18 mar 2011

The Mythistory - vigente en la actualidad

El servicio del historiador a una “nación” y el problema de los mitos que surgen de ello siempre fue problemático. Una “nación” suele definirse a través de su pasado. Como el pasado raramente es suficientemente trágico ni suficientemente glorioso se suele idealizar, glorificar, simplificar con el objeto de poder identificarse. En resumen: se inventan mitos; y los mitos intentan explicar lo inexplicable; son mezclas de memoria subjetiva y sueños irrealizados. Se mezcla la historia – lo real, verdadero – con la mitología; y lo que se crea es la Mythistory. La Mythistory en vez de ser algo del pasado, del siglo XIX y al inicio del XX; sigue vigente, como una tentación, una fruta prohibida, durante la segunda mitad del siglo XX hasta inicios del siglo XXI. Unos ejemplos magníficos: Carlomagno, cristiano, tolerante y primer emperador “bárbaro” civilizado, y la Grecia clásica, democrática y urbana: son la nueva Mythistory de la Unión Europea. Aquí se describe muy brevemente cuales pueden ser los rasgos de la Mythistory a base del artículo “On the Role of Myths and History in the Construction of National Identity in Modern Europe”(1), intentando demostrar que sigue vigente en la historiografía del siglo XXI y que sería recomendable evitarlo.

Estatua de Vercingetorix (1856).  En su placa está escrtio: La Gaule unie/Formant une seule nation/Animée d'un même esprit/Peut défier l'Univers.
El asunto del “origen” de una nación está discutido hasta hoy en día. ¿Cuándo “nace” una nación? Ni siquiera se puede definir claramente el concepto de “nación”. Normalmente “nacen” las naciones a través de unas personas singulares, sean Romulus o sean Vercingetorix. La historiografía intentaba antes buscar un claro inicio, un año 0, el momento X. Como ese momento nunca existía se usaba como “marcador” a los héroes. El problema de esas personas fundadoras (independientemente si "crean" naciones o religiones, en ambos casos formas de organizaciones) – sean Mahoma, Jesús o Guillermo el Conquistador – es que rápidamente eran glorificados y se olvidaba la biografía históricamente correcta con posterioridad a ellos. 

Sin embargo esos mitos son recursos importantes, porque cada mito contiene un núcleo verdadero. Siempre a base de algo conocido se creaba algo, se combinaba con la verdad. En esos casos se mezclan hechos históricos y memoria subjetiva con ideales, sueños, con el fin de crear al héroe de la Mythistory. Por esa razón son interesantes: reflejan tanto los sueños como un pequeño fragmento de la realidad. El rey Arturo, por ejemplo, nunca existió como tal. Ahora bien: refleja el ideal que tenían los Anglosajones tardo – medievales y también describe como posiblemente fue la circunstancia socio – política entre de la retirada de los ingleses y anterior a la construcción del Danelaw Los años de la llegada de los Anglos, Sajones y Jutos y cómo comenzaron convivir con los (realmente no celtas) británicos y los britano – romanos. Puesto que la Historia puede usar del Mito; aun así nunca debe caer en la trampa de convertirlo en un hecho factible.

Existe en la Mythistory la idea del proceso, de la vida de una “nación”, que se puede dividir en tres partes. La nación en decadencia (muy en moda con Spengler y su hundimiento del occidente); la nación que ha llegado a su gloria (La historia de los USA actuales) y la nación que ha caído y que sube (probablemente a la historiografía China le encantará eso). Siempre la historiografía tenía la necesidad de clasificar las épocas; de todas formas eso también conllevó a clasificarlos por calidad. La edad dorada, la edad de plata, la edad de hierro – la idea griega, de mejor a peor. De todos modos desde la Ilustración comenzó un fuerte cambio. Por lo contrario los renacentistas quienes admiraban la edad de oro greco – romana, los ilustrados comenzaron a hablar de una “subida” de su cultura en vez de un simple renacer. Ascender y descender, comenzó la idea de la historia cíclica. Que siempre nacen, maduran, mueren y tal vez renacen naciones.
Es mejor que se evite el uso de tal concepto en la historiografía. Nunca hubo un verdadero ciclo: en la política los sumerios solo podían repetirse siendo los neosumerios, sin embargo ignoro la existencia de una republica democrática Sumeriana actual. Tecnológicamente siempre se iba progresando: la segunda guerra mundial en vez de ser un “paso hacia atrás” en Europa, fue solo un “stop”, un paro. Lo mismo ocurrió con el Japón aislado de la edad moderna y la China imperial. Mejor que mencionar que “caían” en decadencia se debe indicar que solo se “pararon”. Y ¿Cómo se puede clasificar una decadencia? ¿En términos políticos, demográficos, económicos, culturales, tecnológicos? ¿Francia ahora es más decadente que cuando fue bajo Napoleón? Es imposible hablar de decadencia o edad dorada, ya que existen tantos factores e indicadores que sería una horrenda simplificación de la realidad. Carlos V, ¿edad dorada de España? Personalmente prefiero vivir en una España donde se matan entre si por ser rojos o fachas, pero al menos se tenía baños y agua corriente en las zonas industriales.

