28 dic 2013

Viaje por Estambul: las murallas de Constantinopla


Resto de muralla al norte de la calle Turgut Özal.
Los fundadores griegos de la ciudad Byzantion eligieron un lugar geoestratégico excelente. Está casi rodeado de aguas (Cuerno de Oro en el norte, el Bósforo en nor-este, el Mar de Mármara al oeste y sur) y la única muralla que construían tras la fundación era una defensa suficiente. 
A partir de los siglos I y II d.C. se empeoró la situación. Numerosas tribus germánicas y eslavas se movían por diferentes razones y enviaban expediciones de saqueó hacia las tierras del imperio romano, cuyas legiones debilidades no podían impedir su entrada; lo mismo ocurrió con las expediciones musulmanes provenientes desde el próximo oriente. Los ataques aumentaron y la muralla de Byzantion no era suficiente. En el siglo III se construyó la muralla Severano. Cuando Constantino I decidió convertir Byzantion como nueva capital ordenó la construcción de una nueva muralla, a un kilómetro lejos de la antigua, que posiblemente rodeó la ciudad completa. Es decir: incluso desde el mar, pero hoy en día dudan muchos historiadores que esta parte fue obra de Constantino.

Restos no restaurados de la muralla exterior y detrás, la interior (vista desde el lado exterior de la ciudad, al sur de la calle Turgut Özal).
En frente de los restos de la imagen de arriba están los fundamentos de pequeñas murallas defensivas para molestar a los atacantes e impedir la llegada de maquinas.

Mirando hacia afuera de la ciudad, hay una pequeña elevación que era una muralla justo al lado del foso, que en parte se conserva (hoy como un parque).

Se distingue entre dos partes de las murallas defensivas: los muros hacia la tierra y los muros hacia el mar. 
Las murallas que protegen la ciudad desde los mares posiblemente no se construyó bajo orden de Constantino I, dado que su primera mención es sobre el perfecto urbano Cyrius de Panopolis. El ordenó en 439 el arreglo de la muralla terrestre y también la construcción hacia el mar. Hasta esta fecha, especialmente tras las conquistas de Justiniano I, el mar mediterránea era el Mare Nostrum romano. Las costas eran romanas, sus flotas protegían al comercio y ningún ataque se esperaba desde este lado. Pero cuando los vándalos conquistaron Cartago desde el agua, era necesario tomar precauciones. Después de la perdida de Siria y Egipto mejoraron diferentes emperadores (Tiberio III (698 – 705), Anatastio II (713 – 715), Michael II (820 – 829) y Theophilos (829 – 842)) la muralla, y cuando Michael VIII Palailogos (1259 – 1282) reconquistó Constantinopla del imperio latino, aumentó su altura en 1261. 
 El muro del mar tiene dos diferentes secciones: el del cuerno de oro y el del mar de Mármara, que se conocía como muro Proponéis. Era más pequeña que las murallas de la tierra, y tenían numerosos puertos fortificados y protegido mediante pequeñas cadenas: el puerto Neorion y Prosphorion en el cuerno de oro, y los puertos de Juliano (o Sofía), Konstokalion y Theodosio (o Eleuterio) del mar Mármara.

