectamente que la tierra era redonda, y ni la biblia ni los conocimientos guardados de la antigüedad ponían reparos.
Así Lambert de Saint Omer (siglo X) dibujo en su libro Liber Floridus su mapa del siglo XII que la tierra estaba redonda, y Martin Behaim (1459 - 1507) describía en 1492 a su globo como la manzana imperial – una insignia imperial que tenían los emperadores desde el siglo X.

Respecto a los mapas si se notaba la influencia bíblica. Así desde el siglo XIII se dibujaba Jerusalén siempre como el centro del mundo. Pero las cruzadas cambiaron un poco la imagen mundial. Hasta el siglo XII eran los monjes y cartógrafos europeos muy eurocentricos y consideraban Europa como el continente de mayor importancia. Durante las cruzadas cambiaron su concepto, y se enteraron que eran (en comparación con el Islam, gracias a los ataques Mongoles, y la llegada de la leyenda del reino cristiano de San Juan) que estaban en la minoría y dibujaban una Europa más pequeña que anteriormente.

Durante la antigüedad se solía dibujar en un mapa un continente enorme, dividió por dos ríos y un mar: el Don y el Mar Mediterráneo encerraban Europa, el Don y el Nilo Asia y el Mar Mediterráneo limitaba junto al Nilo África. 
La Europa, dibujada a partir de las cruzadas más pequeña, perdía importancia frente a la interesante parte asiática, que albergaba el paraíso, pero también Gok y Madok (el mal) y habitada por el mayor hijo de Noah. ¿Y África? Una vez perdida los obispados y patriarcados cristianos en el siglo VIII, dejó de existir prácticamente en la mentalidad diaria de los europeos.

Mapamundi de Lambert. Su mapa tenía tres aspectos para nosotros interesantes: primero escribe en el texto que la tierra es redonda, segundo que existen dos hemisferios (norte y sur), y que el continente europeo es considerablemente más pequeño que el continente asiatico (en la imagen la parte superior). 

24 may 2014

La idea del tiempo y las eras durante la Edad Media

El concepto que tenemos hoy en día tanto sobre el tiempo como sobre el espacio se diferencia profundamente de la imagen que se tenía en la Europa medieval. Para comenzar diferenciemos entre el calendario diario y el calendario abstracto.
Con el calendario diario me refiero a que los medievales efectivamente tenían en cuenta los años en el que vivían, contando en Roma el año del cónsul, contando desde el año de la coronación de los emperadores y contando los años pontífices, o creando en España el concepto de la era hispánica etc. Hasta el papado de León IX no se generalizó el Anno Domini, el año de la encarnación del hijo del dios cristiano.
Lo que me interesa es el calendario abstracto, es decir: ¿Cómo veían y ordenaban la historia humana? La orientación principal fue el sueño de Nebuchadenzzar II, descrito en el libro 2:31 de Daniel. Según dicho sueño, la humanidad vivía exactamente 5 periodos. El primer periodo era la cabeza, el oro: la época dorada de la mítica Babilonia. En continuación estaba el pecho, la edad de la plata: cuando el imperio Persa gobernó la tierra. Después viene la parte inferior del cuerpo, la edad del bronce: la época de Alejandro Magno y los imperios helenísticos. El penúltimo periodo se describía como las piernas, representado por el hierro: el imperio romano, el mayor y más estable de todos. Una vez finalizado llegaría el último periodo, los pies, es decir: la tierra y el hierro, que representa el final.

Ahora bien, cuando en el siglo II comenzó lentamente la decadencia del imperio romano, llegando a su culminación mediados del siglo V con el fin del imperio occidental, los contemporáneos estaban asustados por un lado, contentos por el otro, pero todos confusos. ¿Era el fin del mundo, de la civilización? ¿Ha comenzado el último periodo?
Dado que entonces la iglesia católica estaba en pleno proceso de evolución e institucionalización, aún no estaban establecidos muchos dogmas y hubo numerosos herejes, debates y conclaves, invitando al debate y la libre interpretación.
En este mundo hubo quienes lloraban el final de la edad del hierro, del fin romano, como Pablo Orosius (375 - 418), quien identifico a Roma como la máxima expresión de unión del cristianismo con el imperialismo romano. Otros como Agustino (354 - 430) veía el hundimiento de un imperio profundamente pagano y cruel completamente diferente: algo bueno.