Siguiendo la línea de evitar la simplificación se tiene aparte de la dificultad de hablar de la “edad” de una nación la cuestión del mismo cuerpo. Una “nación” en vez de ser un organismo vivo es una comunidad con fronteras variables. El mismo artículo ya trató sobre la cuestión de los “Borderlands”. ¿Dónde comienza, dónde termina una nación? Tanto geográficamente como cronológicamente se tiene ese problema. ¿Cuándo los españoles comenzaron ser españoles? En 511 vivían en la península ibérica pueblos celtas, germanos (visigodos, unos vándalos y alanos se habrían quedado), unos romanos de Italia, tal vez unos griegos, judíos. Y el 711 también los “musulmanes” – y ellos eran a su vez árabes y de diferentes tribus bereberes. Las fronteras se movían continuamente y claro, también se tenía hijos sin mirar si se pertenecía a una tribu concreta. ¿Navarra es francesa? ¿O Francia es navarra por haber tenido a unos reyes navarros como Enrique IV? ¿No formó todo lo que estaba al norte del Ebro en varias ocasiones parte de la nación francesa? Lo que hoy se entiende como “nación” se comenzó a formar durante la edad Moderna, porque las fronteras políticas dejaron de moverse y se comenzó con la creación de “lenguas oficiales” para la administración. Aún así era un proceso continuo, lento, nada de personajes puntuales ni destacables.
Hoy en día, si se pregunta qué es una nación, se oyen “ideas” raras: Por la lengua, por la raza, por nacimiento, por la cultura. ¿La lengua? Entonces si uno aprende ingles pertenece a la nación inglesa. ¿Por la raza? Primero es imposible que existan razas humanas; segundo si existen estarían tan mezcladas que difícilmente sería posible clasificarlas. ¿Por el lugar de nacimiento? Conozco uno que es hijo de un austriaco, de una mejicana, vive en Alemania y nació en Honduras. ¿Entonces es de Honduras? Y, finalmente, por la cultura. ¿Existe la cultura española, vasca, europea, occidental? Se puede – con dificultad – definir una cultura general para occidente, no obstante aparte de eso nada más.

"Völkertafel" del inicio del siglo XVIII - Como un alemán veía a otras naciones, con sus carácterísticas y comportamientos.
Entonces, ¿Qué es una nación? Una nación es una construcción profundamente histórica y artificial. Un estado administrativo es la nación. El estado es que da fronteras claras, que fomenta una o mas lenguas, que aporta unos símbolos – y ese estado es el que se inventa a los “héroes nacionales” con el fin de que los habitantes tengan caras con las cuales pueden identificarse. La misma Alemania no tenía hasta 1871 claro que era una nación. ¿Se incluía, excluía a Austria, porque tenía también a los Balcanes en sus fronteras? ¿Los alemanes que vivían en Dinamarca, Bélgica y Holanda debían formar parte del 2. Reich? ¿Y los franceses de Elsass-Lohtringen, podían seguir llamándose franceses? Eran debates que nunca fueron resueltos; y cuando en 1945 se expulsaba a los “Alemanes” de las tierras orientales, también tenían que huir habitantes que nunca han nacido en tierras del estado alemán, ni en su máxima extensión. Familias a las cuales únicamente se les consideraba alemanes por sus nombres alemanes y porque quizás aun hablaban algo de alemán, porque sus antepasados habían llegado durante la edad media o moderna a vivir en esos lugares.
Estatua de Juana de Arco de Alfred-Desire Lanson, 1895.
El Cid, Jeanne dArc, Charle Magne – son caras, imágenes, personas, héroes. Fomentados por el estado, con los cuales los habitantes se identifican y los confunden llamándolo “nación”.
De aquí la idea del proceso: Con la condición de que el estado está políticamente débil se habla sobre “decadencia”; si el estado desaparece es el “fin” de la nación. Eso crea una gran confusión, y eso explica las dificultades que tiene la Mythistory a menos que intente buscar un origen o desarrollar un proceso. Siempre se olvida algo: la desaparición del estado – y, en cierta medida, de una “nación”, no significaba que desaparecían sus habitantes. En la Inglaterra romana no había solo romanos, de otra manera sería absurdo.