Resto de la muralla del sur, hacia el mar, en la avenida Kennedy.
Resto de la muralla del sur, hacia el mar, en la avenida Kennedy.Se ve muy bien que en momentos muy posteriores se reconstruyó, pero menos con fines defensivos y más como pared para un edificio.
Torreón deteriorado de la muralla del mar, aún se ven las piedras y los ladrillos byzantinos.
Cuando la muralla tras la conquista 1453 dejó su utilidad militar, no hubo problemas en construir edificios aprovechandose de los mismos como muros.
De todos modos, casi simultaneo a la construcción asegurada del muro del mar ordenó Theodosio II (405 – 450) la construcción de un cuarto anillo defensivo: la muralla de Theodosio, dos kilómetros al oeste de la constantina. 
Comenzado durante la regencia del prefecto Anthemius, se finalizó en 413 con tres elementos defensivos esenciales: un foso y dos muros. El atacante se encontraba primero con un foso, 20 metros de ancho y 10 metros profundo, con un muro de 1.5 metros en su parte inferior, lo que impedía el uso de caballería y la necesidad de llenarla (o construir una plataforma que sea lo suficientemente fuerte) si se quería transportar carruajes de asedio. 
Una vez superado el foso quedaban 20 metros hasta la muralla exterior – todo bajo la lluvia de las flechas romanas. La muralla exterior eran dos metros de gruesos, tenían una pasarela almenado y eran entre 8.5 y 9 metros de alto. Cada 48 a 78 metros había torreones de 12 a 14 metros de altura, con una terraza almenada. Ya por si solo era una defensa excelente (en 1422 y 1453 se concentraron los bizantinos solo en esta muralla para defenderse de los osmanlí por falta de soldados). 
En el caso que el atacante conquistara la primera muralla, se encontraba en el peribolos (el espacio entre la muralla interna y externa) con la muralla interior. 
Era más gorda que la anterior (4.5 a 7 metros de espesor), más alta (12 metros), con 96 torreones que tenían una altura de 15 a 20 metros, cada 40 a 60 metros, y una gran terraza almenada en la parte superior. Por si fuera poco eran murallas perfectas: hechas con piedra caliza y un núcleo de mortero de cal había entre 7 y 11 bandas de ladrillo, cada una con un espesor de 40 cm, que estabilizaba la estructura contra terremotos y daños. 
Cada muro tenía en la parte trasera una serie de arcos que por un lado la estabilizaron contra choques y por otro lado impedían que, si fueran conquistadas, el enemigo pueda refugiarse en ninguna parte.

Lateral del anillo defensivo interior; se puede ver muy bien la alternación de ladrillo con piedras para fomentar la estabilidad. Con fines turísticos se ha restaurado la parte superior, sin respetar las lineas de ladrillo.
Aquí se ve bienla muralla interior (a la derecha) que era más alta que la muralla exterior (a la izquierda). En esta parte de la defensa el peribolos era muy estrecho.

Vista trasera de la muralla interior, donde se ven bien los arcos para fortalecer aún más la estabilidad.

Esta muralla impresionante completaba la defensa, que rodeaba con 20 kilómetros a toda la ciudad, incluyendo amplios campos de agricultura y ganadería, con 188 torreones y puertos fortificados. Esta defensa – costosa por el mantenimiento de la muralla y complicada por la necesidad de un gran numero de hombres – era excelente dado que libró Constantinopla de numerosas desventajas que suelen tener lugares asediados. 
No era posible conquistarla por el hambre: por el mar podía llegar ayuda, en el peor de los casos tenía campos y ganado en su interior. Y dado que, a diferencia de otras ciudades, en el caso de un ataque había más que suficiente sitio, nunca surgían enfermedades epidémicas. 
Numerosos asedios fracasaron: un ataque combinado de avaros, eslavos y persas sasánida (626), invasiones árabes (674 – 678, 717 – 718), búlgaras (813), rusos (860, 907, 941), católicos (1203) y osmanlí (1390 – 1402, 1422). Ni los propios bizantinos podían tomarla por la fuerza (un asedio de 821 a 822 durante la guerra civil, otra en 1047, o los intentos de reconquista en 1235, 1248 y 1260). 
Constantinopla se conquistó solo en tres ocasiones. La primera: por traición (en 1204 por los miembros de la cuarta cruzada), la segunda: por falta de hombres (el imperio latino estaba lejos de poder cubrir ninguna muralla y los bizantinos podían reconquistar por fin en 1261 su capital), y la tercera: por la fuerza en 1453, tras 6 semanas de asedio, gracias al empleo de una tecnología que hacia obsoleto todas las defensas donde no era necesario prepararse ante una bola que llega volando casi horizontalmente. 
Imagen del museo 1453 (igual como las siguientes imagenes).
A pesar de ser una obra historicista (idealización de los guerreros osmanli y el hecho absurdo que se está mandando la caballería para asaltar las murallas que aún no están conquistadas) impresiona por la sensación que da, estando dentro del museo de 360º.