Independientemente había muchos europeos cristianos, tanto intelectuales religiosos como laicos de todos los estratos sociales, quienes estaban convencidos de vivir en la última era, el último periodo, antes de la llegada del juicio final. Dado que los caballeros apocalípticos no comenzaron su fiesta en 476 ni entre 622 y 750, se comenzaba hacer cálculos. Algunos religiosos llegaron a la conclusión que el final del mundo llegaría 6000 años tras la creación del mundo, eso es: 1000 años después del nacimiento del salvador cristiano.
Papa Silvestre II con un demonio.
Eso llegó a tal extremo que el papa Silvestre II (946 - 1003) proclamó como fecha final del mundo la media noche del 31 de diciembre del año 999 d.C. y comenzó un pánico histórico terrible en la mayor parte de la Europa cristiana. Numerosas personas sospechosas – supuestos magos, supuestas brujas e judíos – murieron a lo largo del año linchados, asesinados. Pero como en enero del 1000 la tierra seguía existiendo, se salvó Silvestre II proclamando que dios les haya perdonado por haber rezado mucho.
Casi dos siglos más tarde, en 1179, se repetía por última vez ese fenómeno: el famoso astrónomo Juan de Toledo predijo el fin del mundo en 1186, porque en este año estarían todos los planetas en una línea con el zodiaco de la balanza. Tanto la astrología como la astronomía estaban lejos de ser dos ciencias diferenciadas, y comenzó el pánico cuando numerosos astrólogos imitaban su colega toledano. En todo el imperio germánico se cavaron lugares seguros, el emperador de Bizancio ordenó que se amurallasen todas las ventanas del palacio imperial, y el arzobispo de Canterbury decidió para la isla británica que no se comiese nada durante tres días para preparase a la apocalipsis.

Y como sabemos, nunca llegó. Fue la última vez en que se daba una importancia tan significante al concepto del calendario abstracto de las eras y los periodos de la humanidad. Ni 1493 un 1452 provocaban una revisión de lo mismo. Esa mentalidad es importante, porque después de esos dos pánicos en 999 y 1179 – 1186 comenzó en Europa el arte gótico, el aumento de la población y el mejoramiento de la alimentación. La urbanización creció, las fundamentos de los futuros estados comenzaron asentarse.

Posiblemente el optimismo, que el fin del mundo no llegaría, sería una de las numerosas causas para el auge socioeconómico de la Europa medieval.

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17 may 2014

Viaje por el Oeste: el cañón de montaña bimástil 75/22 de 1951 del castillo de San Esteban de Deyo

Cañon de montaña entre las ruinas del castillo.
En el castillo de San Esteban de Deyo o de Villamayor de Monjardín se encuentra, en mitad de las ruinas de la época carlista, una anticuada pieza de artillería de 1951.

Se trata de un cañón de montaña bimástil 75/22 de 1951, fabricada en Sevilla. 
Este tipo de cañones se comenzó emplear a partir de 1876, cuando en Rusia un oficial recomendó la fabricación de un cañón con dos partes diferentes que se podía transportar por separado y atornillar después. 
Dado que un cañón demasiado grueso imposiblemente se podía llevar a las montañas, mientras que un cañón suficientemente ligero para una mula no tenía el alcance ni la fuerza suficiente, era una solución muy interesante (especialmente para los ejércitos austra-húngaros, británicos e españoles).

Los primeros modelos de cañón de montaña bimástil (es decir, era un cañón dentro de otro, lo que facilitaba su enfriamiento y aumentaba el alcance) español se comenzó emplear tras la guerra civil española de 1939. 
Los primeros modelos de 1941 eran obuses de montaña Schneider 105/11 de 1919, a los cuales se les cambió el tubo por uno de 75/22. El ejemplar de la imagen es ya de la siguiente generación, completamente construido por la fábrica de armas de Sevilla, en 1951. 
Se podía desmontar en numerosas piezas: el escudo, manguito de culata, el tubo, la cuna, el mástil, la cureña y el eje con ruedas. 

