La historia sirve en primera línea para aprender del pasado,
saber que ocurrió y de esa manera, quizás, poder entender mejor como funciona
la actualidad o al menos como se llegó a ser lo que es.
Los profesores Daron Acemoglu e James A. Robinson crearon en
el año 2012 una interesante teoría, a base de sus observaciones del pasado,
sobre la pobreza y el fracaso de los estados. El titulo inglés de su obra es
“Why Nations Fail. The Origins of Power, Psoperity and Poverty”.
Su enfoque principal son los estados actuales: ¿Por qué
tantos estados africanos están inestables y pobres? ¿Cómo se explica la
diferencia del poder de los estados de México y EE.UU.?
Recomiendo la lectura de dicho libro, pero quisiera aquí
únicamente explicar breve e superficial su teoría que me parece interesante.
El núcleo de su teoría son dos principios.
Primero emplean dos conceptos: la política y la economía. El
concepto de política se entiende como sinónimo de estado, y lo usan de manera
muy general, definiendo cualquier tipo de organización política como estado.
Así se entienden como estados tanto la república romana como la actual república francesa, el imperio chino entra igual como el reino africano de los Kuba. Bajo economía entienden la influencia y la relación de la política (es
decir, del estado) y el sector económico del ámbito controlado por el estado.
Segundo añaden a la política y a la economía los adjetivos
inclusivo e extractivo. Acemoglu y Robinson quieren decir con inclusivo que
una amplia parte de la, o en el mejor de los casos toda, población sea
participe (sea del ámbito político, sea del ámbito económico). Al contrario en
el caso extractivo. Se excluye la mayor parte de la población, para que una
minoría pueda extraer todas las ganancias, tanto economías como políticas.
Voy a explicar como se puede combinar dichos conceptos y
adjetivos.
Una política inclusiva se daría en el caso de que el estado proteja
los derechos de propiedad, tanto física como intelectual. Además se encarga el
estado de mantener el orden y unos derechos básicos para que sus ciudadanos se
sientan seguros. Por si fuera poco ese estado tiene que tener un cierto grado
de centralismo institucional, para poder permitir la existencia del pluralismo
(de culturas, religiones, idiomas, etc.…). Como se ve, un estado con política
inclusiva se parece a un estado con una democracia real y funcional.
Su contraparte es la política extractiva. Una minoría – sea
la élite de un partido, el alto mando del ejercito, el monarca y su corte real,
cualquier tipo de oligarquía, monarquía, tiranía o dictadura – se aprovecha del
poder político que tienen en su estado. Se benefician de privilegios y están
por encima de la ley de sus conciudadanos.
El otro concepto es la economía, como por ejemplo la
economía inclusiva. Acemoglu y Robinson lo entienden como la economía del
mercado liberal: La libre competición y la participación de todas las personas,
la motivación y el afán de aumentar e invertir las riquezas e estimulando la
economía.
El contrario es la economía extractiva. De nuevo es una minoría
que se beneficia de la economía y de sus ganancias, con instrumentos como la
esclavitud, el feudalismo medieval, y el trabajo forzado tanto de las
dictaduras totalitarias como de los imperios coloniales.
Todo eso se puede combinar, y tiene los siguientes
resultados:
-
Política inclusiva + Economía inclusiva: Se crea un
ciclo positivo. El estado protege al mercado libre, protege a la propiedad y a
las nuevas tecnologías, lo que motiva a las personas a invertir su dinero,
arriesgar nuevos proyectos y a luchar por ser mejores. La economía crece y se
beneficia. Aquí entrarían todos los estados actuales del primer mundo (la Unión
Europea, los EE.UU., Japón).
-
Política inclusiva + Economía extractiva: Es una
situación inestable, dado que la mayor participación del pueblo en la política
hace que las desventajas que tienen en el ámbito económico vayan
desapareciendo. O que la minoría controladora del poder económico intente
influir en la política a su favor. Esa situación se tiene actualmente en
algunos países del segundo mundo (India, México).
-
Política extractiva + Economía inclusiva: Igual de
inestable con la anterior, pero con más posibilidad de que el cambio sea bueno
para la población. Aquí una mayor parte de personas se benefician en la
economía y desean participar en la política. Un ejemplo magnifico de esa
situación se tiene hoy en día en China, y quizás con la apertura de Cuba en el
2015 se creará una situación semejante.
-
Política extractiva + Economía extractiva: Se tiene un
ciclo negativo. Una minoría, que suelen ser normalmente las mismas personas,
controla el poder en la política y tiene el mayor peso en la economía. Se suele
dar en la mayor parte de los estados africanos y en dictaduras, como en Corea del Norte.
El ciclo negativo tiene en este caso dos características esenciales. Primero:
El estado no protege a la propiedad ni a los inventos. O se apropia o lo prohíbe.
La razón está en el temor de la destrucción constructiva. Muchos inventos,
desde la imprenta por el ferrocarril hasta el Internet, han destruido muchos
sectores económicos, creando nuevos. Pero en una economía extractiva no se
desean cambios bruscos, porque podría causar una cierta inestabilidad social y
así política. Segundo: Dado que la fuerza política está en manos de una pequeña élite, desean otros grupos en este estado apropiarse de esa fuerza política. Y
una vez que la hayan obtenido…en la mayoría de los casos solo cambian nombres,
pero continúan con el mismo sistema. Representantes tristes de esa herencia son Leopoldo II, Mobutu y Kabila.
¿Cuándo se crean esos cambios entre una situación extractiva
y una inclusiva?
Los autores hablan de Fases de cambio. Cuando hechos
reales que modifican considerablemente la situación socioeconómica, unos grupos
organizados pueden reaccionar y crear ese cambio.