Modelo de uno de los 69 cañones, que (dado que se trataba de una técnologia poco conocida) había explotado en dos piezas, sea por la baja calidad del cañon, sea por la erronea calculación de la pólvora.
Modelo de un cañon intacto. Eran simples tubos metálicos: se metía pólvora por afuera, una bola de piedra enorme, y se concluía con una pequeña cuedra para incendiar la pólvora.

Numerosos janizares (fuerzas de élite) y soldados regulares logran asaltar una parte de la muralla.
Una de las torres que llegarón a la muralla (históricamente incorrecto), con un sol que brilla milagrosamente en el momento de la conquista éxitosa de la muralla. Los byzantinos se defendían lanzando bolas de fuego griego con triboces.
Vista desde hacia el sur de la muralla de Theodosio II, en la lejanía se pierde la última linea defensiva de los byzantinos.
Mehmed II logró conquistar Constantinopla gracias al empleo de 69 cañones novedosas. Tan eficaz era la defensa, que Constantino XI podía aguantar un asedio de casi dos meses con menos de 10.000 hombres, mientras que le asediaban casi 80.000 soldados osmanlí. De esa manera lograron destruir los defensores numerosos torreones que a partir del 18 de mayo se acercaron a los muros, el 23 de mayo destruyeron todos los túneles que habían excavado los mineros turcos. 
Si ya la lucha y el estrés agobiaba los soldados, la necesidad de arreglar continuamente los daños provocados por los cañones les cansó considerablemente. Y el sultán ya estaba pensando en una retirada, temiendo un posible contraataque de Hungría (que quería aprovecharse de la situación) y el envío de refuerzos cristianos. Así decidió para el 29 de mayo un último ataque – que trajo el éxito, tras un coste de sangre considerable.

Aquí se observa la muralla interior (al norte de la carretera en buen, abajo en mal estado), con su muralla exterior y una pequeña muralla de un - dos metros de altura en frente de los mismos. El foso se ha medioconservado - como autovía.
Lo que aquí se demuestra era el gran valor defensivo que habían tenido las murallas, que se conservaron hasta el siglo XIX.

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21 dic 2013

Viaje por Estambul: la Hagia Sophia

Cuando Justiniano I heredó el trono, tenía bien claro que quería nada menos que restaurar la gloria del imperio romano. La parte occidental se perdió a los ostrogodos, visigodos, borgoñeses, vándalos y francos. Quería reformar al imperio en profundidad, y gracias a sus legalistas y generales logró crear un fundamento estable que duraría hasta las invasiones árabes en el siglo VIII.

El año 532 era para eso esencial. En el año de su victoria sobre los sasánida persas tras cinco años de guerra, podría haber sido igualmente su final. En su afán de renacer al imperio romano con una simbiosis intima del cristianismo, sus reformas de ahorro financieros, la aún discutida de la dinastía reinante y el apoyo incondicional de Justiniano al bando de los azules (un equipo de carreras del hipódromo) provocó un gran descontento entre la población urbana de Constantinopla. 
La revuelta Nike comenzó cuando Justiniano rechazó liberar dos famosos pilotos de los carruajes de carrera del equipo opuesto quienes estaban condenados a muerte. Durante estas revueltas pensaba Justiniano durante un tiempo en huir, pero gracias a la rápida intervención de sus militares, entre ellos el general Belisario, aplastaron brutalmente cualquier protesta. Sin embargo no lo suficiente rápido: durante las revueltas se incendió la gran iglesia (Megále Ekklesía) de Constantino I (que, por cierto, también se había quemado durante la revuelta de los seguidores de Juan Chrysostomos en 404). 
El emperador Justiniano I no solo quería reconstruir la iglesia, ¡quería demostrar el prestigio y poder de la roma renaciente, una simple iglesia era para este fin insuficiente! Quería celebrar su victoria sobre los sasánida paganos, legitimar su puesto como protector de la verdadera iglesia cristiana ortodoxa contra los herejes bárbaros en occidente y silenciar sus enemigos en Constantinopla.