Todo lo mencionado hasta ahora no suele aparecer más en la historiografía actual; sin embargo hay una serie de pequeñas “herencias”. Son las características que se asignan a una nación: naciones libres / democráticas; naciones que se defienden contra un archienemigo; las naciones que tienen una religión nacional y las naciones que dan gran importancia a unas mujeres concretas. En ese caso se tiene un uso propagandístico que permanece abiertamente hasta hoy en día en varias naciones occidentales. Es una “herencia” en la historiografía que siempre estará presente, a pesar de que de manera mínima.
Los Estados Unidos sirven como ejemplo estrella: sin vergüenza alguna se declaran como país democrático que nunca deja de defenderlo; siempre luchando contra el archienemigo de la democracia (sean ingleses, confederados, nacionalsocialistas, rusos soviéticos o terroristas islámicos) y son orgullosamente cristianos (“olvidando”, en cierta medida, a las otras minorías religiosas en su país sin discriminarlos abiertamente). La mayoría de los ensayos políticos, textos históricos, etc.…están marcados, empapados gracias a esos rasgos; y en cada conmemoración se recuerda al “glorioso” pasado, como cierto museo canadiense (en el caso de Canadá, claro). Se ve como algo normal que los USA hayan luchado en las dos guerras mundiales y que hayan invadido tanto a Vietnam como a Irak (después del gran olvidado Afganistán) para llevar el regalo de la Democracia y obligarles a su “suerte”, no obstante parece que no quieren tenerlo.
Esa mentalidad, esa Mythistory está reforzada porque ya históricamente los USA desde su fundación repetían y defendían sus ideologías y rasgos. La Doctrina Monroe y más tarde las políticas de Franklin Roosevelt y la Doctrina Truman seguían con un camino igual, lo que dificulta evitar añadir a los USA las etiquetas de que “siempre” hayan sido defensores de la democracia etc.…
La consecuencia negativa de esa “sobrevaloración” de unos escasos aspectos puntuales es que arriesgan tanto la creación de los estereotipos como dificultan la objetividad. Especialmente en Alemania se tenía ese problema. Con posterioridad a la segunda guerra mundial surgió la idea del “camino especial alemán” (Der Deutsche Sonderweg): ¿Puede ser que los alemanes sean incapaces para la democracia y que estaban tan acostumbrados a obedecer como demostró la monarquía prusiana? ¿Por eso obedecían ciegamente a los líderes nacionalsocialistas?

Estatua de Bismarck en Berlin (1906)
Esa teoría – como muchas teorías, desafortunadamente – en vez de basarse en datos y hechos históricos se basaba en características que la Mythistory había creado; y gracias a esas teorías la Mythistory seguía reforzándose.

Con y en esos aspectos el texto demuestra claramente el peligro y la dificultad de la Mythistory. Ahora bien: ¿Cómo se puede evitarlo; o al menos reducirlo a un mínimo? Es imposible crear la guía de salvación; sin embargo sí se pueden poner de relieve unos rasgos que pueden ayudar. Serían los siguientes:

