1. Introducción
De la terminología “Educación“ (1) no existe una definición, sino varias, dependiendo de la época, de las corrientes filosóficas, del contexto social y de la situación política. En ese pequeño trabajo se va a estudiar brevemente unas doce definiciones sobre la educación: una de la edad antigua, dos de la edad media, siete de la edad contemporánea y finalmente dos actuales.
2. La educación como condición de persona
Es un término cuya definición iba cambiando continuamente durante la historia. Pero ya tanto Platón (427 – 347 a.C.) como Aristóteles (384 – 322 a.C.) definían un úncelo básico de la educación: la educación como necesidad para crear la persona, el rasgo más bello y destacable del ser que es capaz de pensar. Eso se muestra bien con Aristóteles, cuando dijo que
“La educación consiste en dirigir los sentimientos de placer y dolor hacia el orden ético" (2).
La educación era como el rasgo humano que ordena a los sentimientos para que se tenga la civilización ordenada en vez del caos emocional de los bárbaros. Mejor dicho (teniendo en cuenta la metáfora de la cueva platónica): con la educación podían lograr las personas su real libertad, ser personas de verdad.
Ese concepto – la educación como condición necesaria para ser una verdadera persona – se podía encontrar siglos después de los filósofos griegos en la edad media cristiana de Europa.
El teólogo y filósofo alemán, el Maestro Eckhart (1260 – 1328), introdujo probablemente con la palabra “Bildung” el término Educación en la lengua alemana (3). El Maestro Eckhart era representante del Concepto Imago, que consistía en que la persona era la imagen del “dios”. Eso significaba que la educación no era algo controlado por el ser humano, sino se aplicaba la educación “por afuera”. De esa manera se convirtió el ser humano de un “Homo insipiens” al “Homo sapiens”, a la verdadera persona e imagen del dios en que creyó el Maestro Eckhart. Eckhart en concretó dijo que la
“Educación es el aprender de la calma” (4),
De vivir en armonía y abrirse a dicha divinidad. Es muy similar a los conceptos de Platón y Aristóteles, la educación como ordenamiento y armonización para alcanzar la verdadera humanidad. Como la verdadera humanidad durante la edad media también significaba la similitud al dios cristiano, no era sorprendente la definición que hizo Dante (1265 – 1321):
"El objeto de la educación es asegurar al hombre la eternidad".
3. El inicio de la educación en el ámbito pedagógico
Durante la edad Moderna comenzó cambiarse el margen, el ámbito del termino: seguía la idea de que la educación es para crear la verdadera persona libre, pero cada vez importaba menos la orientación hacia una divinidad y cada vez era más importante “pensar por uno mismo”, usar la propia razón para “auto – educarse”. Eso se podía ver desde Comenius (1592 – 1670), quien dijo que la educación debería ser libre para todos, hasta finalizar con las ideas de Hegel (1770 – 1831) y Humboldt (1769 – 1859). La educación abandonó la pura fe y llegó hacia la pura razón, llegó de la filosofía a la pedagogía.
Interesante son las definiciones de los diferentes pensadores contemporáneos del siglo XIX, hijos de la ilustración moderna. Para todos ellos la educación tiene unos matices diferentes, se podrían distinguir entre tres amplios tipos de definiciones: la educación como un deber social; la educación como un utensilio y la educación como perfeccionamiento (a lo clásico). Comenzando con el primer tipo, para Comte (1798 – 1857)
"La educación es la manera de aprender a vivir para otros por el hábito de hacer prevalecer la sociabilidad sobre la personalidad",
similar a Stuart Mill (1806 – 1873) quien define que
"La educación es la cultura que cada generación da a la que debe sucederle, para hacerla capaz de conservar los resultados de los adelantos que han sido hechos y, si puede, llevarlos más allá".
Tanto Comte como Mill destacaban el rasgo social de la educación: no hay educación sin sociedad, la educación sirve para el bien de la sociedad. No importa el perfeccionamiento del individuo de forma aislada, ni importa la autorrealización de los pensadores al estilo de Kant. Lo que importa es el servició pragmático social, la convivencia.