La arquitectura tenía que ser excepcional. Según la leyenda dios le reveló a Justiniano el plano en un sueño. Como tipología arquitectónica se decidió por una basílica con cúpula. Hasta entonces la basílica era nada más que un lugar de reunión multiusos: para mercado o para asambleas políticas. Como tal se podía usar este edificio para un templo cristiano libre de la herencia pagana. 
Se le añadió una enorme cúpula que representaba la cúpula del cielo. Al norte y al sur se construyen dos naves laterales para recoger la presión, en este y oeste se encargan capillas con cúpulas medias de está función, que a su vez se apoyan en cuatro cúpulas pequeñas cada una. La iglesia tiene forma rectangular, casi cuadrada, con un núcleo central. Los cuatro grandes pilares están unidos entre si con arcos de medio punto, colocadas por pecinas. En la segunda planta se construyó una tribuna imperial, y en los lados laterales había galerías para mujeres (Gynaekoitis). La arquitectura no impresiona por su tamaño, sino por el hecho que la cúpula se apoya únicamente sobre cuatro enormes pilares (algo que se copiará siglos más tarde en la mezquita de Süleyman el magnifico y la mezquita azul de Ahmed I), dando una impresión de ligereza. El material empleado era de piedra (pilar), ladrillo (muros y bóvedas), mortero de arena y de sal. 
Aunque en 553 y 558 sufrió la cúpula ciertos daños durante dos terremotos, se reconstruyó entre 558 y 562 la cúpula por Isidoro de Mileto el joven. Es el sobrino del arquitecto matemático Isidor de Mileto, así que en 562, aun viviendo Justiniano, podía contemplar su obra finalizada y arreglada. 
Como hubo problemas en otros momentos (gran terremoto 989, y 1346), se decidió añadir en el siglo XIV endosas de apoyo en el lado exterior de la iglesia, modificando claramente la impresión visual. Las 40 ventanas sirven en primera línea para evitar que la cúpula tenga daños, desviando el peso. Es posible que se inspiraron en el panteón.

 Semi cúpula oriental, con la imagen de virgen y el niño.
Justiniano I deseaba superar la famosa iglesia Polyeuktos de Anatstosio (es decir: de la anterior dinastía), construida 520 como copia de la iglesia de Salomón. Por esa razón cuando entró Justiniano una vez construido en 537, exclamó Alabado sea Dios por haberme considerado digno de tal obra. ¡Oh Salomón, te he superado! Era una manifestación del poder y la unión de iglesia y estado. La Hagia Sophia, la santa sabiduría, estaba al lado del palacio imperial. En 641 se convirtió en el lugar tradicional de la coronación debido a Constantino II (bajo su antecesor habían comenzado los ataques musulmanes, y el imperio había perdido numerosas provincias, como Egipto. Era necesario recuperar la legitimación y refortalecerse). En su centro estaba el omphalion, que eran placas de mármol negros, verdes y rojos, el sitio de los emperadores durante la liturgia.