  • Comprobación objetiva de las teorías sobre la historia. Existen muy pocas teorías (como la de Braudel), y la mayoría de ellas favorecen la Mythistory. Especialmente la teoría ciclista y la tradicional teoría de “nacimiento – madurez – muerte” de una nación o un pueblo deben ser descartadas. De otra manera se buscará desesperadamente un inicio (y un final) y se intenta asignarlo a nombres, a personas concretas. Se sabe más sobre Clodoveo, el “padre de los francos”, que sobre todos los reyes merovingios quienes le seguían, por la énfasis de ver al nacimiento franco – francés.
  • Evitación o uso muy cuidadoso del concepto de la nación. Como arriba se ha dicho el concepto la nación es del siglo XVIII. No existen “las naciones” como grupos homogéneos con características similares en regiones geográficas concretas, con inicio y fin. Las naciones son, considerablemente y en sentido muy amplio, grupos heterogéneos culturales que tienen al menos una lengua en común, unas costumbres y símbolos similares, y en algunos casos una estructura organizada común; o sea que un estado. ¿Los Kurdos son una nación? Para ellos sí lo son y se entienden como tal, a pesar de que carezcan de un estado. ¿No obstante: Desde cuándo existe “su” nación; y en qué se diferencia de la “nación” iraní, por ejemplo? Aquí ya los historiadores deben tener considerable cuidadosos y evitar a toda costa determinaciones. Como mucho pueden hablar del “proceso” de la “formación” de una nación.
  • Negación de estereotipos. En vía pública los estereotipos son usados para chistes, la prensa los usa con vistas a llamar la atención, la política con el objeto de poder ser identificada por amplios grupos sociales. La historiografía debe ser la enemiga principal de todos los estereotipos. Cuando se escribe se puede hablar de “los españoles” o “la clase media”; con todo en ambos casos debe definirlos. El “típico judío ladrón” que coopera con los “anárquicos franceses” en lucha contra el “germano valiente” – una frase así construida es absurda e implica comprender complejos procesos históricos, afortunadamente no suele aparecer más en el mundo académico.
  • Reducir adjetivos a un mínimo. Varios textos suelen usar adjetivos con el fin de influir de manera indirecta al lector. ¿Es necesario ese uso? ¿No se camina en dirección hacia el uso ideológico del texto? También pueden sugerir en el lector la asignación de ciertos rasgos a ciertos estereotipos. Ejemplo de un libro de texto de historia para la secundaria(2): La vida de los campesinos. “Su vida debía ser dura y miserable”(3). Desde nuestro punto de vista era miserable; en el sentido económico, biológico y educativo. ¿Pero se consideraban ellos como miserables? Es muy difícil de imaginárselo; sin embargo puede ser que consideremos miserables a los abuelos de nuestra generación por no haber tenido MP3 en su juventud. ¿Se nota el peligro del presentismo con el uso inadecuado de adjetivos?
  • Enfocar en casos conflictivos a dos lados. La Mythistory suele estar muy cerca de la memoria. Los mitos están operando normalmente con un claro blanco y negro; un bueno y un malo; raramente se enfoca correctamente. Jeanne d Arc por ejemplo es la virgen de hierro sagrada; la joven muchacha que liberó a Francia - ¿De qué manera? También de manera sangrienta, como lo habían hecho los ingleses y borgoñes. No obstante se suele olvidar ese detalle; glorificando a un solo lado porque “libera” a “su” nación. Es como cuando un francés ve al “Trafalgar Square”, la estatua del almirante Nelson o parques con nombre Waterloo: Es grande para los unos y humillante para los otros. Es subjetivo.
  • En caso de democracia: evitar al presentismo criticando a otros sistemas. Especialmente los libros de texto para la educación abusan del presentismo: con vistas a que los alumnos comprendan la vida “tan miserable” de las épocas pasadas se suele hacer preguntas que solo llevan a esa conclusión. ¿Cómo piensas que han vivido los campesinos? ¿Te imaginas cómo hubiera sido una vida diaria allá…? Aquí se tiene a la ideología liberal de que solo hay un proceso hacia lo positivo (cosa que yo también pienso, aun así intento evitarlo cuando escribo o al menos lo digo claramente aparte, como ahora).
Siguiendo a esos “breves” consejos quizás se pueda evitar la continuación de la Mythistory y convertirla definitivamente en una fase pasada de la historiografía.

(1) BERGER, Stefan. (2009). “On The Role of Myths and History in the Construction of National Identity in Modern Europe”. En European History Quarterly, (39), 490 – 502. Online: http://ehq.sagepub.com/content/39/3/490.citation.
(2) LIMES – Ciencias Sociales, Geografía e Historia 2. (2006). La Rioja: edit. Vicens Vives, 3. edición.
(3) LIMES, Pág. 34



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3 Kommentare:

Evita Schreiberin dijo...

