2 may 2015

El principio de la necesitad de eliminar al hereje ideológico.

Hace unos días dos de mis alumnos hacían una presentación sobre la guerra soviética de Afganistán (1979 –1989). En esta guerra lucho principalmente la república popular de Afganistán con apoyo de la URSS contra los clanes tradicionales locales que no querían tener un estado laico. Pronto esos grupos recibieron el apoyo de organizaciones islámicas, quienes a su vez recibían dinero y armas tanto de países musulmanes como Pakistán y Arabía Saudita como de los enemigos ideológicos de la URSS, los EE.UU. Y también…de la república popular de china.
Otro alumno interrumpo reclamando que eso era imposible. ¿Un país comunista en lucha contra otro, apoyando a sus enemigos ideológicos como el capitalismo norteamericano y la religión del Islam?
ALO.
Evidentemente, eso fue lo que ocurrió. La república popular de china apoyó a grupos comunistas como la AMFFF, la LOPA y la ALO. Y realmente no era tan sorprendente, al contrario. Es lo que llamo Principio de la necesidad de eliminar al hereje ideológico, lo explicaré en continuación.

La base de la republica popular de china es su ideología comunista. Su dictadura del partido único con el control total sobre ejército, medios de comunicación y la economía se justifica gracias a su ideología. El estado, gobernado por la elite del partido, protege a sus ciudadanos (obreros y campesinos), para llegar algún día a lo que llaman el paraíso socialista. Una sociedad con total igualdad y paz para todos los seres humanos de la tierra. Esa base ideológica necesita una fuerte identificación del yo bueno contra el otro malo: la monarquía, el conservadurismo religioso, el fascismo nacionalista / biológica y/o el capitalismo.
Según esa interpretación sobre la realidad, tanto la actual como del pasado, el mundo se puede dividir relativamente fácil entre blanco y negro, con un muy ligero margen gris de por medio. O eres comunista (bueno), o eres su enemigo (fascista / capitalista / religioso) contra el que hay que luchar.

Trozki representado como enemigo de la URSS.
Se dificulta considerablemente cuando alguien de los tuyos modifica ligeramente el dogma ideológico. En el fondo queda igual, y los enemigos ideológicos siguen siendo los mismos. Solo se hace unos ligeros cambios.
Ejemplos magníficos son la socialdemocracia, el anarquismo y el comunismo. En el fondo todas las tres ideologías postulan las mismas ideas (se basan en el capital de Carlos Marx y Friedrich Engels, quieren la eliminación de las clases socio-económicas, su meta es una sociedad igualitaria sin reyes ni religión, profundamente democrática). 
En lo que difieren son el camino para conseguirlo. El comunismo (especialmente desde Lenin) quiere conseguirlo mediante una revolución, con una posterior dictadura de la élite revolucionaria para reeducar al pueblo. La socio democracia lo quiere conseguir mediante reformas, el dialogo y la democracia. Y los anarquistas se inclinan por la revolución, saltándose el paso de crear un orden estatal.
Ahora se puede complicar aún más: los socios demócratas y leninistas inicialmente solo necesitaban el apoyo de los obreros, los maoístas ya quieren también apoyar los campesinos, y los comunistas de la URSS tecnócrata desde los años 60 se apoyaron en obreros, campesinos y (¡nuevo!) la inteligencia.

Esas modificaciones ideológicas evidentemente tenían como consecuencia una fuerte tensión, incluso una abierta guerra entre sus seguidores. Hasta aquí, nada del otro mundo.

La situación se complica considerablemente, si se pacta con el enemigo ideológico para luchar contra un hereje de la propia ideología, es decir: alguien que ha traicionado y manchado tu ideología.
Eso es lo que corrió entre China y la URSS. Desde la muerte de Salín las tensiones (primero ideológicas y después militares) entre ambos países no dejaron de cesar. Incluso hubo pequeñas confrontaciones entre sus guardias fronterizos, o llegaron a luchar de forma (más o menos indirecta) entre ellos mismos, como ocurrió en la guerra de Afganistán.
Así Vietnam, Laos y Camboya tuvieron buenas relaciones diplomáticas entre ellos, y se apoyaron mutuamente contra los EE.UU. durante la guerra del Vietnam. Vietnam y Laos recibieron mucho apoyo de la URSS (aviones, munición, tecnología, información, formación). En china hubo 1966 un cambio en la ideología estatal. El “gran salto”, una reforma brutal de la economía china, había resultado un fracaso total, y muchos de los poderosos en el partido comunista querían orientarse más al modelo económico de la URSS. Eso debilito la posición política de Mao, quién inició en 1966 la “revolución cultural”, eliminando todos sus enemigos políticos, implantando una ideología comunista de la “revolución permanente”. Eso iba muy en contra de la ideología soviética de un comunismo reformista estatal. ¿La consecuencia de todo eso?
Las relaciones entre China y la URSS se empeoraron, 1979 envió China incluso un ejercito para castigar el norte de Vietnam por unas razones insignificantes – 4 años tras el fin de la guerra del Vietnam. Mientras Mongolia mantenía relaciones amistosas con la URSS, el norte de corea detestaba todo lo que tenía que ver con ello.