Cañon vista desde arriba, a la derecha están las dos chapas que servían de protección frontal.
Bloque de culata y mecanismos de puntería.
Placa de producción.
Pie: contera de la pieza.
Vista desde contera.

Detalle de la boca de fuego.
 

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10 may 2014

Viaje por el Oeste: el castillo de San Esteban de Deyo o de Monjardín

La parte más antigua del castillo, al sur.
Los Banu Qasi construyeron durante el siglo X el castillo de San Esteban de Deyo (o Castillo de Monjardín) con fines de crear una defensa segura contra los enemigos cristianos del norte e impedir su entrada en el valle del Ebro.

Anteriormente dicho castillo tenía el nombre de Deyo, que provenía de la palabra vasca Deyerri o Deyoerri (tierra de Deyo, una región amplia cerca de Estella). Más tarde se cambió la denominación a San Esteban, por la ermita construido en su interior.

¿Quiénes eran los Banu Qasi? Era una familia nobiliaria con raíces visigodas que había adaptado la fe del Islam tras la conquista, de hecho su propio nombre lo indica: Hijos de(l conde) Casio. 
Sin embargo hubo tensiones entre los Banu Qasi e el emir omeya de Córdoba. Buscaron aliados entre los visigodos e indígenas cristianos, encontrándose con el primer rey de Pamplona, Iñigo Arista. Tras una rebelión contra el emir se reconciliaron con sus antiguos enemigos y posterior a 841 logró el Banu Qasi Muza ibn Muza, hermanastro de Iñiguez (sucesor de Arista), ser primero nombrado gobernador de Tudela y después Valí de Zaragoza. 
Vista de Estella desde el castillo.
Con la clara mejora de la relación con el emirato se cambió la relación entre el reino cristiano de Navarra y la región que controlaban los Banu Qasi de fe islámica, llevando a la construcción del Castillo de Monjardín cuando Iñiguez conquistó primero Falces y después Caparroso en 859.

Al inicio tenía el Castillo, con un tamaño de 62 x 30 m, una torre y muros de piedra arenisca. 
Situado por encima del pico de un monte, podía observar todo el valle, incluso podía observar Estella desde su posición. Cualquier atacante tenía que sufrir numerosas flechas y piedras antes de poder acceder por la entrada del castillo. Con el paso de los siglos se amplió el castillo, aún así su torreón cuadrado permaneció como el núcleo defensivo. Tan eficiente era su defensa que Carlomagno, tras su sitio de Zaragoza, fracasó cuando intentó tomarla.

Volviendo a las tensiones entre los Banu Qasi y sus (entonces ya ex – aliados) vecinos navarros. 
Escaleras para acceder al castillo, posiblemente del siglo XIV.
El emir recuperó las plazas perdidas de 859 e incluso capturó al príncipe heredero del reino de Pamplona, Fortún Garcés, quien será prisionero durante 20 años. Navarra se vio obligado a buscar nuevos aliados contra su anterior amigo musulmán y el emirato de córdoba, encontrándolo en Aragón. En 880 lograron presionar lo suficiente para que sea liberado Fortún Garcés, quien desde 882 era el tercer rey de Pamplona. Cuando comenzó con los ataques contra los Banu Qasi, esos se encontraron en apuros: el emir desconfiaba de los visigodos y prefería conceder títulos y tropas a los linajes de descendencia árabe y siria.

Finalmente, Sancho Garcés I, el cuarto rey pamplonica, conquistó en 908 al castillo de Monjardín, convirtiéndolo en el panteón real de los siguientes dos reyes, y comenzando con la incursión Navarra al Ebro. De hecho, en este castillo está enterrado Sancho Garcés I.

