En el reino deAlemania (la parte superior del imperio germánico) había tres tipos
de lugares donde se manifestaba el poder: donde comienza (el lugar de
la coronación), donde se ejerce (la corte regia) y donde finaliza
(lugares de enterramiento).
Comenzando con la
coronación. Destacan dos lugares: la antigua sede de Carlo Magno (ca. 742 - 814),
Aquisgrán, donde entre Otón I (912 - 973) hasta Fernando (1503 - 1564) en 1531 se coronaron 31
reyes alemanes. Y Fráncfort se convirtió en el lugar tradicional
para elegir al rey a partir de 1147.
Pronto los reyes
europeos comenzaron gobernar su reino desde un lugar fijo – sea
Londres, Paris, Sevilla, Tudela, Olite, Constantinopla o Palermo. El
reino de Alemania (y, como consecuencia, también el impero
germánico) carecía de una capital, hasta su final. Los reyes
gobernaron siempre moviéndose de lugar en lugar. Estos lugares
podían ser tanto sedes obispales (las ciudades metropolitanas) como
palacios de sus vasallos. Y, finalmente, poseía el rey tierras
propias.
Reconstrucción de la Pfalz de Aquisgrán. |
En dichas tierras regias se construyeron los Pfalzen,
algo casi único. El término viene de
Palatin, la séptima colina más importante de Roma. De la cual se
derivó Palatium (palacio imperial), que también emplearon los reyes ostrogodo Theoderich en Ravenna y Carlo Magno en Aachen. Así en
Alemania se convirtió el Palatium a Pfalz.
Cada Pfalz tenía
como mínimo tres elementos arquitectónicos: un Aula con un Palas
(una sala grande y el palacio residencial), la capilla palatina y un
Gutshof (una albergue para visitantes y vasallos importantes).
Había 5 Pfalzen
importantes: Aachen (por haber sido la residencia de CarloMagno),
Santo Alban de Maguncia (por estar cerca de numerosas asambleas
reales e eclesiásticos, además fue el centro de la liturgia de los
otónes), Ingelheim (a 15 km de Maguncia, sede de sínodos. Muy usado
por Carlo Magno, Otón I, Otón II y Federico I Barba roja),
Frankfurt (usado por los Salios) y Magedburg (sede favorita de los
otónes).
Eso lleva al último
lugar del poder: el de la muerte. Lugar donde se enterró el rey,
lugar que se convirtió en un lugar prestigioso para asambleas y
conmemoraciones del poder dinástico.
El ejemplo magnifico
es la tumba de Carlo Magno, en la iglesia palatina de Aachen.
Las otras dinastías
no seguían un sistema ordenado.
Como los otónes.
Así Enrique I se enterró en Quedlingburg, Otón I en Magedburgo
(que era un arzobispado que había fundado), Otón II en Roma (en una
tumba que se olvidó), Otón III en Aquisgrán (por deseo propio, ya que
admiró Carlo Magno) y Enrique II en Bamberg (un obispado fundado por
el mismo). O los Staufer: Felipe I se enterró en Speyer, únicamente
Enrique VI y Federico II se enterraron en el mismo lugar, Palermo.
La excepción fueron
los Salier: todos se enterraron en la catedral de Speyer. Tanto que
incluso Enrique V, una vez derrotado y excomulgado su padre tras un
golpe de estado, insistió que su padre sea enterrado también en el
templo sagrado de Speyer.
Al final, a modo de
detalle, la curiosa tradición muy extendida en la Europa cristiana:
enterrar partes del cuerpo separados del resto. El corazón de OtónIII está enterrado en Alemania, su cuerpo en cambio en Italia. O el
cuerpo de Enrique III, enterrado en Speyer, mientras sus órganos
interiores están en Bodfeld, o el cuerpo cocido (!) de Lotario III,
mientras sus huesos están en Königslutter.
Esta tradición se
prohibió por el papa Bonifacio VIII al inicio del siglo XIV,
aclarando que solo a los santos se les permite esto. Quién, por cierto, estaba en plena lucha contra el poder imperial. ¿Porque permitir que se siga tratanto los reyes muertos como si fueran santos?
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