 La Hagia Sophia servía como inspiración para todas las nuevas iglesias ortodoxas. Inspiraron otros edificios (como San Marcos de Venecia y las mezquitas osmanlí) y se extendió el modelo arquitectónico: una forma cúbica con una cúpula sobre un interior con forma de cruz. Desde Justiniano se convirtió en la norma, y también la liturgia se adapto, dado que se celebró en el centro de la iglesia a partir del siglo VI. Justiniano I pagó al parecer entre 145 y 360 toneladas de oro, y se cubrió la cúpula con oro. Tal era la impresión que causó, que hasta la construcción del Vaticano se veía la iglesia más grande de la cristiandad como una octava maravilla mundial.
Ppilar con placas de marmol en la planta superior.
En su interior se destacan los mosaicos. En el arte byzantino hay un gran gusto por mosaicos con colores vivos, hasta la tercera edad de oro del arte. Destacan por sus fondos neoatticos: sin paisajes ni nada, con escenas doradas, un mosaico sin perspectiva ni profundidad. Las figuras suelen ser planas, sin volumen, pero muy detallados. 
Durante el periodo iconoclasta e osmanlí se destruyeron muchos mosaicos y pocos se conservan. Entre esos se tiene en el ápside una representación de la Virgen y el niño. 
En las galerías superiores están los mosaicos más espectaculares de la basílica. Así se tiene al Deesis (Juicio Final) del siglo XIV, con Cristo en el centro, la Virgen María a la izquierda y Juan el Bautista a la derecha. En el ábside del extremo de la galería sur está el retrato de la emperatriz Zoe (1028 – 1050), que tuvo tres maridos y cambio el retrato con cada uno; el del tercero, Constantino IX Monomaco, se conserva porque sobrevivió a su esposa. A la derecha hay otro: María que sujeta el niño Jesús, con el emperador Juan II Comneno el bueno (1118 – 1143) y su madre, la emperatriz Irene (conocida por sus obras de caridad), junto a ellos esta el esposo de Irene y padre de Juan II: Alejo Comneno (1081 - 1118). 

Mosaico: Jesús entre virgen Maria y Juan el Bautista.
Juan II Comneno, Irene y Alejo (en la derecha), en medio la virgen Maria.
Retratos de emperatriz Zoe (izquierda), la virgen con el niño y Constantino IX.

 La conquista osmanlí no significo solo la destrucción de numerosos mosaicos, también se amplió la Hagia Sophia con nuevos elementos. Tras quitar el altar, los iconos y las cruces se instaló cerca de la columna principal nórdica un sitio para el Sultan. 
Plataforma elevada, al lado del Omphalion.
En 1453 se construyo un minarete, otras dos se añadieron en las décadas siguientes. Una se destruyo en 1573 para sustituirlo por otro, y se añadió una última torre, teniendo hoy 4 minaretes. Finalmente se construyó una plataforma (el Müezzin Mahfili) para el Muezzin (quien canta para orientar a los creyentes durante la liturgia).

Lo que salta al ojo son cuatro grandes placas de madera de 7.5 metros de diámetro: son tablas del artista caligráfico Kazasker Mustafa Izzed Effendi (1801 – 1877) con bendiciones a la fe y Allah. Las señales redondas se colocó entre 1847 y 1849, sustituyendo las placas cuadradas que se habían colocado por orden de Abdülhamid I medio siglo antes. Al final, en el lado exterior, se ha construido en 1740 un pabellón con una enorme fuente, al estilo rococó turco.

Vista lateral del pulpito.

Vista desde la cámara del sultán en la segunda planta.

Antes de terminar, otros dos elementos interesantes. Por un lado la tumba del mayor intrigante de las cruzadas: el dogo Enrico Dandolo de Venecia. En 1202 logró presionar a la cuarta cruzada que, con el fin de pagar sus deudas no pagadas por construir una flota con el fin de llevarlos a Jerusalén, se veían obligados a reconquistar la ciudad veneciana Zara y ayudar al príncipe byzantino Alexio en recolocarle en el trono del imperio. Cuando el príncipe no pudo pagarles el dinero prometido por el apoyo, convenció Enrico Dandolo los líderes conquistar Constantinopla por traición. En toda su historia se conquistó la ciudad dos veces: por la fuerza en 1453, por traición en 1204. Se proclama el imperio latino, y el anciano dogo, medio ciego, anexiona numerosas islas estratégicas para su republica. Fue enterrado en la galería de la planta superior de la Hagia Sophia.  
Tumba de Enrico Dandolo.
Por el otro lado están los restos de la anterior iglesia. De la primera Megale Ekklesia no quedan restos cuando se destruyó en el incendio de 404, pero si del segundo ejemplar. Teodosio II (405 – 450). Era una basílica con tejado de madera, construido por el arquitecto Rufinos. Se inagruó en 415. Se conservó unas columnas, capiteles y unos relieves de piedra (como el relieve de las 12 ovejas – los 12 apósteles).

