Las Meninas, dibujado por Diego Velázquez en 1656 y pagado por el Conde Duque Olivares durante la pintura barroca española. |
Características formales
Era un cuadro dibujado al estilo de “allá prima”, o sea que pintada directamente sin esquemas previos. Se veía a un grupo de personas – la infanta, sus dos doncellas, dos enanos y un perro como grupo principal en el primer plano. Detrás de ellos, en el segundo plano, se tenía al pintor Velazquez y a otras dos personas; en el fondo se tenía al aposento del palacio y, reflejados en el espejo, la imagen de la pareja imperial Felipe IV y su esposa. Era un cuadro con una perspectiva centralista, pintada con un alto grado de naturalismo. Se había dibujado al cuadro de manera realista.
Características de contenido y comprensión
Existe una serie de características del cuado que tienen una gran importancia simbólica:
- El cuadro como propaganda. El Conde-Duque Olivares contrató a Velázquez principalmente para que dibujara a la familia imperial y para usar sus cuadros como manifestaciones con mensajes políticos claros. Los cuadros se colgaban en todo el palacio y en vía pública, para recordar a cada uno su rol, su papel, y para defender la imagen de Felipe IV. En ese caso se tenía la infanta Margarita cuya imagen se pretendía extender: como una niña inocente y bella, representante de la monarquía.
- El juego con el espejo. El hecho de que el pintor – un artesano – apareció en un cuadro junto con la pareja imperial era un escándalo. Pero no aparecía la pareja imperial; sino solo su imagen reflejada en el espejo – o quizás reflejaba lo que Velázquez estaba pintando; o sea que se tendría un retrato doble. Era un juego, atrevido e curioso.
- Los favoritos de Velázquez. Velazquez logró dibujar a los monarcas como humanos; y a los enanos cómicos como personas. Por eso dibujo en ese cuadro a los enanos y a los niños: ambos podían saltarse el estricto ceremonial de la corte imperial; eran maestros de lo espontáneo. Solo a ellos se les permitía ser divertidos; y Velázquez se dibujaba cerca de ellos, demostrando la felicidad que sentía estando allá.
- La admiración por sus colegas, como Rubens. La habitación estaba llena de cuadros de otros artistas.
- La plasticidad de las figuras y el uso difícil de la luz no se repetía hasta el impresionismo del siglo XIX.
Fuentes:
KRAUSSE, Anna-Carola, Geschichte der Malerei, edit. Könemann, Bonn, 2005.
VAHLAND, Kia, „Der Maler und die Macht“, en GeoEpoche, Nr. 31, Hamburg, 2008, pag. 116 – 133.
1 Kommentare:
(se borró sin querer el comentario anterior, que hacia referencia al siguiente link con las obras de Velázquez publicadas online:
http://www.museodelprado.es/coleccion/galeria-on-line/galeria-on-line/obra/la-familia-de-felipe-iv-o-las-meninas/)
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