Vayamos por partes. Como dijera Jack el Destripador (¿y qué pasa con el fenómeno de los contra-héroes? Supongo que éste también estará estudiando en profundidad por la mitohistoria porque me parecen igualmente importantes que sus colegas, Clodoveo y Vercingetorix. Jack el Destripador es también un mito, visto de ese modo, se lo recuerda como tal en Reino Unido, el misterio de su mito se repite por oleadas. Es cierto el hecho de que a través de él se abren las puertas al estudio de una sociedad que quizás no hubiese sido estudiada de otra manera con tanta profundidad).

Pero a lo que iba. Por partes.

No me queda claro si te refieres a la supervivencia del mito en la sociedad o de la mitohistoria como pseudo explicación histórica del pasado. Porque si te refieres a esta última, ¿de verdad consideras que la historiografía actual sigue los mismos caminos que, pongamos, Carlyle expuso en su libro sobre los diferentes tipos de héroes? No lo creo. Nein. No y no.

La historiografía actual está en una continua lucha por romper con los viejos clichés, con los viejos presupuestos que se dieron por válidos en una sociedad que, a falta de información, estaba predispuesta a aceptarlos sin preguntas. Hoy en día la historia es terriblemente crítica; incluso demasiado, si me preguntas, como a la caza y captura de las falacias pasadas. A veces caen en arriesgados revisionismos, como bien sabes (estoy pensando en aquellos que negaban la existencia de Carlomagno). Pero en general creo que funciona bastante bien y que a fuerza de estas revisiones nos hemos dado cuenta de que las únicas verdades no existen, ni las únicas perspectivas, y que por tanto, los únicos héroes, las únicas naciones, los únicos sistemas, tampoco. Y menos sus únicas definiciones.

Ahora, más que nunca, y con todas las grandes cosas que las nuevas corrientes nos dieron en el siglo XX, hemos llegado a esa concepción mucho más cuidadosa y no tan cuadriculada de lo que la historia representa en tanto que explicación del pasado. Esa es mi opinión.

Por otra parte, lo que escriben los historiadores en estos términos parece que sólo está dirigido a los historiadores. Naturalmente, no le verás a un tipo cualquiera de la calle leyendo Past and Present o cualquier otra revista del estilo, en las que la mitohistoria NO está presente. Lo verás con Historia National Geographic, por ejemplo. Ahí puede radicar el problema. Que la National y otras plataformas son una combinación de negocio, entretenimiento y educación. Pero una educación que se mueve por simplificaciones y sistemas, porque al lector normal rehúye de las notas al pie de página. Muy de pacotilla para nosotros pero perfectamente apetecible para el lector que busca lecturas sencillas y una ligera idea sobre la historia.

Evita Schreiberin dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Evita Schreiberin dijo...

(Y SIGOOOOOO!)

Que esto fomenta equivocaciones, ninguna duda. Que todo lo que has denunciado es verdad, ninguna duda. Que todos los puntos para acabar con ello son apropiados, totalmente de acuerdo. Los historiadores lo sabemos; y creo que alguien que se para a pensar sobre ello y lee más, también. La información es la clave de todo. Sin información, surge el mito y es mucho más fácil creer en él. Sin información todo se vuelve más sistemático, más compacto, más indivisible. Más basto. Pero es lo que hay.

Es inherente al ser humano la creación y recreación mitológica. Desde Homero hasta Churchill, pasando por los que viajaban en el Mayflower (todo un símbolo) y el Alea Jacta Est. Eso está en las bases mismas de nuestra cultura y a su modo, es también interesante, ¿no te parece? Esto daría para una disertación sobre qué modelos y en qué épocas definieron las realidades de millones de personas (no quiero utilizar esa horrible palabra: nación). Pienso, aunque suene básico, en los cuarenta últimos años de historia alemana.

Supongo que por eso mismo nos volvimos historiadores, Florian. Y por eso me gusta tu blog, porque hay que acercar los debates históricos a la gente de la calle. Ponerse pedante y científico es algo que se nos da muy bien, somos los primeros en saberlo, pero lamentablemente, no es la solución.

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