Habitualmente cada sociedad tiene una serie de valores comúnmente aceptada por la mayoría de las personas quienes forman parte de la misma. Estos valores no son estáticos, fijos, sino cambian continuamente a diferentes velocidades. Nunca faltaban voces que criticaron la falta de cierta moral y la “corrupción” de las nuevas generaciones, mientras que otras querían superar las normas envejecidas y conservadores. Tanto el continuo enfrentamiento como la coexistencia pacífica del debate sobre los valores es un elemento imprescindible durante el desarrollo de la humanidad, inevitables y favorables.
El ensayo "Un político ejemplar" |
El sociólogo y profesor Alejandro Naves García de la Universidad privada de Navarra atribuyó al debate su parte con un ensayo que escribió para el diario de Navarra el sexto de mayo 2011. Se trata de un ensayo titulado “Un político ejemplar”, presentando como político ideal al ateniense Pericles de la antigüedad griega. Posiblemente a la mayor parte de los lectores de dicho ensayo les sonó Pericles, como un político “exitoso y honrado”, una persona cuyo nombre se usa para nombrar a la Grecia clásica como “El siglo de Pericles” o “La Grecia de Pericles”.
Prof. Navas García describe a Pericles como político, que “destaca por la nobleza de sus sentimientos y la dignidad de su porte externo”, es alguien donde “nada hay (…) que sea vulgar”, alguien quien renuncio “casi toda la vida social” cuando llegó a gobernar. Por si fuera poco ni era corrupto (incluso ni siquiera se intentaba sobornarle) y tenía una vida privada “extremadamente austero”. “La demagogia no iba con el” y podía controlar las masas para evitar mayores daños. Tampoco falta la mención de las grandes obras artísticas que encargo. Y justo en el culmen, como en una buena obra clásica, comenzó la tragedia, el fin triste, donde el pobre Pericles perdió casi toda su familia, cuando el pueblo ateniense le descolocó del poder. Pero, arrepentidos, le reclamaron después nuevamente, y Pericles, como buen Político, volvió a pesar de haber sido humillado por los mismos quienes ahora le necesitaban. Finalmente muere demasiado pronto, como en un drama, sin embargo “supo mantener la moderación y la altura de miras” durante sus últimos meses de gobierno. Finalmente anima el autor que se voten a los “Pericles en potencia” actuales, sin especificar a quien se podría referir.
Personalmente no quisiera votar a un político quien – ¡Atención, presentismo! – usaba métodos discriminatorias con fines políticos, apoyaba una política exterior agresiva, practique el nepotismo y sea cínico. No me mal interpreten: Pericles fue un político genial, listo, sabía actuar políticamente como pocos políticos. Fue un maestro tanto en las intrigas como en la influencia de las masas. Su retórica fue indudablemente extraordinaria, sus gustos artísticos exquisitos, sus amigos (como Fidias) admirables. En su época tenía tanto admiradores como Thucydides, quienes impresionados decían que “por el nombre se llamo (el gobierno en Atenas) democracia, en realidad fue el gobierno del primer hombre”, mientras que otros, como Aristóteles, veían en el un demagogo. Hoy en día la situación es bastante más clara: como político Pericles sería una persona poderosa en el estado de cualquier país. En cambio dudo que moralmente fuese muy ejemplar, al menos no lo sería en el mundo occidental supuestamente democrático.
¿A que me refiero, hablando, como Navas García, sin ejemplos concretos ni fechas claras? Intentaré dar algunas, accesibles en cualquier obra historiográfica.
Para comenzar: Pericles entró por primera vez en 461 en la política ateniense. Había apoyado al fomento el poder de la democracia cuando el Areópago, el consejo de los aristócratas, perdió su último privilegio, la supervisión sobre los funcionarios. Desde entonces fue función del consejo de los 500. Después, durante una década, no se sabe nada de el, hasta que apareció en 451 – año en que comenzó su entrada activa en Atenas para las próximas dos décadas.
Su primer “éxito” – innegablemente victorioso desde su punto de vista – fue la ley de 451. Propuso en la asamblea (ekklesia) que nadie pueda ser ciudadano cuyos padres no hayan sido ciudadanos atenienses. Incluso se podía aplicar la ley con efecto retroactivo. De esta forma se animo a denunciar salvajemente, ya que se solía vender a los ciudadanos cuyos padres no fueron atenienses a la esclavitud, y realmente se hizo (a pesar de que difícilmente fueron 4760 como lo indicaban algunos autores de la antigüedad). ¿Por qué está ley? ¿Odiaba Pericles a los que no fueron de los suyos? ¿Era Pericles xenófobo? ¡No lo fue, su misma esposa Aspasia venía de Mileto! Pericles propuso (y logró que se aprobó) esta ley para conseguir principalmente votos. Todos los ciudadanos de Atenas mayor de 20 años tenían el derecho a votar; y la mayor parte de los votantes que permanentemente estaban en Atenas fueron remeros, servidores, atenienses libres pero de estratos sociales económicamente bajos. Sus votos fueron los que Pericles anhelaba conseguir; haciendo política en contra de los “extranjeros”, habitualmente económicamente prósperos. Conseguir votos era todo lo que anhelaba. Es poco de sorprender que el hijo que tenía con Aspasia, también llamado Pericles el joven, en teoría no deberán haber sido ciudadano – sin embargo lo fue, aunque bastante más tarde, 429 a.C.. Porque cuando los ciudadanos pidieron que Pericles vuelva a gobernarlos les hizo un chantaje: únicamente volvería si se anularía la misma “ley de bastardos” que había propuesto 451. ¿Realmente eso es ejemplar?