En ambos autores se nota la influencia de sus épocas: la Europa restaurada. Comte, quien vivó en una Francia intranquila, había desarrollado su teoría de las tres fases de la historia de la humanidad. No miraba al individuo, sino al colectivo: la grande masa de la población. En ese ámbito es claro que quiere dar más importancia al comportamiento social, a educar a los educados esa mentalidad. Stuart Mill, que desde Inglaterra está viendo al continente intranquilo y la construcción del British Empire, está muy marcado por la tradición y las costumbres. En su caso importa más la transición de los valores y – con lo utilitarista que era – recursos materiales. La educación consistía también en ese caso en dar la importancia al colectivo.
En ambos casos era el lema: educar era aprender a hacer todo lo posible para los otros.
Pero solo es uno de los tres grupos. Al segundo grupo de las definiciones permaneció por ejemplo Spencer (1820 – 1903), quien definió que
"La función de educar es el proceso de preparar al hombre para la vida completa",
equivalente a W. James (1842 – 1910), donde
"La educación es la organización de hábitos de acción capaces de adaptar el individuo a su medio ambiente y social".
En ambos casos ya no se tiene más la imagen de la época antigua – clásica: no más perfeccionamiento es educar, sino un mero instrumento, una preparación. La educación es ahora una herramienta. Educación
"Significa producir recto crecimiento, mediante cuidado y tratamiento adecuado",
como lo definía Natorp (1854 – 1924). ¿Pero hacía donde crece? Son verbos realmente técnicos que se estaba usando: función, proceso, organización, producir.
Esas definiciones se tiene que desarrollar con cuidado, ya que se ha mezclado a tres personas muy diferentes en el mismo grupo: un darwinista socio – cultural (Spencer), un filosofo pragmático – pluralista (James) y un pedagogo social (Natorp). Entre sus definiciones existen obviamente unas diferencias notables, pero lo que se quiere destacar metiéndolos en el mismo grupo es la importancia que dan – aunque usen términos técnicos o precisamente por eso – a la evolución, al desarrollo de la persona. Lo que ellos destacan es que el hombre recibe la educación para la vida completa (Spencer), para adaptarse a su medio ambiente y social (James). Pero ambos se paran allá: sus definiciones tienen el peligro que se pueda interpretar la educación como previa a la vida real, a la persona. Para Spencer es el proceso de preparar – una vez preparado, termina – y para James es la simple organización – así que, una vez organizado, tampoco se necesita mas la educación. Natorp ya es más preciso: para el la educación es un crecimiento que no parece tener límites, de ser continua. Por eso su definición sea quizás el mejor de ese grupo. Más aún porque tiene como Spencer el elemento de ser universal: el crecimiento puede significar todo; no son solo las prácticas de acción de James.
Junto a esas definiciones más “técnicas” – sean sociales, sean individuales – se tiene a dos definiciones más “clásicas”, cuales destacan la autorrealización. Son las definiciones de Kerschensteiner (1854 – 1932),
"La educación consiste en distribuir la cultura, para que el hombre organice sus valores en su conciencia y a su manera, de acuerdo su individualidad",
y de Spranger (1882 – 1963),
"Educar es transferir a otro, con abnegado amor, la resolución de desarrollar de dentro a fuera, toda su capacidad de recibir y forjar valores".
Comte y Mill se concentran en al servicio social; los otros pensadores mencionados en la “carrera”, el éxito personal – productivo; pero Kerschensteiner y Spranger tienen una visión menos “productiva” y más “cultural”. Lo que destacan es la autorrealización de los valores, la conciencia, incluso con “abnegado amor”. Suenan un poco al estilo del romanticismo – emocional (aunque no lo fueron), más caliente que el frío tecnicismo anterior. Más humano, menos empresarial, más individual y menos colectivo.
Es curioso leer las dos definiciones teniendo en cuenta que habían vivido al menos dos guerras cada uno de ellos: Kerschensteiner las guerras de unificación alemana y la primera guerra mundial; y Spranger tuvo la mala suerte de tener dos guerras mundiales. Sin embargo ambos no expresan el pesimismo ni el relativismo que durante la guerra fría se extendió por el mundo occidental, todo lo contrario: ambos dan una gran importancia a los valores. No se enfocan tanto al servicio y al futuro como los otros autores previamente mencionados; sino van al pasado para desarrollarse en dirección al futuro. Es muy curioso que Kerschensteiner habla de organizar como Aristóteles (aunque lo uno sean emociones y lo otro valores). Al mismo tiempo la definición de Spranger será el prototipo de las definiciones de educación durante la segunda mitad del siglo XX: Acción (de dentro a fuera) y Intervención (capacidad de recibir), en combinación con la comunicación (transferir, lo primero en la definición y similar a Kerschensteiner, donde se distribuye).