El mundo comunista en 1980: Rojo: la URSS y sus aliados, Amarillo: China y sus aliados, Negro: No están en ningún bando, en el caso de Corea del Norte cambió después de 1991 a favor de China.

Hay más ejemplos de conflictos, como la guerra civil que hubo en Barcelona DURANTE la guerra civil española entre anarquistas, republicanos de la socio democracia y comunistas. Un conflicto que obligó a George Orwells, quien había ido a Barcelona para luchar contra fascistas, esconderse con el fin de salvar su vida.

La razón detrás del considerable aumento del mutuo odio y el deseo de exterminar al otro se encuentra en la misma naturaleza de la ideología. La ideología justifica la causa por la cual se inicia un conflicto, un enfrentamiento contra el malo, con el fin de imponer lo bueno. Para eso es necesario identificarse con esa ideología y creer en la misma, y cuanto más radical y fanático y su identificación, más éxito podría tener el enfrentamiento y más rápido se llega a la meta.
Sin embargo, si se propone pequeños cambios, hay un gran riesgo de debilitar al propio bando y dividirlo, lo que hace necesario el esfuerzo de coordinar y dialogar. Y raras veces se logra a una conclusión, lo que lleva a la trágica conclusión: o se coexiste, o se extermina al quien, dado su apariencia y naturaleza común, debilita a la propia ideología declarándolo hereje y traidor.
La elección por la segunda razón suele ser lo habitual. Algo que igualmente tiene una explicación: la Realpolitik. Para mantenerse en el poder es necesario ser frió y objetivo. Si resulta que la base del poder es un fundamento ideológico que se esta fragmentando, mantenerse en el poder resulta difícil. Porque si el gobernante es flexible, se arriesga a traicionar a su vez su propia ideología, justificando a otros quitándole del poder.
Entonces le interesa al gobernador proteger su base ideológica a toda costa, dando más importancia exterminar los herejes ideológicos que luchar contra el enemigo ideológico.

Hitler temía la mentalidad de la revolución eterna de su SA. Despues de 1933 necesitaba tranquilidad en las calles, y la ideología nacionalsocialista se cambió en algunos aspectos. Röhm, jefe de la SA, no lo aceptaba, y muró asesinado por la SS.
¿Tiene mucho sentido pelear contra alguien, quien en el fondo quiere lo mismo que tú, en vez de unir fuerzas para derrotar al quien lucha contra vuestra meta común? 
La razón dice que no, pero si eres el gobernante dice que si. La misma república española estaba muy debilitada durante la guerra civil por esas continuas peleas ideológicas, mientras que en el bando rebelde el ejército franquista silenciaba o directamente ejecutaba cualquier falangista, nacionalista o religioso quien comenzaba un debate semejante que podría poner en peligro la supremacía del ejercito.

Mapa de la religión en Europa durante el siglo XVI.
Esos conflictos no son únicos del siglo XX ni de las ideologías modernas, sino los hubo a lo largo de la historia. La religión nos lo enseña: la Francia católica lucho durante la guerra de los 30 años (una guerra entre católicos y protestantes) con la liga protestante del norte en contra de los austriacos católicos. 
Y al mismo tiempo esa misma Francia mantenía buenas relaciones con el imperio otomano musulmán para luchar de nuevo contra los austriacos católicos. Ah, pero el estado católico francés perseguía sin dudar y brutalmente a sus propios protestantes.
De nuevo: protestantes y católicos son cristianos. Los gobernantes católicos podían elegir a los obispos que querían y controlaban la inquisición (nunca lo hizo el vaticano). Los gobernantes protestantes también podían nombrar sus clérigos y silenciaban quienes lo criticaban. 
¿Para que entonces la contrarreforma y las guerras de la religión cuando la edad media había acabado? Porque necesitaban justificar su papel como reyes cristianos, puros.
A partir de 1648 la situación había cambiado: se declaro cuios, regio, cuios religio – cada gobernante podía elegir libremente su confesión cristiano. Y juntos comenzaron luchar europeos cristianos contra el imperio otomano y colonizaron al mundo.
Los símbolos cristianos en los cuadros absolutistas
han desaparecido. Federico II de Prusia.
¿Qué cambió? Después de las numerosas guerras religiosas, desastrosas tanto para la demografía como la economía, se decidió separar el tema religioso del estado, que marcó el comienzo del absolutismo europeo.
Ahora tanto Federico II de Prusia como Catarina I de Rusia o Luís XIV de Francia eran reyes cristianos – si protestante, ortodoxo o católico, ya no importaba más. La nueva base ideológica de las monarquías europeas no dieron más tanta importancia a ese aspecto, y así también carecía la Realpolitik de pelearse por ello.
Las diferencias entre católicos y protestantes seguían vigentes, pero si en 1618 era razón para luchar, 1718 ya no interesaba eso a nadie.

Eso lleva a la conclusión, al principio de que cada gobierno, cuya base ideológica tiene peligro de fragmentarse y poner el riesgo mantenerse en el poder, por razones de la Realpolitik comienza luchar enérgicamente contra el hereje, hasta eliminarlo o hasta que esa diferencia deja de ser importante.
Y si, el wahhabismo del actual estado islámico y de la monarquía Arabia Saudita son muy similares, pero con pequeñas diferencias, lo que obliga al uno apoyar a los enemigos del otro. Así que, continúa siendo vigente el principio.



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