Ruinas de la iglesia de Teodosio.

Fragmento de la parte frontera del segundo templo cristiano.
 Y eso fue resumiendo la historia de la iglesia, que fue ortodoxa de 537 hasta 1453 (excepto su fase católica 1204 – 1261), una mezquita de 1453 hasta 1931, y un museo desde decreto de Atatürk.
Vista desde el lado sur-oeste, con la fuente (Sadivan).
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14 dic 2013

Viaje por Estambul: el cementerio de Divanyolu

Junto a la calle Divanyolu de Estambul hay un pequeño cementario de los siglos XIX y XX. A pesar de su tamaño es un punto de reunión de muchas celebridades osmanli, especialmente de la élite administrativa y miembors de la dínastia. 

Mausoleum (türbe) con Mahmud II, Abdulaziz y Abdul Hamid II.
Comenzando con los familiares osmanli, destaca el mausuleo (türbe) octogonal construido por el arquitecto Garabet Amir Balyan en 1840, mezclando tanto el estilo osmanli con la arquitectura europea. Su estilo arquitectonico es digno para los sultanes enterrados, quienes habían iniciado y fomentado el Tanzimat (1839 – 1876). El hijo de Mahmud II (1808 – 1839) ordenó su construcción para supultrar su difunto padre, y los sultanes Abdulaziz (1861 – 1876) y Abdul Hamid II (1876 – 1909) también fueron enterrados. 

Otras dos tumbas destacables son de dos grandes visires: Kibrisli Mehmet Emin Pasa (1813 – 1871) y Mehmed Said Pasa (1838 – 1914). 
Türbe de Kibrisli Mehmet Emin Pasa (1813 – 1871).
Kibrisli Mehmet Emin Pasa nacio 1813 y tenía una carrera típica como futuro visir: estudió en Francia, mandó tropas en Arca (1844 – 1845), Jerusalén (1845 – 1847) y Belgrado (1847 – 1848). Asendió a gobernador civil de Alepo (1850 – 1851) y gobernador militar en Syria (1851 – 1853). Dado su curriculúm llamó la atención del sultan Abdülmecid (1839 – 1861), quien le nombró gran visir en 1854, 1859 y desde 1860. También lo fue tras la muerte del sultán hasta la toma del poder de Abdulaziz (1861 – 1876), quien lo cambió por otro. 1871 murió. La rápida succesión de grandes visires era una carácteristica del ultimo siglo del sultanado: si un gran visir era incapaz en buscar una solución instantanea para un problema complejo, cuyo arregló requería un trabajo profundo y una cierta estabilidad goubernal, no era de sorprender que era imposible que el Tanzimat tuviera éxito. 
Türbe de Mehmed Said Pasa (1838 - 1914).
Eso se refleja con maravilla con el siguiente gran visir: Mehmed Said Pasa (1838 – 1914). Fue durante 9 años gran visir – pero en siete momentos diferentes bajo dos sultanes diferentes. Se caracterizaba por su intelifencia, tacañez y desconfianza. Cuando Abdülhamid II llega en el poder en 1876 le nombra como gran visir (I), pero por critica popular perdió su cargo en 1878 para ser nombrado presidente del senado (fase de monarquía constitucional). Ya en 1879 fue nombrado de nuevo como gran visir (II), iniciando reformas para consolidar la deuda publica. Sin embargo pierde egipto a Inglaterra en 1882, pierde terrenos a Bulgaria en 1885 – y es suspendido. Tiene suerte, si se recuerda que ni un siglo antes se solía enviar al visir fracasado una cuerda de seda con una nota de por favor dejar de respirar, por el bien de todos. Diez años más tarde, en 1895 le llama el sultan de nuevo (III) porque las potencias occidentales presionan al sultan iniciar reformas. Una manifestación pacificia en Estambul que termina sangriento lleva a la nueva destitutción. Tras dos meses le llama el sultan de nuevo (IV), pero como teme un posible castigo huye a la embajada inglesa, que lo abandona tras la promesa de seguridad por su vida. Durante los siguientes seis años vive una vida dificil, hasta el siguiente nombramiento como gran visir en 1901 (V), lo pierde, y 1908 le nombran una ultima vez (VI). Tras dos días proclama Mehmed Said Pasa por segunda vez la monarquia constitucional, y dimite (por primera vez es el quién decide irse) tras dos semanas. Durante el segundo periodo constitncuonal es de nuevo presidente del senado, y como tal apoya en 1909 la destitución del sultan Abdülhamid, tras 30 años de lealdad odiosa. En 1911 le nombra el nuevo sultan Mehmed V (1909 – 1919) como gran visir (VII), pero por la pedida de Tripoli a Italia se retira en 1912, tras año y medio murio. 
Como se observa: a pesar de la estabilidad de los jefes de estado, la rápida rotiación de jefes de gobierno impidió una cierta estabilidad politica benevolente para realizar las reformas necesarios. 