Mirando solo a esos autores, se podría destacar entonces – más o menos – esos tres grandes “grupos”, corrientes de las definiciones de la educación. Después se cambió algo la definición: había dos términos estrella, que eran la intervención y la acción, algo que Spranger ya había destacado. No obstante, el úncelo de la definición de la educación seguía vigente, como se podía ver con Daniel Goedudevert (1942 – 20__) en 2001. Para él la
“educación es un proceso activo y complejo que nunca termina, en cuyo proceso se puede desarrollar con suerte una persona independiente e autónoma, con habilidades para resolver problemas y con la capacidad de vivir una vida eficaz” (5).
Se nota que por un lado se usan los términos pragmáticos, técnicos del “Proceso”, pero por el otro lado se destaca a la autorrealización de una persona que sea capaz de razonar. Se tiene al elemento de la evolución, el continuo proceso que nunca termina – justamente eso se hecha de menos en Spencer y James, y con Goedudevert se consigue. Pero hay una palabra que hace muy notable un pequeño pesimismo, muy vigente en la sociedad actual del siglo XXI: “con suerte”. Con suerte se desarrolla una persona capaz; ya no es más una seguridad como en los siglos anteriores. Y ¿Por qué pensará así? Probablemente por los recuerdos que se tiene en nuestra sociedad de las guerras sangrientas, creadas por personas cultas y educadas. La mayoría de los responsables del Holocausto por ejemplo eran académicos, doctores, pensadores. Es claro que la educación ya no es un garante para obtener una persona.
En la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 se tiene una definición más optimista en el artículo 26:
“La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz” (6).
Aquí la educación no solo desarrolla la persona, sino también se tiene el foco social, la convivencia pacífica con los vecinos. La idea de Comenius brilla de forma escondida entre esas líneas.
4. Conclusión
Se nota que durante todo el desarrollo, desde la antigüedad hasta la época actual, se había cambiado la “capa” de la educación. Perfeccionamiento, socialización, facultades humanas, realización, intervención, etc.…eran como términos, ideas añadidos al núcleo.
Porque el núcleo de la educación seguía igual: la educación como necesidad para crear, tener a la persona. Sin educación no se tiene la persona, sin la educación la persona no puede moverse, orientarse en el mundo. La educación no es mero conocimiento; ni son solo capacidades, ni es el puro uso de la razón. Tampoco está solo al servicio a la sociedad ni es un juguete individual. La educación es la mezcla de todo eso.
La educación es un proceso continuo que dura hasta la muerte cerebral que hace incapaz el razonamiento sobre y memorización de la información de todo tipo que llega a la mente de la persona y que le facilita vivir y trabajar con y para la sociedad, desarrollando al mismo tiempo su propia personalidad individual.
No obstante, en épocas de crisis económicas, se puede responder al alumno si tiene dudas sobre la educación, que hay una ventaja: nadie lo puede quitarlo de alguien. Siempre recordándose de la definición de Mark Twain (1835 – 1910):
“La educación es lo que queda cuando se perdió el último dólar” (7).
(1) Aunque en la lengua alemana existan dos terminos – Bildung y Erziehung, se debe diferenciarlos: Bildung es más bien la sabiduría, la educación ya adquirirda por la persona; mientras que Erziehung describe más bien el proceso de adquirir la Bildung , “sacar lo bueno” (ziehen = tirar) de alguien. Por eso si alguíen dice: “Er ist gut erzogen” (Está bien educado) o “Er ist ein unerzogener Mensch” (Es una persona mal educada) no se refiere tanto al grado de educación que tiene, sino al mal “proceso” en la cual ha adquirido la Bildung.
(2) Todas las citas de http://pochicasta.files.wordpress.com/2009/09/concepto-educar-clase.pdf.
(3) En el mundo académico no se tiene seguridad si fue el Masetro Eckhart quíen lo introdujo realmente.
(4) BÜSSERS, Peter, Der Bildungsbegriff, Colonia, 22. Feb 2007, Pag. 2.
(5) SCHMIED, Claudia, Dr., http://www.bmukk.gv.at/ministerium/ministerin/reden/ph_gruendungsfeier.xml, 2007.
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2 Kommentare:
faltan las citas, para saber en qué documento exponen esto los autores
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