Como la frontera de la reconquista seguía rápidamente hacia el sur y al mismo tiempo se reformó las defensas de Estella, quedó algo en desuso el castillo de Deyo. 
Con el aumento de las tensiones con Castilla ordenó Carlos II en 1366 la reforma general del castillo. Más tarde el castillo dejó de tener nuevamente su función militar y se construyó una Emerita en su recinto: la Ermita de la Cruz. Aunque se salvó de la orden destructiva de Cisneros de 1516 porque pertenecía a los señoríos del conde de Lerín, continuó deteriorándose debido al abandono y la falta funcional.
 Volvió a tener una cierta función militar (como muchas defensas medievales) durante las guerras carlistas (de allí la construcción de tres edificios junto a la ermita). Al menos se conservan los viejos muros de piedra arenisca.

Patio de armas, posiblemente de la segunda reforma ordenada por Carlos II.
Muralla hacia el este. Es dificil alcanzarlo, y facil su defensa.
Una cámara subterranea para almacenar el agua, posiblemente de la edad moderna.

Parte de la muralla hacia el este.
Ermita.
Fragmento restaurado de la muralla occidental.
Ermita y restos de edificios de la edad moderna, en el centro del castillo.
Vista de la antigua torre de homenaje y pieza más antigua del castillo.
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3 may 2014

Viaje por el Oeste: la picota, el rollo o el pellerique de Desojo

Picota de Desojo.
El hecho de ser un señor durante la edad moderna, sea de pocos campesinos como un hidalgo o sea de una ciudad como algunos caballeros, no significó que todos tenían los mismos poderes, al contrario. 
Existían señores quienes eran propietarios de tierras pero sin tener poderes jurisdiccionales, mientras que otros tenían dichos poderes sin ser dueños de la tierra (llegando a la complicada situación que un campesino podría tener dos señores simultáneamente). Finalmente existían los señores quienes tenían tanto poderes jurisdiccionales como propietarias.

A lo largo de la Edad Moderna existían en Navarra unos 180 villas, granjas, etc.…que estaban bajo custodia de un señor feudal. Las dos familias quienes más señoríos acumularon, llegando a controlar el 57,04 % de la población Navarra y el 53,60 % de la superficie Navarra, fueron los Duques de Alba y los Marqueses de Falces. En una escala segunda estaban siete familias nobiliarias con rango de caballeros (condes de Altamira, marqueses de San Adrián, duques de Granada de Ega, marqueses de Besolla, marqueses de Santacara, condes de Ablitas y los duques de Alburquerque) y tres ordenes religiosas (la orden de San Juan, el monasterio de la Oliva y el monasterio de Fitero). Otros 50 señores, a rango de hidalgos, se repartían entre si el 8 % de la población y el 4,6 % de la superficie Navarra.

Ahora bien: ¿Qué significaba que un señor tenía poderes jurisdiccionales? 
Lo convirtió en el representante del orden: era juez, en asuntos tanto civil como criminal. O ejercía el cargo directamente o de manera indirecta, nombrando alcaldes, justicias, alguaciles e escribanos. A pesar que de esa forma se le otorgaba un poder considerable, nunca podía condenar a muerte porque era la primera instancia.

¿Y porque un señor feudal podía tener esos derechos? ¿Y que ocurrió con el estado moderno? Simplemente: el estado moderno carecía de los recursos financieros para crear y mantener un completo sistema jurisdiccional, es más: solían vender esos derechos. 
Por 11.000 ducados se podía comprar el poder jurisdiccional de una villa. En el caso de Desojo, el rey compró (en otras palabras: recuperó) la jurisdicción criminal, civil, baja y mediana del señor correspondiente por 8.000 reales en 1665.

El símbolo de ese poder jurisdiccional señorial era la picota, una columna de piedra que se acostumbró colocar en todas las regiones jurisdiccionales a partir de la edad moderna. 
Se solían atar los delincuentes en ese pilar, expuestos ante el pueblo, durante días o incluso semanas. 
Por esa razón numerosas picotas, símbolos del poder señorial, se destruyeron con los movimientos liberales del siglo XIX y pocos se mantienen hoy en día.
Arriba a la derecha se observa un pequeño anillo, que era donde se encadenaron los delincuentes.
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