Finalmente, unos personas civiles del último siglo del imperio osmanli: Osman Nami Osmanoglu (1918 – 2010), uno de los nietos del sultan Abdulhamid II (1879 – 1909), quien nació en Suiza y murio, tras volver a tirquia en 1974, con 93 años, y uno de las nietas, Mihriban Mihrisah Sultana (1916 – 1987) y un historiador, Ali Cevad (quién murio en 1914), cuyas obras historiográficas sirven hasta hoy en día como referencia. 
 
Osman Nami Osmanoglu (1918 – 2010).
En la derecha: Ali Cevad (? – 1914).
Mihriban Mihrisah Sultana (1916 – 1987).
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7 dic 2013

Viaje por Estambul: la columna goda

Ya antes de la llegada de Atila con sus feroces secuaces 375 d.C. a Europa habían comenzado los pueblos germanos su marcha (posiblemente por problemas climáticos, malas cosechas o sobrepoblaciones), igual como los godos quienes habían llegado en el siglo III a la costa del mar negro. Una vez instalados mandaron regularmente expediciones hacia sus vecinos, especialmente hacia tierra romana. 
Los emperadores romanos, ya agobiados por las continuas guerras con los Sassanidas en oriente y las guerra civiles interiores, enviaban continuamente legiones hacia el norte para defenderse. Especialmente los emperadores Claudio II Gothicus y Constantino I lucharon con victoria contra los godos. El senado de Constantinopla les dedicó en los siglos III o IV d.C. a uno de ellos una columna conmemorativa de sus victoria. 
18.5 metros alto, con un capitel corintio, recibió el monumento más antiguo de Estambul una inscripción (hoy casi ilegible): Fortunae Reduci ob Devictus Gothos, es decir: A fortuna, la razón de la victoria sobre los godos. Esta columna simple, sin mayores adornos, es el último ejemplo de la arquitectura monumental que recuerda una victoria romana. 
Cuando en 370 los habitantes de Nova Roma contemplaron la columna, jamás se hubieran imaginado que con la llegada de los Hunos dentro de cinco años habrá llegado el final del mundo como lo conocían. Y sus compatriotas en occidente, la antigua capital Roma, nunca se imaginarían que ni 100 años tras la victoria sobre los godos, sus nietos saquearían la vieja loba.

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30 nov 2013

Viaje por Estambul: un cuenco de cristal

La producción de vidrio se inventó y empleó en la costa nórdica de Siria, Mesopotamia y Egipto. El cristal más antiguo descubierto hasta ahora proviene de mediados del tercer milenio a.C. El cristal era, al menos hasta el siglo XVIII, un producto de lujo. 
Su producción era tanto difícil como costoso, y su fragilidad lo hacia poco útil para el uso diario. Durante el turbulento final de la edad de bronce, cuando en los siglos XII y XI a.C. cayeron numerosas culturas entre Grecia y Elam, se perdió el arte del vidrio. Una vez finalizado la crisis sociopolítica se recuperó, así se redactó el primer manual para la producción de vidrio en 650 a.C. en Asiría. 
Estos cuencos provienen de los siglos VII y VI a.C., cuando Cyro de grande de Persia conquistó Anatolia, y son ejemplares de la producción renaciente del vidrio.