Pieza de cerámica con nombre de Pericles. |
¿Qué es la consecuencia de esto? En teoría se podía hablar en Atenas libremente sobre asuntos de política, criticar al gobierno o proponer ideas. Pero después del ostracismo era claro que la política fue un campo arriesgado. Solo los comediantes y literatos seguían atreviéndose hablar sin bozal, como lo hico Kratinos, “que será una Hera, naciendo de la salacidad para el una audaz amante con ojos de perro”. Pericles no le gusto, entre 440 y 439 propuso una ley para prohibir que se riera sobre político y sus familiares – y esta ley de censura se aprobó. Sin embargo, después de cuatro años (cuando la estrella de Pericles se estaba cayendo lentamente) se derroco la ley.
Pericles y Fidias delante de la estatua de la Atenea. |
Arriba caracterice Pericles como una persona cínica que apoyaba una política exterior agresiva. ¿A que me refiero? Después de las guerras médicas se fundo 477 a.C. una alianza defensiva llamada liga de Délos, entre varias polis griegas. Rápidamente logró Atenas a tomar un papel dominante (así se paso 454 el tesoro de la liga de Délos a Atenas), Pericles lo convirtió finalmente de una alianza entre iguales en una estructura hegemónica entre desiguales. Atenas tenía una flota muy costosa con 12.000 marineros. 12.000 marineros son 12.000 votos que Pericles deseaba conservar; ¿No sería útil usar esa arma costosa? Desde 448 fundó Pericles cleruquías (eran pequeñas colonias con ciudadanos atenienses) en varias zonas – tanto de aliados como de neutrales – para poder vigilarlos mejor. Cuando los aliados se atrevían a protestar, incluso rebelarse declarándose independientes, Pericles respondió forzosamente: invadió Eubea cuando se atrevió rebelarse 446, otra polis, Histea, fue derrotada y sus ciudadanos expulsados; Samos, que había luchado contra Mileto en 440, fue atacada derrotada. 1200 talentos tenían que pagar y la mayor parte de la población fue expulsada. ¿Mileto? ¡Que casualidad! Estas expediciones de castigo y represiones son, desde el punto de vista actual (peligro: presentismo), moralmente negativos. Y a pesar que Pericles fue “solo” uno de 10 estrategas, indudablemente fue él quien podía tomar la decisión y presionar a sus colegas estrategas. Fue un militar cruel pero eficaz; y logró actuar estratégicamente admirable. Pero - ¿realmente, como político para la actualidad, es ejemplar? Pericles fue muy cínico: si Atenas no presiona sus aliados arriesga su caída, para mantener la hegemonía era estrictamente necesaria seguir con el camino duro.
Se puede seguir observando esta mentalidad cínica: Por un conflicto local se inició la guerra del Peloponeso 431. Esparta no quería la guerra (a diferencia a Guillermo II realmente no lo deseaban), incluso mandó mensajeros a Atenas, a los que ni siquiera dejo hablar Pericles. ¿Pericles deseaba la guerra? Si se mira al contexto, podía ser probable, porque su poder se estaba deshaciendo. 432 los enemigos de Pericles habían puesto en juicio a tres personas cercanas a Pericles: primero a Anaxgoras (quién huyo), después su propia mujer Aspasia (justamente ganó el juicio) y Fidias (quien fue condenado, pero los historiadores discuten que pasó después con el). ¿Puede que Pericles, nervioso ante esta pérdida de influencia, anhelaba una pequeña guerra, igualmente como las que había tenido media década antes para recuperar su poder y prestigio? Obviamente, ninguna guerra tenía causas tan triviales, desde hace décadas había tensiones intensas entre Esparta y Atenas; y sin Pericles posiblemente también podría haber estallado la Guerra – pero el contexto se tendría que tener en cuenta.
Discurso de Pericles ca. 431 (Foltz) |
Una ciudad anónima que sufre le peste. |
Pericles fue, en mi opinión, un político genial, sin duda, listo, si: “maquiavélico” en el sentido que era un político racional que pensaba en el bienestar de “su gente” (los ciudadanos de Atenas) – pero no el de otras polis ni habitantes atenienses griegos quienes no fueron ciudadanos.
Lo que no me gusta para nada es si se elige a personas históricas y se escribe sobre ellas únicamente teniendo en cuenta sus lados positivos, creando – aunque sea inconscientemente – una imagen idealizada, casi glorificante, aplicando principios y la moralidad de la actualidad hacia el pasado. Pericles es un político ejemplar si se quiere a un modelo de político eficaz, flexible, capaz de aumentar el poder de los “suyos”, conociendo los límites. ¡Al fin y al cabo, Pericles se había mantenido en el “poder” durante casi dos décadas; y había defendido la hegemonía ateniense sin provocar una guerra contra todos los aliados presionados! Fue un político y estratega excelente. ¿Pero honesto? ¿”Moralmente” bueno? ¿Democrático? ¿Pacífico? Lo dudo.
Se puede y debe buscar ideales. Pero, por favor: que se enseñe a ambos lados de la medalla, la imagen completa. Y evitar el presentismo.
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