Así con la peste comenzó lentamente en Europa el camino
hacia la edad moderna donde las personas tenían más derechos (como los
campesinos y las ciudades frente a los señores feudales), o con los viajes por
las rutas atlánticas en algunos estados se crearon minorías riquísimas como en Castilla o la Francia absolutista, mientras que en otros se creó un gran grupo
de comerciantes influyentes como en Holanda (donde se proclamó pronto la república) o Inglaterra (que desde 1688 era definitivamente una monarquía
constitucional), o con la Revolución Industrial. Igualmente pueden ser fases
más cortas, pero no menos intensas: la revolución francesa fracasó, pero la
semilla de la inclusión democrática estaba sembrada. Y con la muerte de Mao
comenzó la inclusión económica, que en 2014 terminó creando disturbios pro democráticos en Shangai.
Es decir: Los autores están convencidos que el hecho de que
Somalia es un estado pobre e inexistente y Noruega una nación prospera son
consecuencias de la actuación política del ser humano. Independiente del lugar
geográfico, de la cultura o de la capacidad de los gobernantes: son decisión
política, con consecuencias institucionales, hechas en el momento histórico
(in-) oportuna.
Como ejemplo nombran la ciudad Nogales. Es una ciudad en la
frontera EE.UU. con México, una parte está en la Arizona de los
norteamericanos, la otra en el estado federal de Sonora. Geográficamente están
en el mismo lugar, y culturalmente son iguales (una población católica
mayoritariamente hispano parlantes). Tampoco se puede decir que los presidentes
mexicanos hayan sido más tontos que sus compañeros estadounidenses.
La frontera en Nogales. |
Y son dos ciudades completamente diferentes: mientras el
Nogales mexicano destaca por su pobreza y una alta tasa de paro, el Nogales
estadounidense es una ciudad con poco paro, donde todos sus habitantes han
terminado la secundaria, muchos estudiado y tienen trabajos bien pagados.
Partiendo de ese ejemplo, comienzan desarrollando su teoría,
y demuestran que efectivamente: Nogales está así por las decisiones que se han
tomado en el ámbito político a lo largo de los últimos dos siglos.
Al final quisiera también mencionar sobre su teoría la
posibilidad de que la simbiosis extractiva de política y economía pueda crear
un mínimo de crecimiento económico. La razón que dan Acemoglu y Robinson es el
centralismo. Los estados que carecen de eso tienen imposible un crecimiento
económico, como ocurre con Somalia, Colombia y Afganistán. Sin embargo, si hay
centralismo (cuando mayor, mejor), el estado puede forzar un cierto periodo de
crecimiento económico, hasta colapsar, como ocurrió con la URSS y los estados
maya.
Como cada teoría alberga el peligro de modificar la realidad
histórica para qué encaje con lo que se desea interpretar, no obstante me
parece una teoría útil.
Tiene ciertos fallos, como el peligro de usar anacronismos.
Y su mayor ventaja, el empleo de conceptos muy amplios (inclusión –
extracción), se vuelve en su contra dado que depende del juicio subjetivo de
cada historiador, escuela o experto. Es fácil decir que la URSS bajo el
gobierno de Stalin tenía tanto un gobierno (política) como una economía
extractiva. ¿Pero de igual manera como con el imperio chino bajo la dinastía
Han? Y si, la Inglaterra actual es más inclusiva que la Inglaterra del siglo
XVI, y está a su vez más que en el año 1099. ¿Pero como se puede medir el
grado?
Ese es el fallo esencial de la teoría. Con los ejemplos
extremos se entiende bien, de todos modos se nota que los mismos autores se
esfuerzan mucho cuando intentan explicar la evolución de instituciones
extractivas a inclusivas cuando hablan de Inglaterra. Muchas organizaciones
sociales se movían a lo largo de la historia entre ambos extremos, y
efectivamente las polis griegas posiblemente eran más inclusivas que su contemporáneo
enemigo, el imperio persa.
Si se procura comparar las organizaciones fuera dentro de
marco histórico (¿La polis griega con la república romana o las ciudades
hanseaticas eran todas igual de inclusivas?) es posible explicar ciertas
evoluciones.
Quiero concluir con la tesis esencial que formulan Acemoglu
y Robinson: La inexistencia de un proceso sobrehumano, de una evolución
predeterminada o de una mano económica Smitheano.
Las organizaciones políticas e económicas evolucionan y
cambian según las decisiones tomadas por las personas que en momentos puntuales
de la historia tienen el control sobre dichas organizaciones, tomando decisiones
en circunstancias históricas. Como con el descubrimiento de America.
Mientras
en Castilla y Francia se concedía un monopolio comercial a un pequeño grupo de
comerciantes, los ingleses y holandeses permitían a prácticamente todos sus
comerciantes el libre negocio.
La consecuencia era una monarquía centralizada e
absolutista pero con una economía muy extractiva y poco buena que llevó primero
a la decadencia a los Habsburgos castellanos y después a los Borbones
franceses. En cambio, tanto en Holanda como Inglaterra hubo repúblicas, que después se convirtieron en monarquías constitucionales que tanto política- como
económicamente eran más inclusivas que sus equivalentes franco-hispanos.
Y todo eso por la decisión de los gobernantes y poderosos en
esos cuatro países. Sea la casa de comercio de los reyes católicos por un lado,
sea la decisión del parlamento ingles (con un fuerte peso de las ciudades
comerciantes) y la corte Elizabethana por el otro lado. Si Carlos V y Elizabeth
I hubieran querido, podrían haber decidido diferente y quien sabe que hubiera
ocurrido.
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