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23 nov 2013

Viaje por Estambul: la torre Galata




Durante la edad media varias republicas italianas (Venecia, Pisa) intentaron controlar el comercio mediterráneo. Igual como la ligahanseatica en el norte de Europa, fundían factorías y almacenes, barrios con propia jurisdicción, en todas las ciudades costeras mediterráneas. Entre ellos estaba también la republica de Genova, que competía con los Venecianos.

Venecia, ciudad que en teoría era miembro del imperio bizantino, ya en el siglo XI se comportaba como si sería una ciudad libre, lo que causó ciertas tensiones con el emperador de Constantinopla. Tanto, que incluso logró su Dogo dirigir la cuarta cruzada para conquistarla y fundar el imperio latino. A lo largo de todos estos siglos Genova intentó competir con Venecia en el mediterráneo oriental, y gracias a las tensiones con los bizantinos (los enemigos de mis enemigos son mis amigos) logró el permiso de fundar una factoría genovesa en frente de la capital, Galata.

Después de la restauración bizantina en el siglo XIII, expulsando al ultimo emperador latino, refortaleció Genova su colonia, construyendo 1348 la famosa torre de Galata, que se conocia como la torre de cristo.

66.9 metros de alto, con muros gruesos (3.75 metros en su base) y una sola puerta para entrar, era la manifestación del poder comercial de los genoveses – y su desconfianza en la protección imperial. Las expediciones de saqueo osmanlí y de otros pueblos de los Balcanes hacia necesario mejorar las defenas.
La parte superior se reconstruyó durante el siglo XVIII.
Sin embargo, con la conquista de Constantinopla 1453, los genoveses perdieron también su barrio, sus privilegios y, evidentemente, su torre. Dado que Estambul dejo de ser una ciudad fronteriza cristiana para convertirse en la capital osmanlí, las defensas militares carecían de sentido y la torre de Galata perdió su función. Pero los daños que sufrió tras un terremoto en 1509 se arreglarón tras la orden del sultan Bayezid II, y se comenzó emplear la torre como observatorio por el astronomo Takiuddin. Pero 1579 se dejo esta funcion.

Según la leyenda, contada por Evliya Celebi, que entre 1630 y 1632 empleaba el inventor Hezarfen Ahmet Celebi la torre como rampa para volar mediante alas construidas y que voló 6 kilómetros.

De todos modos, desde 1711 recuperó la torre parte de su función: vigilar – si hay fuegos y avisar, dado que la capital estaba llena de casas de madera que de vez en cuando no tenían nada mejor que quemarse. Estaba bajo custodia de los bomberos, una institución fundada en 1714.  Menos cuando la misma torre se quemó: una vez en 1794 y otra 1831. Desde entonces se dejó de usar y no se reconstruyó, hasta el siglo XX.

Posiblemente también dejaron los sultanes la torre, porque desde el cuarto patio, la parte privada de su palacio Topkapi, podían contemplarla, y recordarse continuamente de los cristianos, sus enemigos religiosos. 

A la derecha del centro se puede observar la mezquita de Süleyman.
En la derecha se observa una pequeña torre -l la torre de justicia del palacio Topkapi. En el centro está la Hagia Sophia, y a la derecha la mezquita azul. El lago de abajo es el cuerno dorado, en el fondo se ve al Bósforo. A la derecha se solía colocar la cadena para impedir la entrada de naves enemigas.
Abajo se pueden absorber dos torres de una de las murallas del barrio Galata.
El barrio de Galata se fortoficaba en cinco fases: 1303 (la zona costera, con Sant Paul (hoy la mezquita Arap)), 1349, 1387, 1397 y 1400. Las torres que habían pertenecido a la muralla provenían de 1349, conectando con la torre de Galata.

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